Diferencia entre revisiones de «El fascismo redentor»

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{{brecha}}"Jamás la situación financiera, económica, política, social y moral había sido más crítica. La Corona, ante los males que afligían al país, guardaba una extraña impasibilidad (que muchos juzgaban señal de impotencia).
El Estado parecía ausente; el Gobierno, rebasado; la ley, inefectiva, y la magustratura, temerosa de aplicarla. En la disolución de la anarquía burocrática, en la disolución de los más delicados sevicios, los funcionarios brindaban su servilidad al monstruo bolchevique. El ejértico era impunemente vilipendiado lo mismo en la Prensa subversiva que entre la turba callejera. La Policía, despreciada y descontenta, mostraba una inercia completa. La burguesía, lo mismo la de la gente honrada que la de los acaparadores, cada día más inquieta, miraba a su alrededor con la actitud penosa y ridícula de alguien que implora piedad... Y sobre ese fondo desolador de ruinas materiales y morales era la risa y el sarcasmo de la horda leninista entregada a su propia bestialidad, desencadenada contra la Patria. Unicas luces en la noche: Gabriele d'Annunzio y Benito Mussolini. El primero despliega en Fiume la bandera tricolor italiana, seguro de interpretar el sentimiento de la raza heredera de Roma. El segundo, en el Milán "rojo", vigila sobre los destinos de la Patria, buscando la ocasión propicia para arrojarse sobre el bolcheviquismo y aniquilarlo, aun a riesgo de la muerte."<br /><br />
{{brecha}}Tal fué, en efecto, la obra de reconstrucción nacional, ideadeaideada y llevada a cabo con admirable tesón de energía por Benito Mussolini. Si gracias al poeta Gabriel d'Annunzio se salvó la llama de la idealidad, enardeciendo a sus legiones en pro de una política libertadora, gracias al periodista batallador la opinión pública italiana, desorientada, vió al fin el camino de la redención. Mussolini ha sido al propio tiempo el sembrador de ideas salvadoras y el caudillo que las pone en práctica, invadiendo el campo de la acción. Los que se imaginan que el fascismo nació y triunfó en un día, como por arte de magia, harán bien en leer este libro. Porque antes de que acudiesen a su llamamiento militares y civiles, antes de dar la batalla al comunismo, de ganar puestos en las elecciones y de emprender la marcha triunfal sobre Roma, Mussolini y sus satélites tuvieron que sostener una titánica lucha contra todos los elementos políticos y revolucionarios. Esto es lo que inició el futuro dictador en sus patrióticas campañas del ''Popoli d'Italia''. Ya tendremos ocasión de comentar esta contrarrevolución. Más conviene tener en cuenta que no bastan propagandas, ni un Mussolini, ni diez, en pueblo pueblos cuyo patriotismo sólo sirve de etiqueta para encubrir intereses de partido o mezquinos sentimientos personales.
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{{Bloque centro|{{Brecha}}{{Brecha}}{{Brecha}}{{Brecha}}<big>'''Alvaro ALCALA GALIANO'''</big>}}</div>