Poeta campanudo, que te pierdes
allá por las fantásticas alturas,
sin que en tu vuelo rápido te acuerdes
de que al pobre lector dejas a oscuras,
a ti con las palabras me dirijo
que el ruiseñor a la calandria dijo:
¿Por qué tan a las nubes te levantas?
¿Quieres que no se entienda lo que cantas?