Fábulas en verso castellano/LIV
Cierto león solía por su bondad de genio tener con una liebre sus ratos de recreo. ¿Es verdad (preguntole la liebre en uno de ellos) que un miserable gallo, si empieza el cacareo, os hace a los leones tímidos ir huyendo? -No tienes que dudarlo (dijo el león sincero): lo mismo al elefante le pasa con el cerdo, que si oye su gruñido, se asusta sin remedio. Los grandes animales (preciso es conocerlo) una flaqueza de estas por lo común tenemos. -¿Sí? (replicó la liebre.) Vamos, pues ya comprendo por qué tememos tanto nosotras a los perros.