Historia IX:Richelieu
Armando de Richelieu, hijo de un señor del Poitou, había sido educado como noble. Sabía esgrima y montaba bien a caballo A los veintiún años fué nombrado obispo de Luçon, un pequeño obispado que se daba a los segundones de su familia. Como muchos obispos de aquella época, no residía en su diócesis, vivía en la Corte.
Richelieu se decidió a adquirir celebridad. Halagó a la reina y llegó a ser su favorito; la reina le nombró limosnero mayor e hizo que ingresara en el Consejo (1617).
Pero, después de la muerte de Luynes, Luis XIII se reconcilió con su madre, y para agradarla hizo nombrar cardenal a Richelieu, tomándole más tarde por consejero (1624). Pronto le dejó gobernar en su lugar (1626).
Richelieu, que entonces contaba treinta y cinco años, tenía maneras de gran señor más que de sacerdote. Iba a la guerra con traje de gentilhombre y coraza. Sostenía gran número de pajes, de criados, de músicos, y hasta compañías de soldados de a caballo. Tenía siempre en su casa cuatro mesas servidas, una con catorce cubiertos para él y sus amigos, otra de treinta para los gentileshombres y los invitados, y otras dos, mucho más numerosas, para sus pajes, sus lacayos y sus cocineros. Se mandó hacer en París un palacio, el Palacio Cardenal, que fue más tarde el Palais Royal. Mandó edificar un castillo y toda una ciudad en sus tierras de Richelieu.
Richelieu trabaja mucho. Hacía que le presentasen los despachos a las tres y las cuatro de la mañana y los respondía la misma noche. Dormía de seis a ocho horas, trabajaba toda la mañana con los ministros, y después de la comida del medio día, trabajaba hasta el oscurecer.
Al término de su vida, Richelieu resumió todo lo que había querido hacer. Escribía a Luis XIII: «Cuando Vuestra Majestad me puso al frente de su Consejo, los hugonotes compartían el Estado con ella, los grandes se conducían como si no hubiesen sido súbditos, las alianzas extranjeras estaban menospreciadas. Prometí a Vuestra Majestad emplear mi industria para causar la ruina del partido hugonote, rebajar el orgullo de los grandes y realzar su nombre en las naciones extranjeras».
Richelieu trabajó: 1º, para destruir el partido protestante; 2º, para obligar a los grandes a obedecer; 3º, para disminuir el poder del rey de España y del emperador. Trabajo en esto hasta su muerte y venció en sus tres empresas.