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''Tulcomara''. A vuestras plantas vedme aquí postrado. <br>Misericordia, si sois araucanos
''Tulcomara''. A vuestras plantas vedme aquí postrado. <br>Misericordia, si sois araucanos


''Epulef''. No soy yo, quien aquí la bienvenida darte puede.
''Epulef''. No soy yo, quien aquí la [[La ciudad encantada de Chile/Notas#Bienvenida|bienvenida]] darte puede.
<br>Mas, alza, una mano amiga te presento.
<br>Mas, alza, una mano amiga te presento.


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''Epulef''. ¿A quién viste? ¿Quién huyó de tí? Curiosos nos tienes.
''Epulef''. ¿A quién viste? ¿Quién huyó de tí? Curiosos nos tienes.


''Tulcomara''. Una niña gallarda, de radiante rubia cabellera, con flores, verdes hojas y ricas vestiduras adornada. A su lado se abre el cielo, aparece Domuche, la diosa del amor, y me saluda. Quiero abalanzarme á la doncella, mas un hechizo parece mantenerme los pies clavados en el suelo. Y ella arroja el cesto que de su brazo pendia, y hnye. Yo la sigo Al llegar al puente que aquí cerca está, un centinela me niega la pasada. Lo asgo yo y lo lanzo al rio y sigo á mi ángel hasta aquí, donde á mis ojos desapareció. Vedme pues delante de vosotros como trasgresor de leyes araucanas. Condenad al homicida. Mas dejadme ver á ella por segunda vez, bien que la postrera vez fuere. Contemplando á ella, al morirme, con leticia moriré.
''Tulcomara''. Una niña gallarda, de radiante rubia cabellera, con flores, verdes hojas y ricas vestiduras adornada. A su lado se abre el cielo, aparece [[La ciudad encantada de Chile/Notas#Domuche|Domuche]], la diosa del amor, y me saluda. Quiero abalanzarme á la doncella, mas un hechizo parece mantenerme los pies clavados en el suelo. Y ella arroja el cesto que de su brazo pendia, y hnye. Yo la sigo Al llegar al puente que aquí cerca está, un centinela me niega la pasada. Lo asgo yo y lo lanzo al rio y sigo á mi ángel hasta aquí, donde á mis ojos desapareció. Vedme pues delante de vosotros como trasgresor de leyes araucanas. Condenad al homicida. Mas dejadme ver á ella por segunda vez, bien que la postrera vez fuere. Contemplando á ella, al morirme, con leticia moriré.


''Epulef''. Es singular esto. Llamaré al ulmén. A él le has de dar la bienvenida ante todo, y estoy seguro de que te perdonará, pues tu relato no le sorprenderá menos que á mí me ha sorprendido. En esperando aquí breves momentos, bien puedes llegar á ver á la que viste en la selva, ya que forzoso es, que ella aquí venga á ofrecer sus dones al dios de las cosechas, como las demás doncellas de este barrio de
''Epulef''. Es singular esto. Llamaré al ulmén. A él le has de dar la bienvenida ante todo, y estoy seguro de que te perdonará, pues tu relato no le sorprenderá menos que á mí me ha sorprendido. En esperando aquí breves momentos, bien puedes llegar á ver á la que viste en la selva, ya que forzoso es, que ella aquí venga á ofrecer sus dones al dios de las cosechas, como las demás doncellas de este barrio de