Fealdad y pobreza de Mihai Eminescu


Fealdad y pobreza son esos dos compañeros

Cuyas huellas crueles las encuentro siempre

En cualquier cara y en cualquier cosa me atrevo amar...

Amé a lo mejor cantar, quise con él robar

Un alma dulce, un alma solo para mí...

Volaron cara y canción - ¡ fealdad y pobreza !

Porque lo que no tienes en el momento cuando lo deseas

Se convierte en malo con el tiempo, desprovisto de su encanto.

Se muestra ante ti un andamio vacío

De cualquier sueño que tu antes habías construido.


El poder de la juventud, la viveza de la mente,

El latido fuerte del corazón, y el delicado milagro

De tus ojos, cuando tienes tu vida escrita sobre ellos,

Para que la pueda leer cualquiera como a una carta,

Pero especialmente esa que tú quieres que la lea...

Como pasan, como pasa todo... sin que las pare

Nada... Así te oscureces como una estrella en la eternidad...

¿ Y con qué te quedas ? Con tiempo y con pobreza.

¡ Sí, tiempo ! Solo tiempo para poder sentir plenamente

Cuanto podrías haber conseguido en el mundo y cuanto

Has conseguido de verdad. Si fuiste noble y tierno y justo,

Si gracias a tu mente fuiste un sabio,

Si naciste con todos los regalos que te puede conceder la naturaleza,

Hermosura, cerebro, fama, ¿ has llegado realmente a algo ?

Porque el mundo no busca algo divino,

Algo para evolucionar, sino algo cómodo.

Si eres malo, y puedes ganar con tu maldad,

Si eres estúpido, y en el mundo reina la vasta estupidez,

O si de un hombre sucio depende tu destino,

Y tú no sabes como piensan y actúan los sucios,

No puedes saber... ¿ Entonces a qué te sirve

Que la naturaleza fue tan generosa contigo,

Que eres un adorno caro para cualquiera,

Un adorno que nadie necesita en el mundo ?


La virtud es un cuento... si te pones a pensar,

Te das cuenta que las virtudes famosas son signos de debilidad;

La nobleza es la debilidad de los que no son capaces

De ponerse a sí mismos encima de los demás,

De tener para todo un profundo y endurecido menosprecio,

Alimentando su vida de cientos de otras vidas.

No respetar tu palabra si no te conviene,

Desnudar a cualquiera que depende de ti,

Engañar a la muchedumbre con promesas vanas,

Cuando has mentido una vez, volver siempre a mentir,

Maltratar a aquel que te ayudó,

Destrozar su reputación,

Todo esto no es noble... Pero todos lo hacen

Y lo hacen fácilmente - solo tú te quedas siempre meditando.

Solo tú pones tus palabras y tus pensamientos en una balanza,

Solo tú quieres superar los caracteres grandes,

Mirando a los intereses de la muchedumbre con indiferencia...

¡ Bueno ! De éste drama y de tu destino grande,

De este equilibrio de derecho y deber,

¿ Con qué te has quedado ? Con fealdad y pobreza.


¿ Amaste alguna vez ? ¡ Ah ! ¡La seda no es tan suave,

El sol no brilla tanto como su hermoso pelo rubio !

Con su boca fina y sus manos frías como de cera,

Y ojos llenos de rayos que dan luz en la oscuridad,

Y que a ti te quitan el poder de la vista.

Tú nunca has probado ese fruto de felicidad :

Tú eres demasiado honrado y lleno de respeto y generoso

Como para estropear en el amanecer de la vida algo tan hermoso.

Te fuiste y con el tiempo llegaste a arrepentirte.

Después de ti vino un imbécil sin escrúpulos

Y éste... Bueno... Hizo lo que tú no te atreviste...

Lo que ha quedado de esa bella figura vete para ver :

Los años han escrito con su pluma negra sobre su frente.

Y la boca con pequeñas perlas blancas,

Ahora está arrugada; y el ojo como fuego,

Un fuego que resplandecía una luz fría,

Está apagado, está vacío, sin profundidad,

Profundidad que solo tú habías visto...

¿ Qué llegó ella a ser ? Coqueta, fría,

Lisonjera, cruel, pasa de brazos a brazos

Y busca en el amor solo el placer, que es

Un momento de embriaguez, solo un día de deleite.

Pero ese amor profundo y puro

Que llega en la vida una sola vez,

Esa eterna sed que tienen el uno por el otro

Dos hombres que olvidaron del tiempo mirándose,

Ese amor infinito y santo,

Sin igual en el cielo o la tierra,

Ese enamoramiento de todo lo que es suyo,

De una sonrisa, de un temblor de la delicada mujer,

Cuando para una mirada suya darías tu vida, darías tu suerte,

Cuando el mundo está vacío si ella no está a tu lado,

¿ Dónde está la suerte que ella te había prometido ?

¿ Qué os queda a vosotros ? ¡ Fealdad y pobreza !