Diferencia entre revisiones de «La Eneida (traducción verbum ad verbum)/Libro I»

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le quito el año, se lo pongo a la categoría
m correcciones
Línea 324:
{{Vers|1|315}} llevando el rostro y el hábito y las armas de de una virgen
{{Vers|1|316}} espartana, o cual la tracia Harpálice fatiga a los caballos
{{Vers|1|317}} o sobrepasa al volador río Hebro en la fuga (huida).
{{Vers|1|318}} Pues el arco manejable había suspendido de sus hombros, según la costumbre,
{{Vers|1|319}} (como) una cazadora, y había dado su cabello para que lo difundieran a los vientos,
{{Vers|1|320}} desnuda por la rodilla, y habiendo -recogido en un nudo los pliegues sueltos.
{{Vers|1|321}} Y, ella primera: "Eh, dijo, jóvenes, mostrad(la) si (alg)una de las hermanas mías
{{Vers|1|322}} visteis aquí, errando (ella) por fortuna (por azar).,
{{Vers|1|323}} ceñida con la aljaba, y con el cobertor (cubierta por la piel) de una manchada lince,
{{Vers|1|324}} o a grito(s) acosando la carrera de un espumante jabalí."
{{Vers|1|325}} Así Venus (dijo); y el hijo de Venus así (hubo) comenzado en contra:
{{Vers|1|326}} "Ninguna de tus hermanas oída ni vista (ha sido) para mí...
{{Vers|1|327}} ¿CómoOh, cómo te he de recordar (nombrar), virgen? Pues no tienes (est tibi,) tienes)un rostro
{{Vers|1|328}} mortal, ni tu voz suena a persona humana:ser-humano. Oh, diosa ciertamente...
{{Vers|1|329}} ¿Acaso la hermana de Febo? ¿Acaso una de las de la sangre de las ninfas?
{{Vers|1|330}} Que seas feliz, y alivies nuestranuestro labor, quienquiera que (seas),
{{Vers|1|331}} y nos enseñes (doceas) bajo qué cielo, por fin, en qué orillas del orbe
{{Vers|1|332}} hemos sidoseamos arrojados. Ignorantes de los hombres y de los lugares
{{Vers|1|333}} erramos, llevados aquí por el viento y los vastos oleajes:
{{Vers|1|334}} caerá para ti ante tus altares mucha víctima por nuestra diestra.
{{Vers|1|335}} Entonces Venus: "Yo-ciertamente no me digno de (con) tal honor;
{{Vers|1|336}} Para las vírgnes tirias es costumbre llevar la aljaba
{{Vers|1|337}} y con coturno de-púrpura en alto las piernas anudar.
{{Vers|1|338}} Los reinos púnicos ves, los tirios y la ciudad de Agenor;
{{Vers|1|339}} pero las fronteras (son) libias), pueblo intratable en la guerra.
{{Vers|1|340}} Dido dirige el poder, prófuga de la ciudad tiria,
{{Vers|1|341}} huyendo a su hermano. Larga es la injuria, largos
{{Vers|1|342}} los ambages, pero seguiré lo más culminante (summa fastigia) de las cosas.
{{Vers|1|343}} Siqueo era el esposo de esta (dt), el más rico de campo (sg)
{{Vers|1|344}} de (entre) los fenicios, y amado con gran amor para ella, la desgraciada (Dido),
{{Vers|1|345}} al cual el padre de ella se la había dado intacta, y la había unido con los primeros
{{Vers|1|346}} auspicios. Pero ellos poderreinos de Tiro su hermano Pigmalión lolos tenía,
{{Vers|1|347}} el más terrible, quepor losdelante otrosde todos los otros, por su crimen.
{{Vers|1|348}} Entre ellos vino la locura en medio (se interpuso la locura). Este, impío, a Siqueo,
{{Vers|1|349}} ante las aras, y ciego por el amor del oro,
{{Vers|1|350}} sorprende a escondidas con su puñal al incauto, sin-preocuparse (se-curus) del amor
{{Vers|1|351}} de su hermana; ocultó la acción mucho tiempo, y a ella, enferma,
{{Vers|1|352}} el malvado, simulando muchas cosas, la engañó con esperanza vana.
{{Vers|1|353}} Pero en sueños le llegó ella propiopropia imagen (fantasma) de su esposo, inhumado,
{{Vers|1|354}} levantando su(s) rostro(s) pálidos en modos admirables,
{{Vers|1|355}} y le descubrió (desnudó) las aras crueles, y su(s) pecho(s) atravesado(s) a hierro
{{Vers|1|356}} y desveló todo el crimen ciego (secreto) de la casa.
{{Vers|1|357}} Entonces aboga por (la persuade de) acelerar la fuga y salir de la patria
{{Vers|1|358}} y, auxilio del camino, saca antiguos tesoros de la tierra,
{{Vers|1|359}} un desconocido peso de plata y oro.
{{Vers|1|360}} Conmovida por estas cosas, Dido preparaba la fuga y a sus socios (partidarios):
{{Vers|1|361}} acuden (aquellos) para quienes o el odio cruel del (hacia el) tirano
{{Vers|1|362}} o el miedo era más fuerte; naves, que por azar (estaban) preparadas