Fábulas en verso castellano/LVII
LA MARIPOSA. Insectillo singular, ¿quién te puso donde estás? LA EFÍMERA. Ha corrido la mitad de mi vida natural, y he morado siempre en paz esta mata de arrayán. LA MARIPOSA. Yo el cercano manantial acostumbro visitar, y te juro que jamás vi tu rastro ni tu faz. Tú no estabas, en verdad, ha tres horas por acá. LA EFÍMERA. Bien lo puedes afirmar: yo no tengo tanta edad. LA MARIPOSA. ¿Cuánta vida Dios os da, por el orden regular? LA EFÍMERA. Muchas horas: seis quizá. LA MARIPOSA. ¡Espantosa brevedad! LA EFÍMERA. ¿Hay especie de animal cuya vida dure más? LA MARIPOSA. Infinitos de los que hay, miles de horas ven pasar. LA EFÍMERA. ¡Oh, qué inmensa cantidad! ¿Luego nunca morirán? LA MARIPOSA. Todos tienen que acabar: ley es esta general. LA EFÍMERA. Si su vida cesará, no la debo codiciar. Larga o corta, se hace igual en el punto de expirar.