Diferencia entre revisiones de «La Eneida (traducción verbum ad verbum)/Libro II»
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{{Vers|2|99}} al vulgo, y buscar, consciente, las armas (guerra).
{{Vers|2|100}} Y no descansó, pues, hasta que, siendo ministro (consejero) Calcante...
{{Vers|2|101}} Pero ¿por qué yo
{{Vers|2|102}}
{{Vers|2|103}} y oír esto ya suficiente es, ahora
{{Vers|2|104}} esto querría el de Ítaca y los Atridas lo pagarán
{{Vers|2|105}} Entonces en verdad ardemos por conocer y preguntar las causas,
{{Vers|2|106}} ignorantes de tan-grandes crímenes y del arte pelasga.
{{Vers|2|107}} Prosigue lleno-de-pavor y con pecho fingido habla.
{{Vers|2|108}} "A menudo los dánaos desearon preparar la fuga, abandonada
{{Vers|2|109}} Troya, y
{{Vers|2|110}} ¡ojalá lo hubiesen hecho! A menudo los
{{Vers|2|111}}
{{Vers|2|112}} Principalmente, cuando ya aquí, tejido con vigas de-arce, se alzara
{{Vers|2|113}} el caballo, los nimbos (tormentas) resonaron por todo el éter.
{{Vers|2|114}} Intrigados, (Suspendidos,) enviamos a Eurípilo a investigar ''(scitatum)'' los oráculos de Febo,
{{Vers|2|115}} y él (is-que) reporta estas tristes palabras de los templos (adytis):
{{Vers|2|116}} "Aplacasteis los vientos con sangre y con una virgen asesinada (Ifigenia)
{{Vers|2|117}} cuando primero, dánaos, llegasteis a las orillas ilíacas;
{{Vers|2|118}} con sangre han-de-ser-buscados (quaerendi ''sunt'') los regresos y ''se-ha-de-
{{Vers|2|119}} Cuando (esa) voz llegó a los oídos del pueblo,
{{Vers|2|120}} sus ánimos quedaron-estupefactos y corrió un gélido temblor por sus más hondos
{{Vers|2|121}} huesos (lo más hondo de sus huesos). ¿A quién los hados preparen, a quién busque Apolo?
{{Vers|2|122}} Aquí el-de-Itaca, con gran tumulto, arrastra al-medio-de-todos al adivino
{{Vers|2|123}} Calcante; cuáles
{{Vers|2|124}} le inquiere. Y ya muchos cantaban (presagiaban) para mí la
{{Vers|2|125}} del artífice (de Ulises), y callados veían lo-que-iba-a-venir.
{{Vers|2|126}} Dos veces cinco (diez) días se calla y, cubierto, rehúsa
{{Vers|2|127}}
{{Vers|2|128}} A-duras-penas,
{{Vers|2|129}} rompe su voz,
{{Vers|2|130}} Asintieron todos, y las cosas que temía(n) para sí cada uno,
{{Vers|2|131}} las soportaron, vueltas (conversa) hacia la muerte de un solo desgraciado
{{Vers|2|132}} Y ya había-llegado el nefando día: ser-preparados (se preparan) para mí los sacrificios/sacramentos,
{{Vers|2|133}} y los frutos salados, y las bandas alrededor de mis sienes (''tempora'').
{{Vers|2|134}} Me arrebaté, lo confieso, de la muerte, y rompí mis ataduras,
{{Vers|2|135}} y
{{Vers|2|136}} me escondí mientras ellos dieran velas, si por fortuna/azar las hubieran dado.
{{Vers|2|137}} Y ya para
{{Vers|2|138}} ni a mis dulces hijos y a mi añorado padre,
{{Vers|2|139}} a los cuales ellos (los dánaos) quizá (fors) pedirán también (et) los castigos por nuestra fuga (mi fuga)
{{Vers|2|140}} y esta culpa expiarán con la muerte de esos desgraciados.
{{Vers|2|141}} Por eso a ti, por los dioses-superiores y por los númenes conscientes/conocedores de lo verdadero,
{{Vers|2|142}} por (la fe [''fidem'']) si alguna fe (''fides'') hay, no-violada que reste todavía a los mortales
{{Vers|2|143}} en algún lugar, te ruego, compadécete de mis labores
{{Vers|2|144}} tan-grandes, compadécete de un ánimo que-lleva/soporta cosas no dignas.
{{Vers|2|145}} Por estas lágrimas le damos la vida y nos compadecemos incluso (más
{{Vers|2|146}} El mismo Príamo, el primero, ordena aliviar las ligaduras-de-las-manos y las apretadas
{{Vers|2|147}} ataduras y así
{{Vers|2|148}} "Quienquiera-que seas (eres), desde-ahora olvida ya a los griegos perdidos
{{Vers|2|149}} (nuestro serás) y a-mí que-te-(las)-pregunto refiéreme (''edissere'') estas cosas, verdaderas:
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{{Vers|2|153}} sostuvo hacia las estrellas sus palmas desnudadas de ataduras:
{{Vers|2|154}} "A vostros, eternos fuegos, y a vuestro no violable numen
{{Vers|2|155}} os-pongo-por-testigo(s), dice, a vosotros, altares y espadas nefandas,
{{Vers|2|156}} a los cuales huí, y las bandas (cintas) de los dioses, las cuales llevé (como) víctima:
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{{Vers|2|158}}
{{Vers|2|159}} si algunas (en)cubren (todas las que encubren); no soy
{{Vers|2|160}} Tú, solamente (modo), mantén (haz-que-te-mantengas en) las promesas; y que preserves tú, (oh) Troya
{{Vers|2|161}} preservada, la fe-dada, si cosas verdaderas referiré, si grandes-cosas te pagaré-en-contra.
{{Vers|2|162}} Toda la esperanza de los dánaos y la
{{Vers|2|163}} se-sostuvo (stetit) siempre en los auxilios de Palas.
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{{Vers|2|165}}
{{Vers|2|166}} Paladio, asesinados los custodios de la suprema fortaleza
{{Vers|2|167}} arrebataron la sagrada
{{Vers|2|168}} osaron (''ausi [sunt]'') tocar las cintas virgíneas de la divina (Minerva),
{{Vers|2|169}} '''desde entonces (desde aquello, ex illo)''' ''[empezó a]'' fluir/deshacerse la esperanza de los dánaos, y a
{{Vers|2|170}} rotas ''[fueron]'' sus fuerzas, adversa ''[fue]'' la mente de la diosa.
{{Vers|2|171}} La Tritonia/Atenea/Minerva dio estas señales con no-dudosas muestras ''[monstruos, portentos]''.
{{Vers|2|172}} Apenas depositado (fue) el simulacro (imagen) en los campamentos: ardieron
{{Vers|2|173}} llamas en sus luces erguidas (ojos
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{{Vers|2|175}} destelló, llevando
{{Vers|2|176}} Al-mismo-tiempo Calcante canta que
{{Vers|2|177}} y que no puede(n) los Pérgamo(s) ser-abiertos a los dardos argólicos
{{Vers|2|178}} si no
{{Vers|2|179}}
{{Vers|2|180}} Y Ahora que con el viento buscaron las patrias Micenas,
{{Vers|2|181}} las armas y dioses preparan como acompañantes, y, vuelto-a-ser-medido el piélago,
{{Vers|2|182}}
{{Vers|2|183}}
{{Vers|2|184}} la cual expiara el triste sacrilegio.
{{Vers|2|185}} Sin embargo Calcante mandó levantar esta inmensa mole,
{{Vers|2|186}} con robles
{{Vers|2|187}} para que no pudiera ser
{{Vers|2|188}} ni protegerse el pueblo (troyano) bajo su antigua religión
{{Vers|2|189}} pues si vuestra mano hubiese violado los dones de Minerva,
{{Vers|2|190}} entonces una gran destrucción (el cual omen/presagio los dioses antes contra él mismo
{{Vers|2|191}} viertan) (una gran destrucción)
{{Vers|2|192}} Pero si no con las manos vuestras hubiese ascendido a vuestra
{{Vers|2|193}}
{{Vers|2|194}} y estos hados permanecerían/
{{Vers|2|195}} Con tales insidias y el arte del perjuro Sinón
{{Vers|2|196}} creída la cosa (fue), y capturados (fueron) con engaños y lágrimas forzadas,
{{Vers|2|197}} (aquellos) a los que ni el Tidida(Diomedes) ni
{{Vers|2|198}}
{{Vers|2|199}} Aquí otra cosa-mayor para (nosotros), desgraciados, y mucho más
{{Vers|2|200}} se presenta, y turba nuestros pechos impróvidos (desprevenidos).
{{Vers|2|201}} Laocoonte, conducido (elegido) por la suerte (como) sacerdote para Neptuno,
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{{Vers|2|229}} temblorosos para-todos, y refieren que Laocoonte, mereciéndolo (merentem),
{{Vers|2|230}} había pagado su crimen, el cual la sacra madera con la cúspide-de-su-lanza
{{Vers|2|231}} hubiera-herido, y (quien) la
{{Vers|2|232}} Que-ha-de-ser-conducido el simulacro hacia las sedes y han-de-ser-orados los númenes
{{Vers|2|233}} de la diosa conclaman/claman-todos.
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