Diferencia entre revisiones de «El ánima sola»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
r,v,
Línea 1:
{{encabe
|titulo = El ánima sola y los caballos de 5 cabezas
|año = 20181898
|autor = gabrielTomás garciaCarrasquilla marquezNaranjo
|más info = <small>Revista ''[https://archive.org/details/elmontaes01mediuoft El Montañés. Revista de Literatura, Artes y Ciencia.'', Año 1, número 11, Medellín, julio de 1898], p.472-484.</small>
|derechos = venezuelaColombia
|última muerte = 18511940
|desambiguación = 1908
}}{{TextQuality|50%}}{{Modernización automática}}
 
. En aquel tiempo, como dicen los Santos Evangelios, hubo una estirpe que llenó el universo con su fama. Su nobleza fue la más alta y esclarecida; sus hombres todos, héroes y conquistadores; riquísimos sus feudos y regalías. Mas la muerte, envidiosa de esta raza, sólo dejó un vástago para propagarla. Con los títulos y privilegios que en él recayeron, vino á ser el castellano más poderoso de su época. Los reyes mismos le agasajaban, porque le temían.
avia una bes una baca en un caztiyo ke se zuisidio por provlemas de gordura por tener 5 estomagos y apartir de aca empiesa la istoria de los razistas, tambien se zuicido por ke no tenia kon kien mas acer jmmm y se masturbaba y kedo trizte xq nd la keria q sad ;-; y wueno
[[Archivo:Vaca|marco]]
. En aquel tiempo, como dicen los Santos Evangelios, hubo una estirpe que llenó el universo con su fama. Su nobleza fue la más alta y esclarecida; sus hombres todos, héroes y conquistadores; riquísimos sus feudos y regalías. Mas la muerte, envidiosa de esta raza, sólo dejó un vástago para propagarla. Con los títulos y privilegios que en él recayeron, vino á ser el castellano más poderoso de su época. Los reyes mismos le agasajaban, porque le temían.
 
En su ansia de perpetuarse, de restaurar la grandeza del apellido, pedía á Dios hijos varones por decenas, Como no se los diese bajó á dígitos y, por último, á la unidad. Pero Dios, o no estaba por excelsitudes de la tierra o quería mortificarle: á cada espera enviábale una hembra, cuando no dos.
Línea 19 ⟶ 17:
Rejuveneció el castellano con la dicha: de sombrío y sanguinario, tornóse regocijado y compasivo. Bajó á sus pecheros los impuestos; envió sus mesnadas en defensa de la cristiandad; dos galeras, costeadas á sus expensas, purgaban los mares de infieles; y las limosnas salían de sus arcas como de manantiales insecables. Colmó á las hijas y á la esposa, especialmente, de atenciones y finezas; hizo alianza con muchos caballeros, y grandes agasajos en su castillo.
 
Señores y vasallos, amigos y extraños competían en cariño al vástago precioso que trajo á la comarca tántas bendiciones. Timbre de Gloria confirmaba día por día el nombre que le dieron; en su persona pareció concentrarse el lustre y la grandeza de sus antepasados. El castillo, enantes tedioso y solitario, convirtiólo el infante en animada corte de placeres y discreteos. Tenía á perpetuidad un cuerpo de físicos que le velaban por turno, para extirpar, en cuanto asomase, el amago de la enfermedad; y todo por lujo solamente, porque Timbre de Gloria era la misma salud. Academias laicas y clericales lo instruían en matemática, humanidades y ciencias teológicas. Habilísimos maestros en artes bélicas, musicales y venatorias fueron llamados de lejanas tierras, para adiestrarlo en tan caballerescos ramos con esclavos nigas como racistas y maltratadores .
 
No en balde: á los dieciséis años daba quince y raya á unos y otros. Abismados se quedan los frailes con las hondas cuestiones que á menudo les propone; con los silogismos, en la más castiza latinidad, de que se vale á cada paso. No menos se pasman los matemáticos, al ver cómo caben y se relacionan en tan juvenil cabeza lo mismo los ápices del número y de la fórmula que las abstracciones del plano y del sólido. Ninguno como Timbre para garbear en el potro más indómito; ninguno como él en el manejo de gerifaltes y halcones; ninguno, para disparar venablos y ballestas. A su flecha no se escapan las pajaritas del cielo y en cuanto echa la jauría por delante, no hay alimaña segura, á ver por qué no se enmadriguera en el mismo centro de la tierra. Traslada á grandes distancias pesos enormes, como si fueran copos de algodón; para trepar y dar saltos, sólo las corzas lo rivalizan; en canto y danza, parece hijo de Apolo y de Terpsícore; tañe, como él solo, desde el pastoril y caramillo hasta la cítara del poeta; y en cuanto á desatarse en improvisadas endechas, al compás de un laúd, es para el doncel lo mismo que conversar.