Diferencia entre revisiones de «La Eneida (traducción verbum ad verbum)/Libro II»

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{{Vers|2|1}} Todos se callaron y, atentos ("tensos-hacia-Eneas" n.s.m.), tenían los rostros.
{{Vers|2|2}} De-ahí, el padre Eneas así comenzó (orsus [est]) desde su alto lecho:
{{Vers|2|3}} “Un dolor inefable (infame, sacrílegoexecrable), oh reina, me ordenas renovar,
{{Vers|2|4}} (de) cómo las riquezas troyanas y elsu lamentabletriste reino
{{Vers|2|5}} derruyeron los dánaos, cosas desgraciadísimas que (quae) yo mismo he visto
{{Vers|2|6}} y de las que fui parte muy-grande. ¿Quién, diciendo tales cosas,
{{Vers|2|7}} de los mirmídones o dólopes, o soldado del cruel Ulises,
{{Vers|2|8}} se templaría (abstendría) de las lágrimas? Y ya la noche húmeda se
{{Vers|2|9}} precipita del cielo (abl.) /[o bien "se precipita al cielo (dt.)"] y persuaden a los sueños las declinantes estrellas.
{{Vers|2|10}} Pero si tan grande (es) tu amor por conocer nuestros casos
{{Vers|2|11}} y por oír brevemente la labor (la caída) suprema de Troya,
{{Vers|2|12}} aunque el ánimo, al recordarlo, se horroriza y huye del luto (con, por luto),
{{Vers|2|13}} empezaré. Rotos por la guerra y rechazados por los hados
{{Vers|2|14}} los conductores de los dánaos, pasados ya tantos años,
{{Vers|2|15}} edifica con el arte de la divina Palas, un caballo en-la-figura (instar, in-sto, in-stead) de un monte
{{Vers|2|16}} edificande un monte, y entretejen los costados con abeto seccionado;
{{Vers|2|17}} (lo) simulan un voto por el regreso; vagase divulga esta fama.
{{Vers|2|18}} HabiendoAquí, habiéndolos sorteado (ellos), incluyen aquí furtivamente para su ciego costado
{{Vers|2|19}} unos elegidos cuerpos de hombres, y profundamente
{{Vers|2|20}} llenan las cavernas ingnentes y su útero con armado soldado.
{{Vers|2|21}} A la vista está Ténedos, isla de conocidísima fama,
{{Vers|2|22}} rica de recursos (de Príamo) mientras se mantenían los reinos de Príamo,
{{Vers|2|23}} ahora sólosolo (tantum) un golfo y una estación mal segura (no fiel) para las carenas/quillas:
{{Vers|2|24}} lanzados aquí, se esconden en el desierto litoral;
{{Vers|2|25}} nosotros pensando (rati ''sumus'' que habíamos pensado) que se habían ido y que con el viento habían buscado Micenas.
{{Vers|2|26}} Así pues, toda Teucria se deshizodesató en (o se liberó de) (''solvit'') un largo duelo;
{{Vers|2|27}} se abren las puertas, ayuda (agrada) ir y ver los campamentos dorios
{{Vers|2|28}} y los lugares desiertos y el litoral abandonado:
{{Vers|2|29}} aquí la mano (tropa) de los dólopes, aquí poníatenía-las-tiendas el cruelsalvaje Aquiles;
{{Vers|2|30}} aquí el lugar para las flotas, aquí solían luchar en formaciónfila.
{{Vers|2|31}} Una parte contempla-estupefacta el regalo mortal (''exitiale'') de la innupta Minerva
{{Vers|2|32}} y (se) admiran (de) la mole del caballo; y el primero Timetes
{{Vers|2|33}} exhorta a que sea-conducido dentro de los muros y sea-colocado en la ciudadela,
{{Vers|2|34}} o bien por el engaño, o bien porque ya así lo llevaban los hados de Troya.
{{Vers|2|35}} Sin- embargo, Capis y (aquellos) para cuya mente (había) una mejor sentencia,
{{Vers|2|36}} ordenan o precipitar al piélago las insidias y los sospechosos regalos de los dánaos
{{Vers|2|37}} y quemarlos con llamas puestas-por-debajo,
{{Vers|2|38}} o perforar los cóncavos escondites (''cavas... latebras'') del útero y tentarlos (palparlosprobarlos).
{{Vers|2|39}} Se escinde el vulgo incierto enhacia afanes (''studia'') contrarios.
{{Vers|2|40}} YAllí, allíLaocoonte, el primero antes que todos Laocoonte, acompañándo(lo) una gran muchedumbre,
{{Vers|2|41}} baja-corriendo ardiente de la suma fortaleza (de lo más alto de la fortaleza),
{{Vers|2|42}} y desde-lejos: “Oh míserosdesgraciados ciudadanos, ¿qué locura tan grande?
{{Vers|2|43}} ¿Creéis marchados a los enemigos (que se han ido los enemigos) o pensáis que algunos
{{Vers|2|44}} regalos de los dánaos carecen de trampas? ¿Así (es) conocido Ulises?
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{{Vers|2|46}} o contra nuestros muros ha sido fabricada esta máquina,
{{Vers|2|47}} para inspeccionar nuestras casas y para caer desde arriba hacia nuestra ciudad,
{{Vers|2|48}} o algún otro error late; teucros, no creáis al caballo, teucros.
{{Vers|2|49}} Lo-que-quiera-es esto sea (es), temo a los dánaos incluso ofreciendo regalos.”
{{Vers|2|50}} Así (había) dicho y unaun hastaasta ingente blandió (contorsionótorció) con ingentesvigorosas fuerzas
{{Vers|2|51}} contra el lateralcostado y contra el vientre curvado por las ensambladuras (compagibus) del fiero.
{{Vers|2|52}} Aquélla (el hastaasta, la lanza) se sostuvo vibrando, y en el útero sacudido
{{Vers|2|53}} resonaron las cóncavas cavernas (''cavae... cavernae'') y dieron un gemido.
{{Vers|2|54}} Y, si los hados de los dioses, ysi nuestra mente no hubiera sido izquierda (erróneaadversa),
{{Vers|2|55}} nos había empujado a deformar los escondites argólicos con hierro (a hierro),
{{Vers|2|56}} y Troya ahora estaría-en-pie, y (tú), alta fortaleza de Príamo, permanecerías.
{{Vers|2|57}} He-aquí-[que], entretantoentre tanto, unos pastores dardánidas traían a un joven,
{{Vers|2|58}} atado- (n.s.m.) sus-manos (ac.pl.f.) a la espalda;, (lo traían) ante el rey con gran clamor;
{{Vers|2|59}} el cual se había ofrecido a-sí-mismo, desconocido, en-contra/de-grado (ultro), a los que venían,
{{Vers|2|60}} para que él urdiera esto mismo (para poder él urdir esto mismo) y (para) que él abriera Troya
{{Vers|2|61}} a los aqueos, (con)fiándose (él) de su ánimo, y preparado para lo uno y lo otro,
{{Vers|2|62}} o bien (para) tramar engaños o (para) sucumbir a una muerte cierta.
{{Vers|2|63}} Y de De-todas -partes, por afán de ver, la troyana juventud
{{Vers|2|64}} difundiéndose-alrededor (de él), se precipita, y luchan por hacer-burla al capturado.
{{Vers|2|65}} Escucha (acoge) ahora las insidias de los dánaos y por un solo crimen
{{Vers|2|66}} conócelos (apréndelos) a todos (los dánaos y sus engaños).
{{Vers|2|67}} Pues cuando, turbado en la mitad de la vista (a la vista de todos), se quedó de pie,
{{Vers|2|68}} inerme, y miró-alrededor con sus ojos las filas frigias:
{{Vers|2|69}} “Ay, ¿qué tierra ahora”, dijo, “qué superficies pueden acogerme?
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{{Vers|2|71}} para el cual ni entre los dánaos, en-ninguna-parte, lugar (hay), y, sobre-ello, los propios
{{Vers|2|72}} dardánidas, hostiles, mis castigos con sangre piden?”
{{Vers|2|73}} Con este gemido convertidos los ánimos (fueron) y (fue) oprimidoreprimido
{{Vers|2|74}} todo ímpetu. Lo exhortamos a decir de qué sangre (había) crecido,
{{Vers|2|75}} o qué traiga; que recuerde (mencione) cuál sea su confianza para-él, un cautivo.
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{{Vers|2|91}} -no digo cosas desconocidas- lo arrojó desde las costas superiores,
{{Vers|2|92}} afligido, arrastraba mi vida entre tinieblas y luto
{{Vers|2|93}} y me indignaba la desgracia (casum) de mi inocente amigo.
{{Vers|2|94}} Y no callé, demente, y me prometí a-mi-en-persona, si alguna fortuna (me) llevara (favoreciera),
{{Vers|2|95}} que si alguna vez regresara vencedor a mi patria Argos (mis patrios Argos),
{{Vers|2|96}} (me prometí a mí mismo como) vengador, y odios ásperos promoví con mis palabras.
{{Vers|2|97}} Desde-ahí (procede) para mí la primera caída de mi desgarcia, desde-ahí Ulises ''(empezó-a)''
{{Vers|2|98}} aterrarme siempre con nuevos crímenes, dedesde-ahí esparcir voces ambiguas
{{Vers|2|99}} al vulgo, y buscar, consciente, las armas (guerra).
{{Vers|2|100}} Y no descansó, pues, hasta que, siendo ministro (consejero) Calcante...
{{Vers|2|101}} Pero ¿por qué yo me detengo (''(revolvo)'') para-nada en estas cosas ingratas?,
{{Vers|2|102}} ¿o a qué me demoro? Si en unaun solasolo ornenorden tenéis a todos los aqueos
{{Vers|2|103}} y oír esto ya suficiente es, ahora mismo asumid (aplicad) los castigos:
{{Vers|2|104}} esto querría el de Ítaca y los Atridas lo pagarán con grandeza.