Historia provincial

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Caminando por el parque, noté a un hombre extraño: un bufón o un payaso, y con él un mono con una correa. La mirada de esta pareja era un poco provinciana, imbuida de una profunda tristeza y tan expresiva que todavía están ante mis ojos. Sentado en el banco, saqué un bolígrafo y un cuaderno de mi bolsillo y escribí el título.

Siempre trabajaron juntos, llenando las pausas entre actuaciones de artistas reales: malabaristas, magos, acróbatas. Corrían rumores de que muchos espectadores, entre los habituales, acudían al circo sólo para ver a estos dos. Cuando el maestro de ceremonias, no sin la ayuda de una broma rutinaria, anunció la entrada de esta pareja en la arena, las filas aplaudieron y algunos complementaron la ovación con exclamaciones entusiastas.

Un payaso con una gorra estúpida y un monito con ojos tristes: no se puede imaginar un dúo más divertido. Después de la siguiente actuación, caminaron a casa por la carretera local llena de baches, prefiriendo caminar antes que tomar el tranvía. El payaso, como siempre, recitó poesía y el mono caminó en silencio. En casa, en el cómodo silencio de cuatro paredes, el altavoz de una vieja grabadora transmitía en voz baja el “Epitafio” de King Crimson, como si nos recordara la fragilidad de la existencia, el sinsentido del pasado, el presente y el futuro.

Después de una comida modesta el propietario, como de costumbre, leyó un libro y su amigo observó con interés los acontecimientos callejeros a través del cristal de la ventana. Quizás vio allí las palmeras de la bochornosa África o, por el contrario, los rascacielos de las megaciudades. Amante de la literatura esotérica, algo que no es raro entre las personas de esta profesión, el payaso a veces se dirigía a su compañero para pedirle que aclarara el párrafo que había leído. En respuesta, el mono siempre miraba pensativamente al techo y se rascaba la nuca.

Un día, durante una actuación, el mono perdió sus perlas de plástico favoritas. Todo el equipo lo estaba buscando. Encontrado un par de días después en la jaula de un hipopótamo. Cómo llegaron allí sigue siendo un misterio para todos. Sin embargo, la historia no trata sobre esta pérdida.

Una vez, el famoso grupo de folk-rock-etno “Pa Pio” llegó a la ciudad con un concierto de sus éxitos. El cantante principal de la banda vestía un mono gris azulado que recordaba al uniforme de un plomero, con una llave de espuma que sobresalía de su bolsillo delantero. Y las canciones del grupo eran similares a las “baladas” que los fontaneros interpretan en Nochevieja, el Día de Pago y otras celebraciones, después de beber bebidas alcohólicas. "El objetivo de nuestra creatividad es acercarnos a la gente...", dijo la estrella en una entrevista con la televisión local.

La gira duró poco: otras ciudades y, posiblemente... países esperaban al grupo. Hace mucho tiempo cierto líder que decía que “la más importante de las artes es el cine”. Ahora los tiempos son diferentes: la música es un digno competidor del cine.

Al despertarse en la mañana de un día normal, que aparentemente no auguraba nada malo, el payaso notó que el asistente había desaparecido. Confundido, corrió al circo con la esperanza de encontrar un mono detrás de escena. Pero ninguno de los empleados sabía nada. Hecha un desastre, el desafortunado pasó todo el día buscando, tratando de presentar diferentes versiones de lo sucedido. Incluso llamó al hospital y a la morgue, olvidando que estas instituciones “sirven” sólo a personas. Y sólo al atardecer enteré de que se había ido con el cantante del desafortunado grupo de rock.

Al despertarse en la mañana de un día normal, que aparentemente no auguraba nada malo, el payaso notó que el asistente había desaparecido. Confundido, corrió al circo con la esperanza de encontrar un mono detrás de escena. Pero ninguno de los empleados sabía nada. Hecha un desastre, el desafortunado pasó todo el día buscando, tratando de presentar diferentes versiones de lo sucedido. Incluso llamó al hospital y a la morgue, olvidando que estas instituciones “sirven” sólo a personas. Y solo al atardecer enteró de que ella se había ido con el cantante principal de la desafortunada banda de rock.

...Cuando el payaso entró en la arena el sábado por la noche, arrastrando detrás de sí un enorme cofre con cierre de granero, los fans y admiradores del dúo, como siempre, aplaudieron ruidosamente. Al principio nadie entendía lo que estaba pasando, esperando que la heroína del tema estuviera a punto de aparecer, saltando inesperadamente del lugar más impredecible: por ejemplo, de un cofre. Pero en lugar de eso, sucedió lo inesperado: después de abrir el castillo inflable con una llave gigante de espuma, el artista sacó una gran pistola de utilería de la caja y se pegó un tiro en la sien...

...Cuando el payaso entró en la arena el sábado por la noche, arrastrando detrás de sí un enorme cofre con cierre de granero, los fans y admiradores del dúo, como siempre, aplaudieron ruidosamente. Al principio nadie entendía lo que estaba pasando, esperando que la heroína del un espectáculo estuviera a punto de aparecer, saltando inesperadamente del lugar más impredecible: por ejemplo, de un cofre. Pero en lugar de eso, sucedió lo inesperado: después de abrir el castillo inflable con una llave gigante de espuma, el artista sacó una gran pistola de utilería de sus profundidades y se pegó un tiro en la sien...