Gaceta del Salvador/Tomo 4/Número 13
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TOM. 4.º NUM. 13. SAN SALVADOR, JUNIO 24 DE 1853.
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Parte Oficial editar
[...] jeneral del Ejército y Hacienda del Salvador.—San Salvador, Junio 22 de 1853.
Señor Administrador de rentas de. . . . . .
[...] informado esta Tesorería de que algunos de los Sres. Administradores de aduanas y [...] emitir por duplicado cer-[...] contra la hacienda pública [...] en el acuerdo Supremo [...] inserto en la Gaceta número [..] y comunicado oficialmente [...] de la misma oficina, y en atención [...]cion de dicho acuerdo debe [...] graves consecuencias contra el fisco; ha [...] la Tesoreria recordar la observancia de aquellas d[...], con la advertencia de [...] todo [...] responsables los empleados [...], por el uso que en perjuicio de la hacienda pública se haga de los documentos [...]dos.
[...]presente espero de U. el aviso [...].—Soi de U. atento servidor.
Parte No Oficial editar
La Gaceta editar
Los nacionalistas enemigos de la nacionalidad editar
¡He aquí un artículo que á primera vista nos [...] especie de antitesis inesplicable á la [...] de la filosofía, y aun del sentido comun; pero que se comprende facilmente, si se ecsamina [...]eniendo en la mano la luz de la esperiencia!
En efecto: amar y aborrecer una misma cosa: procurar su consecucion y resistirla: emprender su [...] y desafiarlas son tendencias contradictorias [...] conducidos por aquella guia luminosa, [...] querramos en el complicado laberinto de las [...]ones buscando ese secreto funesto, lo econ-[...] en su canto tenebroso.—Se avivará la an-[...] y el [...] fatal desaparecerá. . . . . . . .
[...] la nacionalidad sea un objeto digno de los deseos de todos los hijos de Centro-América, [...]tan evidente, como la fraternidad [...] que punto deba estrechar [...] es problema que no han podido re-[...] al paso que los hombres [...]tados en favor de ella la han combatido [...]el imposibilitar por ahora su establecimiento.
[...] se ha verificado semejante fe-[...] perfectamente, con solo una [...] de los hechos mas prominentes en [...] de la nacionalidad Centro-america [...]
1.º—Cuando algunos miembros de la Asamblea Nacional Constituyente instalada en la ciudad de Guatemala en 1824 propusieron el sistema central a aquel augusto congreso puntualmente en la época oportuna para su adopcion, puesto que Centro-América todo estaba habituado al réjimen unitario bajo el cual estuvo por muchos años con la denominacion de Reino de Guatemala, la mayoria de la misma Asamblea llevada del espíritu de imitacion de las nstituciones de Norte-América, y ajitada por los nacionalistas ecsaltados, desechó el voto de la minoria, y adoptó el sistema federativo, no como está planteado en los Estados Unidos, sino confundiendo los límites del poder jeneral y el de los Estados; por lo que la Constitucion de la República se llamó despues con razon federo-central.
2.º—Habiendo comenzado á notarse los defectos de aquella carta por los inconvenientes que ofrecia en su ejecucion, especialmente el rose entre los Gobiernos jeneral, y particulares, por no haber sido deslinadas con ecsactitud sus respectivas atribuciones, y mas aun por no haberse prevenido en la misma Constitucion la manera pacífica de resolver las cuestiones que á cada paso se suscitaban entre el Gobierno nacional y los de los Estados, los pensadores antantes del pais meditaban una reforma, y una autoridad federal perdia su prestijio viéndose desaparecer á su presencia los territorios mas importantes, Belize, Roatan, &-. sin que hubiese arreglado en el esterior ni siquiera el reconocimiento de la independencia.
3.º A pesar de la pujanza que adquirió la opinion pública contra una tal situacion, los nacionalistas fanáticos retardaron tanto la adopcion de las reformas de la carta jeneral, que consideraban perfecta, que crecieron las ecsijencias de los Estados hasta el punto de no serles ya posible esperar los trámites ordinarios para perfeccionar el pacto de union.—Es preciso saltar las barreras, fué el grito que resonó por toda lanacion, aturdiendo á los Representantes del Statu quo, si nque se les oyeran otras palabras que aquellas con que ya habian calificado el movimiento rejenerador de un vértigo soplado por el jenio de la ambicion que aparecia revestido de viejos errores y de preocupaciones locales, sublevando las poblaciones y departamentos, arrebatando los caudales y rentas públicas y contrahaciendo la voz del Soberano.
4.º Desesperadas las secciones de obtener un resultado regular, se separaron del pacto y la lucha se hizo sangrienta, sucumbiendo por último el Gobierno nacional; pero entónces los nacionalistas ecsajerados concibieron un plan mas ruinoso que el de 1824.—Tal fué el de centralizar la República por la fuerza, emprendiendo espediciones y guerras que produjeron mayor aversion y resistencia á la nacionalidad, y privaron á esta de hombres que por sus capacidades y esperiencia podian haber sido útiles al pais.
Desde entonces no han salido de esa senda escabrosa, cortada en sus estremidades por los dos abismos, de la anarquia, y del despotismo militar.—Hemos visto á este último asomar su monstruosa cabeza en el Estatuto forjado por la Asamblea Nacional que se reunió en Tegucigalpa, y desechado por la mayoría de los Estados que ella representaba, y que desengañados de la absurdidad de las combinaciones con que se ha pretendido conducirlos á la discordia fratricida bajo las apariencias de concordia, han declarado tambien, disueltos los pactos que los ligaban en órden á nacionalidad,y que sin proporcionarles mas choques destructores entre ellos mismos, los impedian su progreso.
A la vista de esta marcha tortuosa, y de todos esos medios empleados por los nacionalistas fanáticos en oposicion al mismo fin que han ostentado de procurar, de restablecer la unidad de Centro América; ¿habrá quien dude que ellos han sido los verdaderos enemigos de la nacionalidad?—Federalistas inflecsibles desde 1824 hasta 1838; y desde esta época centralistas encubiertos, siempre perturbando con la intriga, y dividiendo con la espada las secciones que aparentaban querer unir, y que realmente pretendian dominar para tiranizarlas desde un centro férreo de poder despótico.
Es pues la conviccion jeneral, el sublime y saludable instinto de los pueblos para preservarse del absolutismoo, el que hoi los pone en posecion de todos sus derechos y aptitudes para asegurar el órden legal, la libertad consiguiente y el bienestar que le arrebatáran los nacionalistas enemigos de la nacionalidad, y no sus Gobiernos que no han hecho otra cosa que ser órganos fieles de la opinion pública y firme sosten de los verdaderos intereses de la patria.
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