Fábulas en verso castellano/XXXVII
Pintó el insigne Don Francisco Goya con tan rara verdad y valentía un burro de la casa en que vivía, que el cuadro borrical era una joya. Mister qué sé yo quién, inglés muy rico, veinte mil reales por el lienzo daba; Goya, que a la sazón necesitaba un estudio bien hecho de borrico, tenaz a enajenarlo se negaba. Oyendo al fin un día el asno vivo discutir el trato, exclamó sollozando de alegría: ¡Mil duros da el inglés por mi retrato! Por el original, ¿qué no daría?