Diferencia entre revisiones de «Proclama de Carlos VI a los españoles (1846)»

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Españoles:
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ESPAÑOLES,
Cumplia à mi dignidad y mis sentimientos esperar el desenlace de los acontecimientos que hoy veo, sin sorpresa, consumados en España, y mas aun no desmentir cuanto os anuncié en mi manifiesto de 23 de mayo de 1845.
Entonces os hice conocer mis principios; que mis deseos no eran otros sino sacar à nuestra patria del caos en que se halla sumergida; obrar la solida reconciliacion de los partidos; daros la paz y ventura de que tanto necesitais y habeis merecido. Los resultados no han correspondido à mis desvelos, y vuestra esperanza ha quedado defraudada.
Vuestro deber y mi palabra nos imponen nuevos esfuerzos, para cumplir la mision que nos está encomendada.
Llegó pues, el momento, Españoles, que tan cuidadosamente quise evitar á costa de tantos sacrificios de vuestra parte y de la mia: fuera mengua para vosotros y mancilla para mi, ser ahora menos esforzados que siempre os estimó la Europa.
No conozco partidos, no veo sino Españoles, y todos ellos capaces de contribuir poderosamente conmigo al grande objeto para que la divina Providencia me reserva. Os llamo pues á todos, de todos espero y de ninguno temo.
La causa que represento es justa: ningun obstaculo debe retraernos para salvarla: el resultado es cierta, pues cuento que celosos, activos y valientes, acudireis solicitos al llamamiento que os hago.
Quiero, y os encargo, que no mireis á lo pasado. La era que va á empezar no debe parecerse à la pasada: la concordia debe restablecerse en todas sus partes entre los Españoles: cesan los epitetos, los odios y los agravios.
Las instituciones propias de la epoca, la santa religion de nuestros mayores, el libre egercicio de la justicia, respeto á la propiedad y la amalgama cordial de los partidos, os garantizan la felicidad por que tanto suspirais.
Cumpliré cuanto os prometí y ofrezco; y en el momento del triunfo nada me será tan grato ni me complacerá tanto, como considerar que no hubo vencedores ni vencidos.
Os doy las gracias por vuestros sufrimientos, constancia y cordura. Admirador de vuestra valor, y de vuestras hazañas, sabré recompensarlas en el campo de batalla.
 
CumpliaCumplía àa mi dignidad y mis sentimientos esperar el desenlace de los acontecimientos, que hoy veo, sin sorpresa, consumados en España, y masmás aunaún no desmentir cuanto os anuncié en mi manifiesto de 23 de mayo de 1845.
 
Entonces os hice conocer mis principios; que mis deseos no eran otros sino sacar àa nuestra patria del caos en que se halla sumergida; obrar la solidasólida reconciliacionreconciliación de los partidos; daros la paz y ventura de que tanto necesitaisnecesitáis y habeishabéis merecido. Los resultados no han correspondido àa mis desvelos, y vuestra esperanza ha quedado defraudada.
CARLOS LUIS/CARLOS VI
 
Vuestro deber y mi palabra nos imponen nuevos esfuerzos, para cumplir la misionmisión que nos está encomendada.
 
Llegó pues, el momento, Españolesespañoles, que tan cuidadosamente quise evitar áa costa de tantos sacrificios de vuestra parte y de la miamía: fuera mengua para vosotros y mancilla para mi, ser ahora menos esforzados que siempre os estimó la Europa.
Bourges, 14 de Septiembre de 1846.
 
No conozco partidos, no veo sino Españolesespañoles, y todos ellos capaces de contribuir poderosamente conmigo al grande objeto para que la divinaDivina Providencia me reserva. Os llamo pues áa todos, de todos espero y de ninguno temo.
 
La causa que represento es justa:; ningunningún obstaculoobstáculo debe retraernos para salvarla: el resultado es ciertacierto, pues cuento que celosos, activos y valientes, acudireisacudiréis solicitossolícitos al llamamiento que os hago.
 
Quiero, y os encargo, que no mireismires áa lo pasado. La era que va áa empezar no debe parecerse àa la pasadapresente: la concordia debe restablecerse en todas sus partes entre los Españolesespañoles: cesancesen los epitetosepítetos, los odios y los agravios.
 
Las instituciones propias de la epocaépoca, la santa religionReligión de nuestros mayores, el libre egercicioejercicio de la justicia, respeto áa la propiedad y la amalgama cordial de los partidos, os garantizan la felicidad por queporque tanto suspiraissuspiráis.
 
Cumpliré cuanto os prometí y ofrezco; y en el momento del triunfo nada me será tanmás grato ni me complacerá tanto, como considerar que no hubo vencedores ni vencidos.
 
Os doy las gracias por vuestros sufrimientos, constancia, y cordura. Admirador de vuestravuestro valor, y de vuestras hazañas, sabré recompensarlas en el campo de batalla.
 
Bourges, 1412 de Septiembreseptiembre de 1846.- Carlos Luis.