Este lauro que tiene en su corteza
Este lauro que tiene en su corteza verde escrita la honra de mi pena, y en él el manso céfiro resuena mi mal, su resplandor y su belleza; cuando el sol elevado en más alteza se vio, me dio en sus hojas sombra llena; fue el calor blando y la congoja buena, y entonces me alegraba la aspereza. Ahora, ¡oh triste hado, avaro cielo! que deja el sol ardiente el paso abierto, y todo el mal y daño en mi fortuna, con llanto eterno y falto de consuelo miro el lauro, y padezco en el desierto, por su culpa, el calor que me importuna.