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los indios Choles, que habían apostatado de la fé y andaban por los bosques errantes y descarriados. Los que aunque al principio les hicieron los tratamientos mas bárbaros, dándoles crueles azotes y aun pensando én quitarles la vida; pero con su paciencia lograron estos Varones Apostólicos que los Choles volviesen al rebaño de la Iglesia y que saliendo de las selvas y breñas se estableciesen en ocho poblaciones, donde con mas facilidad fuesen instruidos en la ley de Dios. De aquí se encaminaron los VV. PP. Melchor y Antonio para las tierras de los Lacandones, nacion la mas feroz é indómita, á las que con inmensos trabajos llegaron por Febrero de 1694; pero no sacó su celo de estos bárbaros mas que ultrajes y malos tratamientos. Volviéronse á Guatemala é informaron de todo á la Real Audiencia. A principios del año de 95, salió el Señor Presidente Don Jacinto Barrios, en virtud de reales órdenes, á la reduccion del Lacandon, acompañado de 600 soldados y varios Religiosos, asi Dominicos, como Mercedarios, y quiso que también fuese Fr. Antonio. Habiéndose descubierto tres pueblos, se encargó el catequismo de estos infieles á los Religiosos de la Merced y con ellos se ejercitó en tan santa obra el V. P. Margil, hasta el mes de Marzo de 97, en que recibió patente de Guardian del Colegio de Querétaro; por lo que le fué preciso dejar á sus amados Lacandones y partirse á su destino.
los indios Choles, que habían apostatado de la fé y andaban
por los bosques errantes y descarriados. Los que aun-
que al principio les hicieron los tratamientos mas bárbaros, dándoles crueles azotes y aun pensando én quitarles la vida; pero con su paciencia lograron estos Varones Apostólicos que los Choles volviesen al rebaño
de la Iglesia y que saliendo de las selvas y breñas se
estableciesen en ocho poblaciones, donde con mas facilidad fuesen instruidos en la ley de Dios. De aquí se
encaminaron los VV. PP. Melchor y Antonio para las tierras de los Lacandones, nación la mas feroz é indómita, á las que con inmensos trabajos llegaron por Febrero de 1694; pero no sacó su celo de estos bárbaros
mas que ultrajes y malos tratamientos. Volviéronse á
Guatemala é informaron de todo a la Real Audiencia.
A principios del año de 95, salió el Señor Presidente
Don Jacinto Barrios, en virtud de reales órdenes, á la
reducción del Lacandon, acompañado de 600 soldados
y varios Religiosos, asi Dominicos, como Mercedarios,
y quiso que también fuese Fr. Antonio. Habiéndose descubierto tres pueblos, se encargó el catequismo de estos infieles á los Religiosos de la Merced y con ellos se
ejercitó en tan santa obra el V. P. Margil, hasta el
mes de Marzo de 97, en que recibió patente de Guardian del Colegio de Querétaro; por lo que le fué preciso dejar á sus amados Lacandones y partirse a su destino.


{{brecha}}Portóse en el oficio de Guardian, como se debia esperar de su prudencia, discrecion, celo de la observancia regular y demas prendas que le adornaban. Acabó su Prelacia el Siervo de Dios por los años de 1701 y fué remitido por la obediencia segunda vez á Guatemala, donde se trataba de erigir Colegio de Misioneros. Efectuada esta fundacion el 13 de Junio del mismo año y habiendo ya competente número de Religiosos, trataron de elegir Guardian, por el mes de Setiembre del año de 1702, y salió electo el V. P. Fr. Antonio Margil. Con tal Prelado, creció maravillosamente el nuevo Colegio en fama, virtudes y doctrina; siendo sus Religiosos el consuelo de los moribundos, {{guion|en-}}
{{brecha}}Portóse en el oficio de Guardian, como se debia
esperar de su prudencia, discreción, celo de la observancia regular y demas prendas que le adornaban. Acabó su Prelacia el Siervo de Dios por los años de 1701
y fué remitido por la obediencia segunda vez á Guatemala, donde se trataba de erigir Colegio de Misioneros. Efectuada esta
fundación el 13 de Junio del
mismo año y habiendo ya competente número de Religiosos, trataron de elegir Guardian, por el mes de Setiembre del año de 1702, y salió electo el V. P. Fr. Antonio Margil. Con tal Prelado, creció maravillosamente el nuevo Colegio en fama, virtudes y doctrina; siendo sus Religiosos el consuelo de los moribundos, {{guion|en-}}