Historia XV:Paz de Nimega (1678)
Guillermo de Orange quería seguir guerreando con Luis XIV. Pero los holandeses, libres de todo peligro, querían la paz. Hicieron que se reuniera un Congreso en Nimega, al cual todos los Estados en guerra enviaron un embajador. Por primera vez se discutió, no en latín, sino en francés, y desde entonces el francés ha sido la lengua empleada por los diplomáticos de todos los países europeos.
Luis XIV concedió a los holandeses todo lo que podían. Renunció al derecho de 50 sueldos sobre los barcos. Los holandeses, satisfechos, firmaron la paz, en contra de los deseos de Guillermo de Orange, sin pedir nada para sus aliados. Luis XIV pudo entonces enviar su ejército de los Países Bajos contra los ejércitos alemanes. Los otros Estados se vieron obligados a aceptar las condiciones de Luis XIV. El rey de España pagó los gastos de la guerra. Cedió a Francia el Franco Condado y varias plazas de Bélgica. El emperador no obtuvo nada, ni para él ni para los príncipes alemanes.
El Elector de Brandeburgo había vencido a los suecos aliados de Francia, les había quitado un trozo de la Pomerania que quería conservar. Luis XIV envió un ejército que le obligó a devolver todas sus conquistas, excepto un pedazo de territorio en la orilla derecha del Oder (1679).
Luis XIV, que había resultado vencedor en guerra contra toda una coalición, parecía ser el primer soberano de Europa. El municipio de París le dió entonces el sobrenombre de «Luis el Grande» Pareció tan poderoso que los príncipes alemanes abandonaron la alianza del emperador y se dejaron ganar por los regalos de Luis XIV. El mismo Elector de Brandeburgo hizo un tratado secreto de alianza con Francia, y varias princesas alemanas se casaron con parientes del rey de Francia.