Diferencia entre revisiones de «El primer loco»
Contenido eliminado Contenido añadido
Página creada con «{{encabezado2|{{PAGENAME}}|Rosalía de Castro}} <div class=prose> Capítulo I -¡Ya puedo respirar libremente... ya me encuentro en mi verdadera atmósfera! Sólo aqu...» |
Sin resumen de edición |
||
Línea 5:
<center>Capítulo I</center>
-¡Ya puedo respirar libremente... ya me encuentro en mi verdadera atmósfera! Sólo aquí, en este lugar de mis predilecciones, en mi quinta abacial, tan llena de encantos y de misterio, puedo calmar en parte la inquietud que me devora el alma... ¡pero, qué inquietud, Dios mío!
Línea 326:
<center>Capítulo II</center>▼
▲Capítulo II
En efecto, como el que gozase en arrancarse las propias entrañas, Luis, con acento cada vez más expresivo y conmovedor, prosiguió hablando de esta manera:
Línea 426 ⟶ 423:
que n'alma s'asenta,
▲ «Mal d'ollo ou feitizo
▲ por gran milagreza».
Línea 493 ⟶ 486:
<center>Capítulo III</center>▼
▲Capítulo III
Proseguí, sin embargo, volviendo al bosque, pues como cosa de milagro tornara a familiarizarme con cuanto allí había sido en otro tiempo grato a mi corazón. Tras de las locuras a que solía entregarme en la ciudad, venía aquí, como quien dice, a reparar mis fuerzas y a saborear el recuerdo de mis abominaciones y venganzas. Bajo la sombra de estos robles hallaba siempre a Esmeralda, que me salía al paso los primeros días en que nos conocimos para preguntarme cómo iba de mi herida y después por el estado de mi salud; porque aquella pobrecilla se había empeñado en creerme enfermo a pesar de que nunca me oyó quejar de cosa alguna.
Línea 649 ⟶ 639:
<center>Capítulo IV</center>
Pasado breve rato, en un tono que cada vez tenía más de vago y fantástico que de real, pero que resonaba en los oídos de Pedro de una manera tal que le hacía estremecerse, Luis prosiguió diciendo:
|