Gotas de sangre/Tragedias a 5 céntimos

Tragedias a 5 céntimos


Los aficionados a emociones fuertes, a sensaciones terribles, a las nuevas corridas del moderno circo que se llama Audiencia de procesos criminales, no han perdido los 5 céntimos que les costó la hoja volandera con la historia de la sangrienta posada de Langon, que por más de un concepto recuerda al fatídico huerto de el Francés.

Esa Lucía, cuya boca, cínica y canalla, ha resultado ser cementerio de amantes momentáneos; esa Lucía perversa y viciosa de nacimiento, que de niña cometió el pecado de bestialidad en cuadras y corrales, y de moza actuó de prostituta en todas partes; esa Lucía que tiene la lujuria siniestra, y pagaba con besos locos al hombre que mató por satisfacer sus concupiscencias de mala pécora, enferma de lugubreces eróticas; ese Branchery, Hércules de feria, chulapo por temperamento, asesino por vocación, que alió monstruosamente sus músculos al histerismo de ella en el altar del matrimonio, para explotar a mansalva amores pasajeros; ese Parrot, inconscientemente ameno al oír su sentencia de muerte, como inconscientemente ameno estuvo ayudando a matar; ese Gasol, que se prestaba a actuar de sepulturero de asesinados, y ese mudo Lacampagne, que mimó en la Audiencia la escena del asesinato de Mouget y con un gesto solemne puso a Dios por testigo de que eran ciertas las revelaciones que hizo sobre las tragedias de Langon...

Por 5 céntimos un pedazo de vida sexual y asesina es de balde para un aficionado a historias de sexualismo perverso; pero para los que reflexionan y lloran sobre las miserias humanas, sobre el fatal destino de la existencia, esos 5 céntimos son una ruina.

Porque tragedias como esa son de aquellas que obscurecen la mente y enturbian el corazón, quitándoles las ganas de vivir...