Historia de los dominios españoles en Oceanía
Designado por el Excmo. Sr. Director para emitir informe acerca del libro Historia de los dominios españoles en Oceanía, Filipinas, cuyo autor, D. José de Alcázar, ha solicitado del Ministro de Fomento los auxilios á que se refiere el Real Decreto de 29 de Agosto de 1895, lo he examinado con la atención que merece una obra que sirve de texto en los establecimientos filipinos de enseñanza, según documento oficial inserto en su primera página.
El plan del autor no se aparta del comunmente seguido por los que tratan del mismo asunto, si bien después de trazado el cuadro histórico de los hechos de cada gobernador general, hace, un breve resumen de ellos en diálogos para facilitar su enseñanza; por lo cual divide su obra en lecciones en vez de capítulos. Tampoco es nuevo este sistema, pues lo usó en 1866 D. Felipe Govantes en su Historia y Geografía de Filipinas; pero ciertamente no es posible aspirar por ahora á una originalidad siquiera relativa en los escritos históricos que tratan del Archipiélago, por estar sus sucesos vaciados por decirlo así en un molde invariable que impone á los autores forzada y sistemática monotonía.
Aun así, el compendio de la parte antigua desde el descubrimiento y conquista de las islas hasta el mando del general Gándara, ó sea hasta la revolución de 1868, está hecho por el señor Alcázar con discreción, sobriedad y sencillez, y con no menor acierto las preguntas y respuestas que comprenden las lecciones respectivas, sin perder nunca de vista que se trata de un libro destinado á la enseñanza de una raza muy inferior, bajo el punto de vista intelectual. Acaso es éste su mayor mérito, pues el autor nada omite en su rápida excursión histórica de cuanto conviene enseñar al niño filipino, principalmente en estos momentos en que España paga y llora la debilidad de algunos gobernantes consentidores en aquel país de funestas propagandas que han debilitádo el patriotismo tradicional de los indios juntamente con nuestro prestigio entre ellos y el de las instituciones seculares, que han sido allí nuestro más firme sostén.
Con razón el prologuista de la obra hace notar este aspecto que constituye un verdadero y patriótico servicio del Sr. Alcázar, cuya oportunidad acrecienta para nosotros el año desde su publicación transcurrido.
Quizás por exceso de presunción en este orden de ideas, tan digno de aplauso, sus cuatro últimos capítulos apenas enseñan otra cosa que fechas, nombres propios, aun inmediatamente inferiores al gobierno del general Gándara, que como hemos dicho cierra el cuadro, que se propuso el autor bosquejar. Quizás también por el apresuramiento en dar de mano á los sucesos contemporáneos, se va por este último excelente Gobernador de uno de los mayores méritos que contrajo, impulsando la instrucción primaria por modo tal, que después no ha sido aventajado. Y este mérito, que podría regatearse por los que juzgan más utópico todavía que peligroso elevar el nivel de aquella raza, creyéndola uno de los grandes errores de nuestra colonización cristiana y civilizadora, se atribuye aquí al general D. Juan de Lara, desdichado gobernante, que pasó por el Archipiélago como una sombra sin dejar rastro.
En resumen, la Historia de los dominios españoles en Oceanía, á pesar de su título excesivo y de algunos defectos, inevitables en su carácter, que ni es pedagógico exclusivamente ni histórico, llena el objeto que el Sr. Alcázar se propuso, por su claridad, sencillez y buena disposición, sin contar otras cualidades que la hacen opomunísima, como el patriotismo á toda prueba y las sanas ideas religiosas y sociales que el autor inculca á los indios. La declaración de texto que ha merecido á la, Comisión superior de Instrucción primaria de Filipinas, que preside el venerable y sabio Arzobispo de Manila, hace también digna de la protección oficial en los términos que el Ministerio de Fomento tenga por conveniente.
Madrid 13 de Noviembre de 1896.
VICENTE BARRANTES.