Diferencia entre revisiones de «Las mil y una noches:0919»

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m despiezator(Ed.Ex.Lady):generando el capítulo
 
Línea 14:
"Y tal es ¡oh rey afortunado! -continuó Schehrazada- la historia de la joven Tohfa, Obra Maestra de los Corazones, lugartenienta de los pájaros".
 
Y el rey Schahriar se maravilló de este relato de Schehrazada hasta el límite de la maravilla, sobre todo de los poemas y cantos de las flores y las aves, y especialmente del canto de la Abubilla y del canto del Cuervo. Y pensó para su ánima: "¡Por Alah, que esta hija de mi visir ha sido para mí una bendición insigne! Y una persona de su mérito y de sus cualidades no merece la muerte. Es preciso, pues, anteantes de que decida definitivamente con respecto a ella, que reflexione algún tiempo todavía. ¡Y además, puede saber otras historias no menos admirables, y contármelas!" Y se sintió en un estado de exaltación como no lo había experimentado hasta entonces; de modo que no pudo por menos de estrechar de pronto a Schehrazada contra su corazón, y decirle: "Benditas sean las mujeres que se te parecen, ¡oh Schehrazada! Esa historia me ha conmovido en extremo con los cantos de flores y aves que contiene y con la gran enseñanza con que me han enriquecido esos poemas. Así, pues, ¡oh virtuosa y dilecta hija de mi visir! si aún tienes que contarme una o dos o tres o cuatro historias como esa, no vaciles en comenzar. ¡Porque esta noche me noto el alma apaciguada y refrescada con tus palabras, y el corazón conquistado por tu elocuencia!"
 
Y Schehrazada contestó: "No soy más que la esclava de mi amo el rey, y sus alabanzas están por encima de mis méritos. Pero, ya que lo deseas, me gustaría narrarte ciertos hechos relativos a mujeres, a capitanes de policía y a otras cosas parecidas, aunque tengo mucho miedo de que mis palabras ofendan a tu espíritu y a tu amor por la moral, pues serán un poco libres y atrevidas. Porque ¡oh rey del tiempo! el pueblo ignora generalmente el lenguaje discreto, y sus expresiones traspasan a veces los límites de las conveniencias. ¡Por tanto, si quieres que salte por encima de ellas, saltaré; pero, si quieres que me calle, me callaré!" Y dijo el rey Schahriar: "¡Claro que puedes hablar, Schehrazada! porque nada podrá asombrarme de parte de las mujeres, y sé que son semejantes a una costilla torcida; y es notorio que, cuando se quiere enderezar una costilla torcida, se la tuerce más; y si se insiste, se la rompe.