Historia XV:Primera tentativa contra España

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Capítulo 15 – Política exterior de Luis XIV
Primera tentativa contra España

de Charles Seignobos


El rey Felipe IV, que murió en 1664, tuvo por sucesor a Carlos II, su hijo, joven enclenque que se creía había de morir pronto. En realidad, Carlos vivió todavía treinta y seis años, pero, como no tuvo sucesión, se supo que la familia real iba a extinguirse, y los soberanos se ocuparon de resolver a quién correspondería la sucesión de España.

Las dos hijas de Felipe IV se habían casado, una con el rey de Francia Luis XIV, la otra con el emperador Leopoldo. La esposa de Luis XIV era la mayor. Al casarse había renunciado a sus derechos a heredar, a condición de recibir una dote de 500.000 escudos; pero la dote no se había pagado. Luis XIV manifestó que la renuncia no era válida. Felipe IV, irritado con Luis XIV, hizo entonces un testamento que excluía a su hija mayor de la herencia. Ordenó que, caso de morir su hijo Carlos sin tener sucesión, el reino pasaría al segundo hijo de su hija segunda y del emperador.

El rey Carlos II,conocido como "el hechizado", era un niño débil de espíritu y constantemente enfermo, no podía gobernar. Era regente su madre, una princesa austriaca, que dejó gobernar en su lugar a su confesor, un alemán. La política española fué dirigida por Austria.

Luis XIV, viendo que no podía lograr toda la sucesión de España por herencia, se decidió a conquistar parte de ella mediante la guerra. Reclamó dos provincias de los Países Bajos, so pretexto de que, en estos países, las hijas nacidas de un primer matrimonio suceden con preferencia a los hijos habidos en segundas nupcias. Era lo que se llamaba derecho de devolución.

El Gobierno español se negó; pero no tenía para defender los Países Bajos más que 15.000 soldados. Luis XIV reunió dos ejércitos.

El uno, de 50.000 hombres, entró en Flandes y se apoderó de todas las plazas de la frontera por la parte de Francia (1667). El joven rey fué a visitar el ejército de Flandes, llevando consigo en carrozas a la reina y a las damas de la Corte. Los españoles no intentaron librar batalla. No hubo más resistencia que el sitio de Lille, que duró diecisiete días.

El otro ejército, de 20.000 hombres, entró en invierno en el Franco-Condado y le conquistó en menos de un mes. Sólo Dole resistió cuatro días. El Gobierno español, irritado, escribió al gobernador que «el rey de Francia no había tenido necesidad, para tomar posesión del país, más que de enviar a sus lacayos».

Mientras tanto, Luis XIV se ponía secretamente de acuerdo con el principal ministro austriaco, Lobkowitz, y firmaba con el emperador un tratado secreto (enero de 1668). Ambos se repartían de antemano la herencia del rey de España. Leopoldo había de obtener la mayor parte: España y las colonias de América. En tanto, autorizaba a Luis XIV a conservar las plazas que acababa de tomar, ya en los Países Bajos, ya en el Franco-Condado, a su elección.

Pero las victorias fáciles de Luis XIV empezaron a inquietar a las antiguas aliadas de Francia, Suecia y las Provincias Unidas. Los holandeses temieron ver a Luis XIV ocupar toda Bélgica. Preferían tener por vecinos a los españoles y no al rey de Francia.

El embajador del rey de Inglaterra en Holanda aprovechó estos sentimientos para decidir a los holandeses a intervenir. Inglaterra, las Provincias Unidas y Suecia hicieron un tratado, apellidado la Triple Alianza, para imponer la paz a las dos naciones en guerra. Los aliados dieron a Luis XIV la elección para conservar una de sus dos conquistas. Luis prefirió devolver a España el Franco-Condado y conservar las plazas de la frontera de los Países Bajos.

Se obligó luego a España a ceder estas plazas a Francia por el tratado de Aquisgrán (1668). Es la mayor parte del territorio que constituye hoy el departamento del Norte.