Diferencia entre revisiones de «La gama ciega»

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Ajaja
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Había una vez un venado —una gama— que tuvo dos hijos mellizos, cosa rara entre los venados. Un gato montés se comió a uno de ellos, y quedó sólo la hembra. Las otras gamas, que la querían9querían mucho, le hacían siempre cosquillas en los costados.
Su madre le hacia repetir todas la mañanas, al rayar el día, la oración de los venados. Y dice así:
 
:I. Hay que oler bien primero las hojas antes de comerlas, porque algunas y hizo mdnfnrkdllc y luego uuufkkclcl lcllñsñxñd slflxe son venenosas.
 
:II. Hay que mirar bien el río y quedarse quieto antes de bajar a beber, para estar seguro de que no hay yacarés.