Hidalgo
de Manuel Acuña


 Sonaron las campanas de Dolores,
 voz de alarma que el cielo estremecía,
 y en medio de la noche surgió el día
 de augusta libertad con los fulgores.
 

 Temblaron de pavor los opresores
 e Hidalgo audaz al porvenir veía,
 y la patria, la patria que gemía,
 vió sus espinas convertirse en flores.
 

 ¡Benditos los recuerdos venerados
 de aquellos que cifraron sus desvelos
 en morir por sellar la independencia;
 

 aquellos que vencidos, no humillados,
 encontraron el paso hasta los cielos
 teniendo por camino su conciencia!