Historia V:San Ignacio de Loyola

Historia V:La Reforma presbiteriana
Capítulo 5 – La crisis religiosa en el siglo XVI
San Ignacio de Loyola​
 de Charles Seignobos


La Reforma Católica


Lutero, Calvino, los anglicanos, los presbiterianos, habían hecho la Reforma rompiendo con el Papa y cambiando la doctrina y los usos de la Iglesia. Las iglesias así reformadas se separaron de la Iglesia Católica. Otros reformadores intentaron hacer la Reforma como se había entendido en el siglo XV restaurando las reglas de la Iglesia y conservando la autoridad del Papa y los usos de la Edad Media. Varios de estos "reformadores católicos" fueron italianos; pero el más célebre fué un español.

Ignacio de Loyola, nacido en 1491 en país vasco, era el menor de los trece hijos de una familia noble. Fué primeramente paje en la corte del rey Fernando y tuvo pasión por los libros de caballería. Nombrado oficial, resultó con una pierna rota defendiendo una brecha en Pamplona, y le cuidaron tan mal que quedó cojo (1521). Cuando estaba en curación en casa de su padre, no teniendo otra cosa que leer, leyó la Vida de los Santos y se decidió a imitarlos. Supuesto que ya no podía combatir en el ejército, quiso hacerse "soldado de Cristo y de la Virgen". Fué en calidad de peregrino a visitar la imagen milagrosa de la Virgen del convento de Montserrat en Cataluña. Colgó sus armas en el altar de la Virgen, dió sus vestidos a los pobres y tomó el hábito de peregrino.

Se retiró al convento de dominicos de Manresa. Allí hizo ejercicios de devoción. Rezaba de rodillas siete horas seguidas, se disciplinaba tres veces al día, se privaba de dormir, vivía con pan y agua. Pero desesperaba de su salvación, a causa de sus pecados, y lloraba sin cesar.

Luego tuvo visiones que le consolaron. Veía a Jesús y a la Virgen, y entonces se tornó tranquilo y confiado. Renunció a mortificarse y empleó otro método. Como el soldado se ejercita en las armas, se ejercitó para dirigir su imaginación y su voluntad, e inventó poco a poco los ejercicios espirituales.

Partió para Jerusalén, pero fué mal recibido por los monjes de Oriente. Volvió a España mendigando y se dedicó a predicar. Entonces se sintió ignorante y comprendió la necesidad de instruirse. Aun cuando tenía ya treinta años, fué a la escuela de muchachos, luego a la Universidad de Salamanca para estudiar Filosofía. Predicaba en las calles, y por dos veces le prendieron como hereje y le encerraron en prisión. Se le dejó en libertad mandándole que fuera a estudiar Teología antes de predicar.

Fué a Paris a pie y entró en un colegio (1528). Allí agrupó algunos estudiantes pobres, españoles, Lainez, Francisco Javier y un campesino saboyano, y los habituó a practicar los ejercicios espirituales que había imaginado.

Un día se reunieron todos (1534), en una capillita en Montmartre, comulgaron e hicieron juramento de partir en "cruzada espiritual" a Palestina. Habían de convertir a los musulmanes, y, si no lo lograban, ir a ponerse al servicio del Papa.[1]

Fueron a embarcarse a Venecia (1537); pero la guerra que había con los turcos les impidió partir. Se resignaron entonces a permanecer en Europa para predicar contra la herejía.


  1. En memoria de esta reunión se ha edificado en París la iglesia del Sagrado Corazón de Montmartre.