Esporo, ese poder, esa grandeza

​Esporo, ese poder, esa grandeza​ de Juan Pablo Forner


 Esporo, ese poder, esa grandeza   
 con que el hado burlón te engolosina,   
 si añagazas no son a tu ruina,   
 serán castigo a la mortal vileza.   
 

 Tú encenagado en súbita riqueza  
 te huelgas torpe en su engañosa ruina:   
 ¿A tanto el cielo tu idiotez empina?   
 O la nuestra peligra, o tu cabeza.   
 

 No es Dios injusto, no: jamás consiente   
 gloria al malvado; ni elevado empleo  
 sin causa al necio permitir le plugo.   
 

 Tu grandeza es patíbulo eminente;   
 si a tu cima no subes como reo,   
 subes, ¡mira qué honor! como verdugo.