Historia X:Restauración católica en Austria
El ejército de la Liga católica había invadido las provincias de Austria (1620). Los protestantes no resistieron. Sus soldados entraron al servicio de la Liga o se retiraron.
Fernando, ya dueño absoluto, declaró rebeldes a los principales señores y confiscó sus bienes. Los aldeanos se sublevaron y fueron deshechos. Se prohibió el culto protestante; todos los habitantes, excepto los nobles, se vieron obligados a hacerse católcos. Los jesuítas y los capuchinos acudieron a fundar conventos, los jesuítas se hicieron dueños de los colegios.
Los nobles conservaron en un principio la libertad de seguir siendo protestantes, pero sin derecho a celebrar su culto. Luego se vieron privados de ella. Entonces, en todos los territorios sometidos a la casa de Austria, la religión católica fué obligatoria.
En Hungría solamente —donde era preciso tratar con miramiento a los nobles a causa de la vecindad de los turcos (véase cap. XVII)— el emperador se vió obligado a conservar las iglesias protestantes. La monarquía austriaca fué un país católico, y lo es todavía.