Gaceta del Salvador/Tomo 4/Número 16
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Triunfo.
Parte No Oficial
editarLa Gaceta
editarEl primer párrafo del editorial, dice:
El pacto de convocatoria á un Congreso nacional constituyente aceptado por el Salvador, Nicaragua y Honduras, ha sido un empeño espontáneo y el mas solemne de tres pueblos hermanos, que ansiosos de una paz durable, de mayor ilustracion y de un movimiento industrial vigoroso, han abjurado de la triste y miserable idea del egoismo local, para acojer la del interés comun y la del progreso de toda una naicon.
Aunque es verdad que en la aceptacion del pacto se buscó el establecimiento de la paz, la mayor ilustracion y el movimiento industrial, no fué en el concepto en que lo toma el escritor, porque no hemos querido la paz que da el despotismo, ni la ilustracion que él se apropia, ni el movimiento industrial de los que se llaman caballeros de industria, que se nos han querido dar por resultado del pacto, y es necesario ser de mui corto alcance para desconocer que en su revocatoria se ha llevado la misma intencion que se tuvo al contraerlo. En él se propusieron los Estados robsutecerse cada uno con la fuerza de todos para asegurar su independendcia, para afirmar su libertad, para franquear las relaciones de toda especie entre sí, y obtener por resultado la felicidad que es posible entre los hombres; pero nada de esto se podia adquirir por medio de la Constituyente disuelta, proque ella en todos sus pasos, con el mayor desembarazo, y escediendo sus poderes trató de establecer el despotismo, que nos hubiera traido á los amantes de la libertad la inquietud continua y los peligros, porque jamas hubiéramos conformádonos con la tirania. El escritor llama egoismo á esta justa resistencia, por que no quiere distinguirlo del amor propio. Egoistas son los que lo quieren todo para sí, no los que quieren conservar los derechos que les pertenecen y que les ha dado la naturaleza.
El segundo y tercer párrafo del editorial, dicen:
Para Honduras particularmente, ese mismo pacto ha sido un pacto de amor, de conviccion y de mui gratas esperanzas; y cuando por él se prometía poner su suerte al abrigo de las disenciones que han destruido el país, las lejilsaturas de San Salvador y Nicaragua lo han declarado insubsistente, sin haber llenado el fin de su legal aceptacion.
Honduras fiel al pacto, ha debido agotar sus esfuerzos por el triunfo pacífico de una causa que por su popularidad es ya del pueblo centro-americano en jeneral. Mas hoi le cabe el triste desengaño de ver cubierta otra vez la libertad de dos Estados amigos, con los harapos del egoismo, envanecido de un progreso y de una seguridad, tan efimeros como hasta hoi.
No dudamos un punto de que la Constituyente y su estatuto daban mui gratas esperanzas á ciertas personas, y de que el Salvador y Nicaragua embarazaron que se lograsen, declarándolo todo insubsistente. Sabemos tambien que estas mismas personas, mui influentes en Honduras, lo han obligado á la fidelidad del pacto aun despues de haber desaparecido, quedándoles por último el dolor desesperante de no haber podido llevarlo á efecto. Ah! este es el triunfo de los pueblos contra la presuncion impotente de los que pretendian ser sus tiranos.
Los párrafos cuarto y quinto, dicen:
La sola idea de que Guatemala ha pretendido pesar en la balanza política de Centro-América, tanto como Nicaragua, el Salvador, y Honduras juntas, ha debido probarles, que la division y la guerra entre ellos es la paz de Guatemala.
Todo esto lo conocen los gobiernos de San Salvador y Nicaragua; pero por una fatalidad, han afectado ver en el pacto de union con Honduras, una carta de desafío en vez de un vínculo de paz.
Si la idea que se enuncia fuera cierta, Honduras seria mas bien el culpado que el Salvador, porque éste léjos de pretender hacer la guerra ha procurado evitarla, mientras que aquel apropiándose la representacion nacional, ha amenazado con ella, porque no se le otorgaba para disfrutarla esclusivamente.
Los párrafos sesto y sétimo, dicen: