Diferencia entre revisiones de «El Domingo de Ramos»

Al aproximarse el esperado domingo de Cuaresma, cual bandada de gorriones que, dispersa por huertos y heredades usa de la libertad que Dios le ha conce-didoconcedido , comiendo una parte del grano que el labrador sembró afanoso en sus campos , chiquillos y mozos recorren los alrededores del pueblo , llegan á las ve-cinasvecinas aldeas, escalan muros y penetran furtivamente en los cercados, para poder arrancar de ajenos olivos y laureles ( ya que no todos pueden tenerlos pro-piospropios ) con que hacer el ramo codiciado , que cuanto más alto y frondoso sea , más ha de causar la admi-racionadmiracion y envidia de los que no han alcanzado á tanto. Olivos y laureles sufren' con tal motivo inopinadas desnudeces, y siéntense de todas suertes maltratados y heridos de la manera brusca y despiadada con que el ladron trata lo que no es suyo. Es aquella una ra-pacidadrapacidad llevada al grado máximo, una verdadera tala vandálica y agresiva que deja desgarradas las hojas, heridos y mutilados los troncos , así como desampa-radosdesamparados 6ó destruidos, mundos de insectos que sin acor-darseacordarse de las mudanzas y cambios bruscos de la vida, bajo ellos se guarecian 6ó vivian dichosos. i

¡Cuántos pobres pajarillaspajarillos no son en tales ocasio-

nes sorprendidos con gritos de júbilo que pueden de-cirsedecirse de muerte para las aves desventuradas que aún no tuvieron la felicidad de poder levantar su vuelo, y cuántas viviendas , con ímprobos trabajos fabricadas para cobijarse en ellas amorosas parejas con el fruto de su union , caen de improviso desde la altura, destrozándose contra las duras rocas ó hundiéndose en el engrosado arroyo que las arrastra en sus aguas ! Mas, como todos hemos nacido para morir ( de bue-nabuena 6ó mala muerte), y todo aquello tiene un objeto y fin piadosos , en gracia á que es buena la intencion, perdonando Dios lo que hay de culpable en semejan-tessemejantes desafueros, los árboles que sufrieron el despojo, tornan, por permision del Cielo, á estar tan verdes y lozanos , que al año siguiente pueden aprontar el mismo contingente de ramas , y sufrir , sin menos-cabomenoscabo , iguales deterioros que en los pasados pade-cieronpadecieron.

Quizá por esto , ni olivos ni laureles desaparecen ni van á ménos, ni dejan nunca, Domingo de Ramos, de verse en toda iglesia ó catedral de Galicia, verda-derosverdaderos bosques de ''ramos'' de laurel y de olivo, pudiendo oirse , cuando los que los ostentan en sus manos los levantan y hacen chocar unos contra otros, un rumor como de mansas olas , que , al resonar bajo las altas naves de piedra cuando el órgano y los cánticos re-