Diferencia entre revisiones de «Página:Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala Tomos I - II.pdf/745»

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José Agustin de Eslrada, Regidor decano, y el Capitan D. José Calvo de lara, Alférez Real, vestidos á la húngara, con petos dorados, mangas y calzon de encajes finos de celeste, plata y oro, sobre lama de oro, mantos imperiales de rengue verde, con ramazon de oro sobre raso blanco, y las vueltas de armiños negros con puntas al vuelo de plata: caballos oberos, sillas bordadas de oro y plata sobre carmesi. El Maestre de campo, D. Sancho Alvarez de las Asturias, el Capitan D. José de Santiago, Alcaldes ordinarios, llevaba vestidos de lama, con franjas de plata, y cabos de lo mismo: sombreros con penachos de blanco, negro y amarillo, con presillas á la vuelta de diamantes: caballos azulejos, sillas y bridas de azul y plata.
José Agustin de Eslrada, Regidor decano, y el Capitan D.
José Calvo de lara, Alférez Real, vestidos á la húngara,
con petos dorados, mangas y calzon de encajes finos de
celeste, plata y oro, sobre lama de oro, mantos imperiales
de rengue verde, con ramazon de oro sobre raso blanco,
y las vueltas de armiños negros con puntas al vuelo de pla-
ta: caballos oberos, sillas bordadas de oro y plata sobre
carmesi. El Maestre de campo, D. Sancho Alvarez de las
Asturias, el Capitan D. José de Santiago, Alcaldes or-
inarios, llevaba vestidos de lama, con franjas de plata,
y cabos de lo mismo: sombreros con penachos de blanco,
negro y amarillo, con presillas á la vuelta de diamantes:
caballos azulejos, sillas y bridas de azul y plata.


{{brecha}}De esta suerte se encaminaron para la plaza mayor, llevando en las manos hachas de cera con arandelas de plata: resonaron los clarines, iluminóse la plaza con las hachas que llevaban los lacayos, salió á sus asientos la Real Audiencia, entró el Comisario con número de lacayos y alguaciles y clarines: pedida venia á la Real Audiencia, que la concedió en el selo, entró la caballería, con grande aparato y gravedad; y llegando á la vista de la Real Audiencia, tremolando penachos, y haciendo acatamientos, que hasta los caballos parece que hacían genuflexiones, dieron vuelta por la plaza, y continuaron su paseo por las calles.
{{brecha}}De esta suerte se encaminaron para la plaza mayor,
llevando en las manos hachas de cera con arandelas de
plata: resonaron los clarines, iluminóse la plaza con las
hachas que llevaban los lacayos, salió á sus asientos la
Real Audiencia, entró el Comisario con número de lacayos y alguaciles y clarines: pedida venia á la Real Audiencia, que la concedió en el selo, entró la caballería, con
grande aparato y gravedad; y llegando á la vista de la Real
Audiencia, tremolando penachos, y haciendo acatamientos, que hasta los caballos parece que hacían genuflexiones, dieron vuelta por la plaza, y continuaron su paseo
por las calles.


{{brecha}}La noche del quinto dia del octavario, después de los fuegos artificiales, hubo segunda encamisada, con que los gremios de menestrales celebraron la dedicación de la Matriz: salieron hasta número de treinta: entraron en la plaza mayor con gran bizarría, en briosos caballos con ricos jaeces, costosas libreas, soberbias galas; pues iban vestidos de telas, lamas, lienzos, puntas y mucha pedrería: pasearon la plaza cumpliendo con todas las obligaciones cortesanas, donde habiendo gallardamente ruado los caballos, continuaron su paseo por las calles de la ciudad.
{{brecha}}La noche del quinto dia del octavario, después de los
fuegos artificiales, hubo segunda encamisada, con que
los gremios de menestrales celebraron la dedicación de la
Matriz: salieron hasta número de treinta: entraron en la
plaza mayor con gran bizarría, en briosos caballos con
ricos jaeces, costosas libreas, soberbias galas; pues iban
vestidos de telas, lamas, lienzos, puntas y mucha pedrería: pasearon la plaza cumpliendo con todas las obligaciones cortesanas, donde habiendo gallardamente ruado los
caballos, continuaron su paseo por las calles de la ciudad.


{{brecha}}La tercera encamisada se guardó para coronar las
{{brecha}}La tercera encamisada se guardó para coronar las fiestas del octavario, y así se hizo la noche del dia octavo, en que no habiéndose quemado fuegos artificiales, se dedicó toda al lucimiento de esta función. Dispusiéronla y ejecutáronla varias personas del clero, escepto la
fiestas del octavario, y así se hizo la noche del dia octavo, en que no habiéndose quemado fuegos artificiales, se
dedicó toda al lucimiento de esta función. Dispusiéronla y ejecutáronla varias personas del clero, escepto la