Diferencia entre revisiones de «La Eneida (traducción verbum ad verbum)/Libro I»

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Creación de Virgilio Eneida, trad. verbum ad verbum
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Revisión del 12:34 11 dic 2016

La Eneida de Virgilio.

Libro I

Traducción verbum ad verbum por
Cristian Gómez Salas, 1.1-100
Ángeles Aguilera Bretones, 1.101-200
Elena Fernández Naranjo, 1.201-300
Nerea Alarcón Carretero, 1.301-400
Laura Rodríguez Aparicio, 1.401-500
Andrea Rodríguez Virtudes, 1.501-600
Alba López Millán, 1.601-700
Violeta Rubiales Rodríguez, 1.701-756
Revisada por Ana Pérez Vega


1. Canto a las armas y al varón, que llegó primero, prófugo por el hado, de las costas
2. de Troya a Italia y a los litorales lavinios,
3. azotado muchas veces no sólo por las tierras sino por alta mar
4. por la fuerza de los altísimos a causa de la ira memoriosa de la cruel Juno.
5. Y muy sufrido también por la guerra mientras fundara la ciudad
6. y llevara los dioses al Lacio, de donde (es) el pueblo latino,
7. y los padres albanos, y las murallas de la alta Roma.
8. Musa, recuérdame las causas, por qué numen ofendido
9. o doliéndose por qué, la reina de los dioses empujó a sufrir tantos sucesos (casos)
10. a un hombre insigne por su piedad, a hacer frente a tantas labores.
11. ¿Acaso tan grandes (son) las iras en los ánimos celestiales?
12. Una urbe antigua hubo, Cartago, los colonos tirios la tuvieron,
13. frente a Italia y alejada de las bocas del Tíber,
14. rica de recursos y muy áspera en los afanes de la guerra;
15. a la que, se dice, Juno (Juno es dicha que) cultivó más, a ella sola, que a todas las tierras,
16. (incluso) dejada-atrás Samos; aquí sus armas,
17. allí su carro estuvo; la diosa, si los hados consienten,
18. ya entonces pretende e intenta que éste sea el rey (reino) para los pueblos.
19. Pero de hecho había oído que era conducida una progenie de sangre troyana,
20. la cual, en otro tiempo, subvertiría las fortalezas tirias;
21. que de aquí vendría un pueblo, ampliamente rey, y soberbio en la guerra,
22. para la destrucción de Libia, así lo hilaban (volvían) las Parcas.
23. Esto temiendo, y recordando (memoriosa) la Saturnia (de) la vieja guerra,
24. la que, ella la primera, ante Troya había llevado a favor de sus queridos argivos;
25. -pues aún las causas de sus iras y sus crueles dolores
26. no habían caído de su ánimo; en su profunda mente permanece repuesto
27. el juicio de Paris y la injuria de su despreciada hermosura,
28. y el pueblo odiado, y los honores del raptado Ganimedes-;
29. encendida de sobra por estas cosas, retenía a los troyanos,
30. agitados por todo el mar, las reliquias de los dánaos y del cruel Aquiles,
31. (los retenía) lejos del Lacio, y por muchos años
32. erraban, sacudidos por los hados, alrededor de todos los mares.
33. De tan gran dificultad (mole) era fundar el linaje romano.
34. Apenas daban velas, contentos, desde la vista de la tierra siciliana
35. hacia el alto-mar, y surcaban con el bronce las espumas del mar-salado,
36. cuando Juno, que guardaba una eterna herida bajo su pecho,
37. (pensó) estas cosas para sí: “¿Desistir (yo) de de mi propósito, dándome por vencida,
38. y no poder (yo) alejar de Italia al rey de los teucros?
39. Sin duda se me veta por los hados. ¿Acaso no pudo Palas quemar
40. la flota de los argivos y sumergirlos a ellos mismos en el Ponto,
41. por el crimen y la furia de uno sólo, Áyax, hijo de Oileo?
42. Ella misma, habiendo lanzado desde las nubes el rápido fuego de Jove (Júpiter),
43. dispersó las naves y revolvió el mar con los vientos
44. y a aquél, expirante, con el pecho atravesado a llamas
45. lo arrebató en un torbellino y lo clavó en un escollo agudo.
46. En cambio yo, que avanzo (como) reina de los dioses, y de Júpiter
47. hermana y cónyuge, llevo guerras contra un solo pueblo
48. durante tantos años. ¿Y (acaso) alguien el numen de Juno adorará
49. después de esto, o suplicante impondrá su honor a mis altares?”
50. Revolviendo tales cosas consigo misma en su pecho inflamado, la diosa
51. llegó a la patria de los nimbos, lugares preñados de furiosos austros,
52. a Eolia. Aquí, el rey Éolo en una vasta caverna
53. oprime a los vientos y a las sonoras tempestades
54. con su mando y con cadenas y cárcel los frena.
55. Ellos, indignados, con un fuerte murmullo hacen sonar los encierros
56. del monte; en la cumbre de la fortaleza se sienta Éolo
57. sosteniendo su cetro, y suaviza los ánimos, y atempera las iras.
58. Si no (lo) hiciera, los mares y tierras y el cielo profundo,
59. sin duda, se (los) llevarían (estos) rápidamente (rápidos) y los barrerían consigo por las auras.
60. Pero el padre omnipotente los escondió en oscuras cavernas,
61. temiendo eso, y les puso encima una mole, y sobre ella unos montes altos,
62. y les dio un rey que con un pacto cierto supiera
63. apretar y aflojar las riendas según las órdenes recibidas.
64. A él entonces Juno suplicante de estas voces se sirvió:
65. “Éolo, puesto que a ti el padre de los dioses y rey de los hombres
66. te concedió calmar los oleajes y alzarlos con el viento,
67. un pueblo enemigo para mí surca el mar Tirreno
68. portando hacia Italia a Ilión, y a sus Penates vencidos:
69. insufla fuerza a tus vientos y destruye las popas sumergiéndolas
70. o haz que se dispersen y deshaz sus cuerpos en el Ponto.
71. Son mías dos veces siete ninfas de hermoso cuerpo
72. de la que Deiopea (es) la más bella por su figura,
73. te uniré a ella en matrimonio estable y te la consagraré como propia,
74. para que por tales méritos (tuyos) pase todos los años contigo
75. y que con una bella prole te haga padre.”
76. Éolo, a cambio de esto: “Labor tuya (es), oh reina, explorar lo que prefieres,
77. mi deber es acoger tus órdenes.
78. Tú me concilias este reino, cualquiera que sea, tú mis cetros
79. y a Jove (Júpiter); tú concedes que me recueste a la mesa de los dioses en los banquetes
80. y me haces señor de los nimbos y poderoso de las tempestades.
81. Cuando fueron dichas estas cosas, el hueco monte, con su lanza vuelta,
82. empujó hacia un lado: y los vientos, como una fila formada,
83. por donde les es dada puerta, se precipitan, e insuflan con su torbellino las tierras.
84. Cayeron sobre el mar, y todo él lo acometen desde sus sedes más hondas
85. a una el Euro y el Noto, y el Ábrego, preñado de tempestades,
86. y vuelcan vastos oleajes hacia las playas.
87. Sigue a ello el clamor de los hombres y el crujir de los cordajes.
88. Las nubes arrancan de pronto el cielo y el día
89. de los ojos de los teucros; una noche oscura yace sobre el Ponto.
90. Tronaron los polos y el éter destella con incesantes fuegos
91. y todas las cosas apuntan a la muerte, presente para los hombres.
92. Flaquean de pronto de frío los miembros de Eneas,
93. gime, y tendiendo hacia las estrellas ambas palmas
94. tales cosas con su voz refiere: "¡Oh, tres y cuatro veces felices
95. aquéllos a quienes tocó encontrarla (la muerte) bajo las altas murallas de Troya
96. ante los rostros de sus padres! ¡Oh el más fuerte del pueblo de los Dánaos,
97. Tidida! ¿No haber podido yo caer en los campos de Ilión
98. y no poder derramar esta alma mía por causa de tu diestra,
99. donde yace el fiero Héctor por la lanza del Eácida, donde el ingente
100. Sarpedón, donde el Simunte arrastra bajo sus aguas, arrebatados,
101. tantos escudos de los hombres y yelmos y fuertes cuerpos?"
102. Al que tales cosas decía, una ventisca estridente del Aquilón,
103. vuelta en su contra, le hiere su vela, y levanta los oleajes hasta las estrellas.
104. Se destrozaron los remos, después la proa (se) vuelve y da a las olas
105. su costado; le sigue un monte de agua rompiente (roto) en (forma de) cúmulo.
106. Algunos penden en la parte más alta de la ola; a otros la ola, abriéndose,
107. les muestra la tierra entre las marejadas; el torbellino enloquece con (desde) las arenas.
108. A tres (naves), arrastradas, el Noto las retuerce hacia las piedras ocultas:
109. las piedras que están en medio de las olas las llaman ítalos "Aras" (altares, escollos),
110. dorso monustruoso para (del) lo hondo del mar; a tres (naves) el euro
111. las empuja desde el alto mar hacia los bajíos y a las Sirtes, deplorable de ver,
112. y las golpea contra los vados y las ciñe con un montón de arena.
113. A una sola, la que llevaba a los licios y al fiel Orontes,
114. ante sus propios ojos un mar ingente desde su vértice
115. la hiere hacia la popa: sale sacudida(o), y el maestro (piloto), inlinado hacia adelante,
116. cae rodando de cabeza; mas a aquella, la marea tres veces allí mismo
117. la retuerce moviéndola en círculo y la devora un rápido vórtice en el mar.
118. Aparecen en el vasto torbellino unos pocos (rari) nadando,
119. armas de hombres, y tablas, y tesoro troyano por las olas.
120. Ya la vigorosa nave de Ilioneo, ya la del fuerte Acates
121. y en la que va Abante, y en la que va el anciano Aletes,
122. las venció la tempestad; por las laxas (abiertas) junturas de los lados
123. todas (las naves) reciben la lluvia enemiga y se abren en rendijas.
124. Entre tanto, Neptuno sintió por el gran murmullo que se mezclaba (turbaba) el mar,
125. y (sintió) la tempestad desatada, y los cienos devueltos desde los profundos vados,
126. gravemente conmovido; y mirando desde el alto (profundo) mar
127. sacó su plácida cabeza de lo más alto de la ola (de la suprema ola).
128. Ve por toda la superficie la flota deshecha de Eneas
129. y a los troyanos oprimidos por las olas y la ruina del cielo,
130. y no (se) ocultaron al hermano (a Neptuno) las trampas y las iras de Juno.
131. Llama ante sí a Euro y a Céfiro, a partir de aquí (después) tales cosas les dice:
132. "¿Tan-gran orgullo de vuestra raza se ha apoderado de vosotros?
133. ¿Ya osáis mezclar (turbar) el cielo y la tierra sin mi numen,
134. (oh) vientos, y levantar masas tan grandes?
135. A vosotros yo... (A los cuales yo…). Pero está-primero recomponer las olas agitadas.
136. Después, no con la misma pena me pagaréis lo cometido (las cosas que habéis cometido).
137. Madurad (apresurad) la fuga, y decidle esto a vuestro rey:
138. no le fue dado a él en suerte el imperio del mar ni del cruel tridente,
139. sino a mí. Él tiene las inmensas rocas, (oh) Euro,
140. vuestras casas; que Éolo se jacte en aquella aula (palacio)
141. y reine en la cerrada cárcel de los vientos".
142. Así dice, y más rapido de que (lo haya) dicho aplaca las hinchadas superficies
143. y dispersa las nubes reunidas y vuelve a traer el Sol.
144. Cimótoe a la vez y Tritón esforzándose (él) sacan las naves
145. del agudo escollo; él mismo con su tridente las alza
146. y abre las vastas sirtes y calma (templa) el mar
147. y se desliza por lo más alto de (summas) las olas con sus ligeras ruedas.
148. Y como en un gran pueblo cuando a menudo surge
149. una sedición, y enloquece en sus ánimos el innoble pueblo,
150. y ya vuelan las antorchas, y las piedras, la locura suministra las armas.
151. Entonces, si por fortuna ven (vieron) a algún hombre, grave por su piedad
152. y méritos, callan, y se detienen con los oídos atentos (orejas erguidas);
153. él rige los ánimos con sus palabras y calma sus corazones:
154. así cesó todo el fragor del piélago, después de que el padre (Neptuno),
155. contemplando las superficies y siendo llevado al cielo abierto
156. doblega sus caballos, y, volando, da riendas a su carro favorable (que le sigue, secundo).
157. Los cansados Enéadas luchan para buscar en (con) su curso (navegación)
158. las costas más próximas, y se vuelven hacia las orillas de Libia.
159. Hay un lugar en un profundo retiro: una isla hizo
160. un puerto, mediante la oposición de sus costados, en los cuales toda ola (todas las olas)
161. se rompe desde el alto (mar), y la ola se escinde en dos senos reconducidos (que se reúnen tras la isla).
162. Desde aquí y allá vastas piedras y escollos geminados amenazan
163. hacia el cielo, bajo cuyo vértice, ampliamente,
164. las superficies, seguras, callan; además, por encima se deja ver (está-inminente)
165. un escenario con selvas relucientes, y un bosque negro con una horrible sombra.
166. Bajo la frente contraria (hay) una cueva con piedras colgadas,
167. dentro, dulces aguas y unos asientos en piedra viva,
168. la casa de las ninfas: aquí ataduras ningunas retienen a las naves
169. cansadas, no las amarra el ancla con su hundida mordedura.
170. Aquí entra (subit) Eneas con las siete naves reunidas de todo
171. su número; y saliendo con gran amor de tierra, los troyanos
172. toman posesión de la deseada arena
173. y ponen (depositan) en el litoral sus miembros devastados por la sal.
174. Y a lo primero Acates hizo saltar una chispa al pedernal (sílex)
175. y obtuvo (sustrajo) el fuego con unas hojas y alrededor le dio alimentos
176. áridos y robó la llama en el pábulo.
177. Entonces, cansados de las fatigas (cosas), sacan a Ceres (el Alimento) corrompida
178. por las olas y las armas cereales (alimenticias), y los frutos recobrados
179. preparan, (y) para tostarlos en las llamas y para molerlos con la piedra.
180. Eneas sube mientras a un risco y busca (pide) toda la visión,
181. a lo ancho, por el mar, por si ve a alguno, a Anteo,
182. azotado por el viento, y las birremes frigias,
183. o a Capis o las armas de Caíco en las elevadas (excelsas) popas.
184. Ninguna nave a la vista (ve), ve tres ciervos vagando
185. por el litoral; siguen a estos toda(s) la(s) manada(s)
186. a la espalda, y la larga fila (manada) se apacienta por los valles.
187. Se para aquí, y cogió (arrebató) el arco con su mano y las rápidas
188. flechas, armas que el fiel Acates llevaba,
189. y abatió primero a los propios jefes, que llevaban sus cabezas altas
190. con cuernos arbóreos, luego al pueblo (de los ciervos), y confunde (mezcla) toda
191. la multitud (turba) agitándolos con las armas entre los bosques frondosos;
192. No se detuvo antes de que, vencedor, derramara en el suelo
193. siete grandes cuerpos, e igualara su número con las (siete) naves.
194. Desde allí busca el puerto, y los reparte entre todos los compañeros.
195. Luego divide los vinos que el buen Acates había cargado en jarras
196. y el héroe (Acestes) les había dado a los que marchaban desede la costa trinacria (siciliana),
197. y calma sus corazones entristecidos diciendo (con estos dichos):
198. “Oh, compañeros -pues no somos ignorantes desde antes de los males-
199. oh vosotros que habéis sufrido cosas más graves, un dios dará fin también a estas (cosas).
200. Vosotros a la rabia de-la-Escila (adj.) y a los profundamente resonantes
201. escollos habéis acudido, vosotros también las rocas ciclópeas
202. conocisteis (part.), recobrad los ánimos y el triste temor
203. deponed: con suerte (forsan) también (et) algún día os alegrará recordar estas cosas.
204. Por variadas fatigas, a través de tantas situaciones-críticas (discrimina) de nuestras cosas,
205. tendimos hacia el Lacio; donde unas sedes apacibles los hados
206. nos muestran; allí el hado (es) que resurjan los reinos de Troya.
207. Aguantad y reservaos a vosotros mismos para los sucesos favorables.”
208. Tales cosas con su voz refiere, y enfermo por sus ingentes cuidados,
209. simula esperanza en su rostro, guarda un profundo dolor en su corazón.
210. Ellos al botín se ciñen y a los festines futuros;
211. el lomo separan de las costillas y desnudan las vísceras.
212. Una parte cortan en trozos y los clavan, palpitantes, en pinchos;
213. otros colocan calderos (bronces) en la playa, y llamas les suministran.
214. Entonces, por la vitualla (victu), recobran las fuerzas, y derramados por la hierba
215. se llenan de un viejo Baco y de jugosa caza (pinguis ferinae).
216. Después de que (postquam) saciada (fue) su hambre con el banquete y recogidas (fueron) las mesas,
217. echan de menos (requieren) a sus compañeros perdidos, con larga conversación,
218. dudando (ellos) entre la esperanza y el miedo, bien si (o si) crean que viven,
219. (o si) bien que el final (extrema) padecen y ya no oirán a los llamados (oirán a los que ellos invocan).
220. Especialmente el piadoso Eneas, ahora del fiero Orontes,
221. ya de Amico la tragedia lamenta (gime) y los crueles destinos
222. de Lico consigo, al fuerte Gías y al fuerte Cloanto.
223. Y ya era el fin, cuando Júpiter desde el alto éter
224. mirando el mar velero y las tierras que se extienden
225. y los litorales y los dilatados pueblos, así en el vértice del cielo
226. se detuvo y clavó sus luces (ojos) en los reinos de Libia.
227. Y a él, que agitaba tales cuitas en su pecho,
228. Venus, más triste (muy triste), le habla con sus ojos brillantes inundados de lágrimas (inundada los ojos brillantes de lágrimas):
229. “Oh, quien los asuntos de los hombres y de los dioses
230. con poderes eternos gobiernas (riges), y con el rayo aterras,
231. ¿Qué (pudo) mi Eneas cometer tanto contra ti,
232. qué los troyanos pudieron, para los cuales (dt.), habiendo padecido (dt.) tantas muertes,
233. se cierra el orbe entero de las tierras a causa de Italia?
234. Ciertamente (prometiste) que los romanos, desde aquí, una vez, pasados los años,
235. desde aquí serán líderes, desde la sangre revocada (renacida) de Teucro,
236. quienes el mar, quienes las tierras todas tendrían bajo su poder (jurisdicción)
237. (prometiste, pollicitus es), ¿qué sentencia a ti, padre, te convierte (cambia)?
238. Yo-ciertamente con esto me consolaba del ocaso de Troya
239. y sus tristes ruinas, compensando (yo) los hados adversos con (los otros) hados;
240. ahora la misma fortuna a los hombres que han pasado (pasados) por tantas fatigas
241. persigue. ¿Qué fin das, magno rey, de sus labores?
242. Antenor pudo, escapado de en medio de los aqueos,
243. penetrar los golfos ilíricos, y, seguro (tutus), los íntimos reinos
244. de los liburnos superar, y la fuente (nacimiento) del (río) Timavo,
245. donde por nueve bocas con el vasto murmullo del monte
246. va el mar desatado y oprime los campos con su resonante piélago.
247. Aquí también él colocó la ciudad de Pátavo y las sedes
248. de los teucros, y al pueblo un nombre dio, y clavó las armas troyanas;
249. y ahora descansa, acomodado, en plácida paz:
250. Nosotros, tu progenie, a quienes concedes el castillo del cielo,
251. perdidas (¡terrible!) nuestras naves, por la ira de una-sola
252. somos abandonados (entregados) y lejos de las orillas ítalas somos apartados.
253. ¿Este honor a la piedad? ¿Así nos repones a nuestros cetros?
254. A aquella (olli), el sembrador de hombres y dioses, sonriendo,
255. Con el rostro con el que serena el cielo y las tempestades,
256. los labios (oscula) de su hija libó, y luego así dice:
257. “Ahorra el miedo, Citerea, permanecen intactos los hados de los tuyos
258. para ti, verás la urbe y las prometidas murallas
259. de Lavinio, y llevarás hasta las estrellas del cielo
260. sublime al magno Eneas; y no a mí mi sentencia me ha cambiado.
261. Este para ti (pues lo diré, puesto que esta cuita te remuerde,
262. y revolviéndolos muy largamente moveré los arcanos de los hados)
263. una guerra inmensa llevará a cabo en Italia y a feroces pueblos
264. golpeará, y costumbres a los hombres y murallas pondrá,
265. mientras el tercer verano lo habrá visto reinante (a él) en el Lacio,
266. y tres inviernos habrán pasado, derrotados los rútulos.
267. Mas el niño Ascanio, a quien (dt.) ahora se añade el cognomen de Julo (dt),
268. -era Ilo, mientras el estado ilio (de Ilión) se sostuvo en el reino-
269. treinta grandes orbes (años), pasando los meses,
270. cumplirá en el poder, y el reino de la sede de Lavinia
271. transferirá y fortificrá Alba-Longa con mucha fuerza.
272. Ya aquí se renará trescientos años enteros
273. bajo la familia de Héctor, hasta que la reina sacerdotisa, Ilia,
274. grávida por Marte, una prole gemela dará en su parto.
275. Después, bajo el rubio manto de una loba nodriza,
276. Rómulo se encargará contento de ese pueblo y fundará
277. las murallas mavortias y dirá a los romanos con su nombre.
278. A estos yo, ni metas de sus estados ni tiempos pongo,
279. un imperio sin fin les di. Hasta la áspera Juno,
280. que ahora el mar, y las tierras, y el cielo con su miedo fatiga,
281. cambiará sus opiniones hacia mejor y conmigo velará
282. a los Romanos dueños de las cosas (estados) y al pueblo togado:
283. así place (placido es). Pasando los lustros, llegará la edad
284. en que (cuando) la casa de Asáraco a Ftía, y a la ilustre Micenas (pl)
285. someta a esclavitud, y dominará sobre la vencida Argos (pl) (sobre los vencidos argivos).
286. Nacerá de origen pulcro el troyano Cesar,
287. que pondrá-término (fronteras) al imperio con el océano y a su fama con los astros…
288. Julio, nombre derivado del gran Julo.
289. Tú, segura, a este, cargado con despojos de Oriente algún día en el cielo
290. recibirás, también este será invocado por votos.
291. Entonces los ásperos siglos, depuestas las guerras, se amansarán.
292. La canosa Fe, y Vesta y Quirino, con su hermano Remo, darán leyes;
293. las terribles puertas de la Guerra con hierro y estructuras reforzadas
294. serán cerradas; dentro el impío Furor, sedente sobre sus crueles armas,
295. y atado detrás de la espada (las manos) con cien nudos de bronce (abl),
296. bramará espantoso con sangrienta boca.”
297. Esto dice, y envía desde lo alto al engendrado por Maya
298. para que las tierras y las nuevas fortalezas de Cartago (se) abran,
299. para hospicio, a los Teucros, para que Dido, ignorante del hado, no
300. los vetara con sus fronteras: vuela él a través del gran cielo,
301. con el remo de sus alas, y se posa raudo en las orillas de Libia.
302. Y ya realiza las órdenes, y deponen sus feroces corazones los púnicos
303. por el deseo del dios; primero, la reina recibe (adopta) hacia los teucros
304. un ánimo tranquilo y una mente benigna.
305. Mas el piadoso Eneas, dando vueltas a muchas cosas durante la noche,
306. en-cuanto (cum-primum) la alimenticia luz fue dada, decidió salir, y los nuevos
307. lugares explorar; preguntar (quaerere) a qué costas accedió (él) con el viento,
308. quiénes las tienen, pues ve (espacios) no cultivados: si los hombres o las fieras,
309. y a sus socios lo averiguado (extraído) referir.
310. Oculta él su flota en una quebrada de los bosques, bajo una roca cavada,
311. encerrada por árboles alrededor y por sombras horrendas.
312. Él mismo se marcha acompañado por solo Acates,
313. apretando en la mano dos lanzas de ancho filo.
314. En medio del bosque se le ofreció su madre, cruzándose-en-su-camino (obvia),
315. llevando el rostro y el hábito y las armas de de una virgen
316. espartana, o cual la tracia Harpálice fatiga a los caballos
317. o sobrepasa al río Hebro en la fuga (huida).
318. Pues el arco manejable había suspendido de sus hombros, según la costumbre
319. (como) una cazadora, y había dado su cabello para que lo difundieran a los vientos,
320. desnuda por la rodilla, y habiendo recogido en un nudo los pliegues sueltos.
321. Y ella primera: "Eh, dijo, jóvenes, mostrad(la) si (alg)una de las hermanas mías
322. visteis aquí, errando (ella) por fortuna (por azar).
323. ceñida con la aljaba, y con el cobertor (cubierta por la piel) de una manchada lince,
324. o a grito(s) acosando la carrera de un espumante jabalí."
325. Así Venus (dijo); y el hijo de Venus así (hubo) comenzado en contra:
326. "Ninguna de tus hermanas oída ni vista (ha sido) para mí...
327. ¿Cómo te he de recordar, virgen? Pues no (est tibi, tienes) rostro
328. mortal, ni tu voz suena a persona humana: Oh, diosa ciertamente...
329. ¿Acaso la hermana de Febo? ¿Acaso una de las de la sangre de las ninfas?
330. Que seas feliz, y alivies nuestra labor, quienquiera que (seas),
331. y nos enseñes bajo qué cielo, por fin, en qué orillas del orbe
332. hemos sido arrojados. Ignorantes de los hombres y de los lugares
333. erramos, llevados aquí por el viento y los vastos oleajes:
334. caerá para ti ante tus altares mucha víctima por nuestra diestra.
335. Entonces Venus: "Yo-ciertamente no me digno de tal honor;
336. Para las vírgnes tirias es costumbre llevar la aljaba
337. y con coturno de-púrpura en alto las piernas anudar.
338. Los reinos púnicos ves, los tirios y la ciudad de Agenor;
339. pero las fronteras (son libias), pueblo intratable en la guerra.
340. Dido dirige el poder, prófuga de la ciudad tiria,
341. huyendo a su hermano. Larga es la injuria, largos
342. los ambages, pero seguiré lo más culminante de las cosas.
343. Siqueo era el esposo de esta (dt), el más rico de campo (sg)
344. de los fenicios, y amado con gran amor para ella, desgraciada,
345. al cual el padre de ella se la había dado intacta, y la había unido con los primeros
346. auspicios. Pero el poder de Tiro su hermano Pigmalión lo tenía,
347. más terrible que los otros todos por su crimen.
348. Entre ellos vino la locura en medio. Este, impío, a Siqueo,
349. ante las aras, y ciego por el amor del oro,
350. sorprende a escondidas con su puñal al incauto, sin-preocuparse del amor
351. de su hermana; ocultó la acción mucho tiempo, y a ella, enferma,
352. el malvado, simulando muchas cosas, la engañó con esperanza vana.
353. Pero en sueños le llegó el propio fantasma de su esposo, inhumado,
354. levantando su(s) rostro(s) pálidos en modos admirables,
355. y le descubrió (desnudó) las aras crueles, y su(s) pecho(s) atravesado(s) a hierro
356. y desveló todo el crimen ciego (secreto) de la casa.
357. Entonces aboga por acelerar la fuga y salir de la patria
358. y, auxilio del camino, saca antiguos tesoros de la tierra,
359. un desconocido peso de plata y oro.
360. Conmovida por estas cosas Dido preparaba la fuga y a sus socios (partidarios):
361. acuden (aquellos) para quienes o el odio cruel del (hacia el) tirano
362. o el miedo era más fuerte; naves, que por azar (estaban) preparadas
363. arrebatan y las cargan con oro: se transportan las riquezas
364. del avaro Pigmalión por el piélago (=las riquezas que codiciaba Pigmalión); una mujer es
365. la guía de la hazaña. Llegaron a los lugares, en donde ahora ves enormes
366. murallas, y la naciente ciudadela de una nueva Cartago,
367. y compraron (mercati sunt) el suelo: Byrsa, por el nombre de la hazaña,
368. cuanto pudieron rodear con una piel de toro.
369. ¿Pero vostros, quiénes (sois) finalmente, o de qué orillas habéis venido,
370. o adónde man-tenéis vuestro camino?" A la que preguntaba por tales cosas, él,
371. suspirando, y sacando la voz de lo más hondo del pecho:
372. "Oh diosa si recordando desde el primer origen empezara (yo),
373. y tuvieras-tiempo de escuchar los anales de nuestras labores,
374. antes Véspero enterraría el día en el cerrado Olimpo.
375. A nosotros, desde la antigua Toya, si por azar el nombre de Troya
376. hasta vuestros oídos ha llegado, a nosotros, llevados a través de diversos mares,
377. una tempestad, por su propia fortuna, nos empujó a las orillas de Libia.
378. Soy el piadoso Eneas, quien los Penatas arrebatados de (manos del) enemigo
379. llevo en mi flota conmigo, por mi fama conocido más allá del éter.
380. Busco Italia (como) patria y (es, busco) mi raza desde supremo Jove.
381. Descendí al mar frigio con dos veces diez naves (veinte naves),
382. con mi madre diosa mostrándome el camino, siguiendo los hados que me fueron dados.
383. Apenas siete naves, convulsas por el Euro y las ondas, quedan.
384. Yo mismo, desconocido, necesitado, vago por los desiertos de Libia,
385. expulsado de Europa y de Asia". Y sin soportar (ppp) Venus que él se lamentara más,
386. así interrumió a la mitad del dolor de él:
387. "Seas quien seas, creo que no envidiado (mal visto) por los dioses respiras las auras
388. vitales, tú que has venido a la ciudad tiria.
389. Prosigue tan-solo, y desde aquí vete a los umbrales de la reina,
390. Pues te anuncio que tendrás (serán para ti) devueltos socios y la flota recuperada,
391. y conducida a salvo por unos mudados Aquilones,
392. si no me enseñaron mis padres en vano (vanos), inutilmente el augurio.
393. Mira esos doce cisnes (dos veces seis), volando-felices en fila,
394. a los cuales turbaba el ave de Júpiter, deslizándose desde la llaga (región) del éter,
395. en el cielo abierto; ahora en la larga fila
396. parecen o elegir las tierras o divisar las tierras elegidas:
397. como ellos al regresar (adj) juegan con sus alas estridentes
398. Y en corro (reunión) ciñeron el cielo y lanzaron sus cantos,
399. no de otro modo (y) tus popas y la juventud de los tuyos
400. o tiene ya el puerto o sube a sus bocas (embocaduras) a toda vela.
400-756
401. Sigue, tan sólo, y, por donde te conduce la vía, dirige tu paso”
402. Dijo, y dándose la vuelta, ella refulgió, por su rosada nuca,
403. y sus cabellos de ambrosía (adj) exhalaron un divino olor desde su cabeza,
404. su vestido descendió a lo más bajo de los pies,
405. y una verdadera diosa se mostró en su avance. Él, cuando a su madre
406. reconoció, a la que huía siguió con esta tal voz:
407. “¿Por qué a tu nacido tantas veces, cruel tu también, con falsas
408. imágenes burlas? ¿Por qué a tu diestra unir mi diestra
409. no (me) es dado, y escuchar y devolver verdaderas voces?”
410. Con tales cosas la acusa, y su paso hacia las murallas tiende:
411. pero Venus con un aire oscuro a los caminantes cercó,
412. y los protegió (los difundió) alrededor con un gran ropaje de niebla:
413. para que nadie verlos, ni tocarlos pueda,
414. ni preparar una demora, o de su llegada preguntar las causas.
415. Ella, sublime, a Pafos sale, y sus sedes revisa (revisita)
416. alegre, donde su templo para ella (está), y cien altares
417. están calientes con incienso de Saba, y con sus guirnaldas recientes (cortadas) exhalan.
418. Cogieron el camino entre tanto, por donde la senda (les) muestra.
419. Y ya ascendían la colina, la cual, mucha, (grande), a la ciudad
420. amenaza (sobre la ciudad está inminente), y mira desde arriba las ciudadelas adversas.
421. Se admira de su mole Eneas, cabañas en otro tiempo,
422. se admira de las puertas y del estrépito y del pavimento de las vías.
423. se afanan los ardientes tirios, parte en edificar los muros,
424. y en levantar una ciudadela y con sus manos hacer rodar las piedras,
425. otra parte en elegir un lugar para su techo y aislarlo con un surco.
426. [Las leyes y los magistrados eligen y un santo senado;]
427. otros aquí los puertos edifican, otros aquí profundos cimientos
428. del teatro colocan, y enormes columnas
429. de las rocas sacan, altos decorados (ornatos) para los futuros escenarios.
430. Cual la labor fatiga (ejerce) a las abejas en el verano nuevo por los floridos campos
431. bajo el sol, cuando los adultos de ese pueblo
432. sus crías sacan adelante, o cuando las líquidas mieles
433. amontonan y con dulce néctar distienden las celdas,
434. o reciben las cargas de las que vienen, o en formación hecha,
435. a los zánganos, perezoso ganado, de los pesebres apartan:
436. hierve la obra y huelen a tomillo las fragantes mieles.
437. “¡Oh afortunados (aquellos cuyas) de los cuales ya las murallas surgen!”
438. dice Eneas, y los tejados contempla de la urbe.
439. Se introduce, protegido por la niebla, admirable de decir,
440. por medio de ellos, y se mezcla con los hombres, y no es divisado para nadie.
441. Un bosque-sagrado en medio de la urbe hubo, riquísimo en sombra,
442. en el cual lugar por primera vez los púnicos, arrojados por las olas y el torbellino,
443. desenterraron la señal, la que la real Juno
444. les había mostrado, la cabeza de un brioso caballo; pues, así, habría de ser en la guerra
445. un pueblo egregio y fácil (afortunado) en las vituallas por los siglos.
446. Aquí un templo ingente a Juno la sidonia Dido
447. fundaba, opulento en regalos y en numen de la divina,
448. para la cual (para el cual) se alzaban mediante gradas umbrales broncíneos y vigas
449. unidas con bronce, la bisagra chirriaba por las puertas broncíneas.
450. Por primera vez en este bosque-sagrado la nueva situación (res) que se le ofrecía
451. aplacó su temor, aquí por primera vez Eneas a esperar la salvación
452. se atrevió y a confiar mejor (más) en sus afligidas situaciones (rebus).
453. Pues mientras lustra (contempla) cada cosa bajo el gran templo,
454. esperando a la reina, mientras se admira entre sí (él a solas) de qué fortuna sea
455. para la urbe, y (admira) las manos de los artífices y la labor de los operarios,
456. ve las batallas troyanas por su orden,
457. y ya las guerras divulgadas por todo el orbe por la fama,
458. a los Atridas, y a Príamo, y a Aquiles, cruel para ambos.
459. Se quedó firme, y llorando: “¿Qué lugar ya,” dijo “Acates,
460. qué región en las tierras de nuestra labor no está llena?
461. ¡Ay, Príamo! Hay aquí también sus premios para el elogio;
462. son lágrimas de las cosas (desgracias) y las cosas mortales tocan (conmueven) la mente.
463. Suelta los miedos; esta fama alguna salvación te traerá.”
464. Así dice, y una pintura su ánimo apacienta con un pintura inane,
465. muchas cosas gimiendo, y humedece su rostro con un largo río.
466. Pues veía cómo los griegos, guerreando alrededor de los Pérgamos,
467. huyeran por acá, (mientras) presionaba la troyana juventud,
468. por acá a los frigios, (mientras) instara con su carro el crestado Aquiles.
469. Y no lejos de aquí, las tiendas (campamentos) de Reso con sus blancas velas,
470. reconoce llorando, las cuales, entregadas en el primer sueño,
471. devastaba con gran matanza el sanguinario Tidida,
472. y los ardientes caballos (de Reso) desvía hacia el campamento (griego), antes de que
473. los pastos de Troya hubiesen degustado y hubiesen bebido el Janto (del Janto).
474. En otra parte, huyendo, Troilo, perdidas sus armas,
475. infeliz niño y desigual contienda para Aquiles,
476. es llevado por los caballos y en el carro inane cuelga, tendido boca arriba,
477. pero sosteniendo las riendas, aun así; su cerviz (la cerviz para él) y sus cabellos
478. son arrastrados por tierra y el polvo es inscrito (por su) vuelta lanza.
479. Entre tanto, hacia el templo de la no ecuánime Palas iban
480. las Ilíades (las troyanas), con los cabellos sueltos, y un peplo llevaban
481. humildemente, tristes, y habiendo golpeado sus pechos con sus palmas;
482. la divina, adversa, tenía los ojos fijos en el suelo.
483. Tres veces alrededor de los muros troyanos había raptado a Héctor,
484. Aquiles, y vendía su cuerpo exánime por oro.
485. Entonces, en verdad, un gran gemido da desde lo más hondo del pecho,
486. cuando los despojos, cuando los carros, y cuando el propio cuerpo de su amigo,
487. y a Príamo, tendiendo las manos inermes, contempló.
488. También se reconoció a sí mismo, mezclado entre los príncipes aqueos,
489. y las filas (ejércitos) orientales, y las armas del negro Memnón.
490. Dirige las filas de las amazonas, con sus escudos lunados,
491. Pentesilea furente (enloquecida), y en medio de miles arde,
492. llevando atados unos áureos ceñidores a su descubierta mama,
493. la guerrera, y se atreve contra los hombres a luchar la virgen.
494. Mientras estas cosas parecen dignas de admiración para el dardanio Eneas,
495. mientras se queda estupefacto y queda-prendido fijado en una sola contemplación,
496. la reina hacia el templo, por su forma bellísima Dido,
497. avanza, rodeándola una gran caterva de jóvenes.
498. Cual en las riberas del Eurotas o por los montes (yugos) del Cinto
499. ejercita (fatiga) Diana a sus coros, a la cual mil Oréades siguen
500. de aquí y de allí, y se aglomeran; ella la aljaba
501. lleva al hombro, y avanzando sobrepasa (en altura) a todas las diosas:
502. los gozos conmueven (pertientan) el tácito pecho de Latona:
503. tal estaba Dido, se llevaba tal a sí misma (avanzaba), alegre
504. en medio-de-ellos, instando a las obras (dt) y a los reinos futuros (dt).
505. Entonces (Dido), a las puertas de la divina (Juno), en medio de la concha del templo,
506. rodeada por las armas, y apoyada altamente en el solio, se sentó.
507. Derechos daba y leyes a los hombres, e igualaba la labor de las obras
508. en partes justas (distribuía los trabajos con justicia), o a suerte los echaba (traía),
509. cuando, súbitamente, Eneas ve llegar en gran concurrencia
510. a Anteo y a Sergesto, y al fuerte Cloanto,
511. y a otros de los teucros, a quienes un oscuro torbellino (n.s.m.) había empujado
512. por la superficie y los había alejado mucho (profundamente) a otras orillas.
513. Quedó-pasmado a la vez él mismo (y) a la vez conmovido Acates,
514. de alegría y de miedo, ávidos ardían (por) unir
515. sus diestras, pero la cosa (situación) desconocida turba sus ánimos.
516. Disimulan, y observan (espían), cubiertos por su cóncava nube,
517. cuál (sea) la fortuna para estos hombres, en qué litoral la flota hayan dejado,
518. a qué venían, pues iban los elegidos de todas las naves,
519. orando (orantes) la venia, y el templo con clamor buscaban.
520. Después de que fueron introducidos, y les (fue) dada provisión de hablar ante todos,
521. Ilioneo el más grande (de todos), así, placido el pecho, comenzó:
522. “Oh reina, a quien Júpiter ha dado esta nueva ciudad fundar
523. y también te dio que con justicia pongas-freno a pueblos soberbios.
524. Los desgraciados troyanos, (que hemos) recorrido todos los mares por causa de los vientos,
525. te oramos: prohíbe (aleja) los infames fuegos de nuestras naves,
526. perdona a este piadoso pueblo, y mira más-cerca nuestros asuntos.
527. No vinimos o a devastar los penates libios a hierro
528. o a traer hacia los litorales las las robadas presas,
529. no esa la fuerza (violencia) para nuestro animo (es), ni tanta la soberbia para los vencidos.
530. Hay un lugar, 'Hesperia' los griegos por nombre la llaman (dicen),
531. una tierra antigua, potente en armas y fértil de suelo,
532. la cultivaron varones enotrios; ahora, la fama (dice, es) que sus menores (descendientes)
533. han llamado 'Italia' a ese pueblo, a partir del nombre de su jefe.
534. Este nuestro recorrido fue:
535. cuando de pronto, surgiendo el nimboso Orion con su oleaje,
536. a vados ciegos nos lanzó, y con austros tenaces hondamente
537. y por las olas, superándonos el mar, y por no-viables rocas
538. nos dispersó, aquí, pocos, a vuestras orillas nadamos.
539. ¿Qué clase de hombres esta (es)? ¿O qué tan bárbara patria permite
540. esta costumbre? Se nos prohíbe (de) la hospitalidad de la arena,
541. guerras promueven, y vetan que nos asentemos en la primera tierra (en la orilla).
542. Si despreciáis el género humano y las mortales armas,
543. sin embargo esperad a los dioses, memoriosos de lo decible e indecible (sagrado y execrable).
544. “Nuestro rey era Eneas, más justo que-el-cual (quo) ningún-otro (alter),
545. ni por su piedad fue, ni en la guerra mayor y en las armas.
546. A ese varón, si los hados lo preservan, si se alimenta del aura
547. etérea, y no aún en las crueles sombras duerme,
548. no (hay) miedo, y no te arrepientas de haber competido por ser la primera
549. en su servicio (officio). Tenemos también ciudades en las regiones sículas,
550. y armas, y el preclaro Acestes, de sangre troyana.
551. Sea lícito (para nosotros) conducir (aquí) la flota, golpeada por los vientos,
552. y en estos bosques adaptar las maderas y apretar los remos:
553. si nos es dado tender a Italia, recobrados nuestros socios y nuestro rey,
554. de modo que Italia y el Lacio alegres busquemos,
555. si no (está) perdida nuestra salvación, y a ti, padre óptimo de los teucros,
556. el mar de Libia te tiene y no resta ya la esperanza de Julo:
557. solo-entonces (at), los estrechos de Sicania (Sicilia) al menos, y las sedes preparadas
558. de donde (fuimos) traídos hasta aquí, y al rey Acestes busquemos”
559. Con tales cosas (habló) Ilioneo; todos a la vez con la boca murmuraban (resonaban)
560. los Dardánidas.
561. Entonces brevemente Dido, habiendo-bajado (n f s) el semblante, dice:
562. “Liberad del corazón el miedo, teucros, apartad las cuitas.
563. Una situación dura y la novedad de mi reino me obligan a preparar
564. a tales cosas, y a vigilar ampliamente mis fronteras con guardián.
565. ¿Quién ignore el pueblo de los Enéadas, quién la urbe de Troya,
566. y sus virtudes y hombres, o los incendios de tan gran guerra?
567. No llevamos los púnicos corazones tan endurecidos
568. ni tan apartado él de la ciudad tiria unce el Sol sus caballos.
569. Ya si vosotros preferís (optáis) la gran Hesperia y los saturnios campos,
570. o si las fronteras de Érix (en Sicilia) y al rey Acestes preferís,
571. os enviaré, protegidos por mi auxilio, y con mis recursos os favoreceré.
572. ¿Queréis, también (y), conmigo asentaros al par en estos reinos?
573. Esta urbe que instauro vuestra es, conducid las naves;
574. troyano y tirio, para mí ninguna discriminación se hará.
575. ¡Y ojalá vuestro mismo rey, empujado por el Noto,
576. asistiera, Eneas! Yo-ciertamente enviaré por los litorales a (hombres) ciertos
577. y ordenaré de Libia lustrar los extremos,
578. por si arrojado (a ellos) por algunos bosques o ciudades erra”
579. Habiendo levantado (ad-rigo) ellos el animo con estas palabras, el fuerte Acates
580. y el padre Eneas hace tiempo que ardían por romper
581. la nube (irrumpir desde la nube). El primero, Acates, a Eneas interpela:
582. “Nacido de la diosa, ¿qué sentencia ahora en tu ánimo surge?
583. Todas las cosas seguras ves, la flota y los socios recuperados.
584. Uno se ausenta, quien en medio del oleaje vimos nosotros mismos
585. sumergido; a las palabras de tu madre responden las demás cosas”
586. Apenas estas cosas había dicho, cuando la nube que (los) rodeaba de repente
587. se escinde a sí misma, y hacia el cielo abierto se disipa (se purga),
588. Se restituyó Eneas y en luz clara refulgió.
589. con el rostro y los hombros a un dios semejante; pues su misma madre
590. había insuflado al hijo una hermosa cabellera y la luz purpúrea
591. de la juventud y alegres honores en sus ojos:
592. como el adorno que las manos añaden al marfil, o cuando se circunda
593. con rubio oro la plata o la piedra de-Paros.
594. Entonces así (él) a la reina habla, y para todos de repente
595. imprevisto dice: “Ante vuestros ojos, a quien buscáis, estoy,
596. el troyano Eneas, arrancado de las olas libias
597. Oh, tú, única compadecida de los inefables labores de Troya,
598. que a nosotros, reliquias de los dánaos, ya exhaustos
599. por todos nuestros casos (sucesos) de tierra y mar, de todo privados,
600. con tu ciudad y tu casa nos asocias; pagar a las dignas gracias
601. no está en nuestra provisión (no es de nuestra abundancia), Dido, ni en cuanto haya
602. por donde lo haya de la gente dardania, la cual (está) esparcida por el gran orbe.
603. Los dioses a ti, si (hay) númenes que contemplen a los buenos (piadosos), si algo es
604. en alguna parte la justicia y la mente consciente en lo recto,
605. dignas recompensas te llevarán. ¿Qué siglos tan felices
606. te trajeron? ¿Que tan grandes padres te criaron a ti tal (cual eres)?
607. Mientras los ríos corran (correrán) hacia los estrechos, mientras en los montes
608. las sombras lustren las concavidades, mientras el polo alimente las estrellas,
609. siempre tu honor y tu nombre y los elogios tuyos permanecerán,
610. cualesquiera (sean) las tierras (que) me llaman”. Así habló, al amigo
611. Ilioneo pide su diestra y a Seresto su (mano) izquierda,
612. después a los otros, y al fuerte Gías y al fuerte Cloanto.
613. Quedó atónita primero por su aspecto la Sidonia Dido,
614. luego por el suceso de tan gran hombre, y así con su boca habló ella:
615. “¿Qué suceso, a ti, nacido de la diosa, te persigue
616. por tan grandes peligros? ¿Qué violencia te pliega a estas malas orillas?
617. ¿No eres tú aquel Eneas, a quien la nutricia Venus engendró
618. del dárdano de Anquises junto a la ola del Simunte frigio?
619. Y yo ciertamente recuerdo que Teucro vino a Sidón (ac.)
620. expulsado de sus fronteras patrias, buscando nuevos reinos
621. con el auxilio de Belo; entonces mi progenitor, Belo,
622. devastaba la fértil Chipre, y, vencedor, la tenía en su jurisdicción.
623. Ya desde aquel tiempo era conocido para mí el suceso (caída) de la ciudad
624. troyana, y tu nombre, y los reyes pelasgos.
625. Él mismo, enemigo, llevaba (honraba) a los Teucros con insigne elogio,
626. y se quería (se consideraba) nacido de la antigua estirpe de los Teucros.
627. Por lo que venid, oh jóvenes, entrad a los techos nuestros.
628. A mi también la fortuna, semejante, a mí, agitada por muchos labores,
629. quiso ella por fin que yo me asentara en esta tierra.
630. No desconocedora del mal, aprendo a socorrer a los desgraciados.”
631. De esta manera recuerda; al mismo tiempo conduce a Eneas a los regios
632. techos; al mismo tiemo indica (dicta) honor para los templos de los divinos.
633. Y no menos, entre tanto, envía a los socios, hacia los litorales,
634. veinte toros, las espaldas hirsutas (horrentia) de cien grandes cerdos (suum)
635. cien pingües corderos con sus madres;
636. regalos y alegría los dioses (envían).
637. En cambio, la casa interior (el interior de la casa), espléndida, se instruye
638. con lujo regio, y preparan banquetes bajo la mitad de los techos:
639. telas elaboradas con arte y con púrpura soberbio(s),
640. ingente plata para las mesas, y, labrados en oro,
641. los fuertes hechos (hazañas) de los padres, serie larguísima de cosas
642. conducidas por tantos varones, desde el antiguo origen de su pueblo.
643. Eneas (pues su amor de-padre no permitía (passus -est-) que descansara
644. su mente) envía a Acates arrebatado a las naves,
645. (para) que a Ascanio refiera estas cosas y a él (a Ascanio) conduzca a las mulallas;
646. toda la preocupación de su caro padre está-puesta en Ascanio.
647. Además, regalos, arrebatados de las ruinas de-Ilión,
648. le ordena llevar: una veste (palla) rígida de signos (bordados) y de oro,
649. y un velo tejido alrededor con purpúreo acanto,
650. ornatos de la argiva Helena, los que ella había traído cuando
651. desde Micenas buscaba Pérgamo (pl), y unos no concedidos himeneos,
652. admirable regalo de su madre Leda:
653. además el cetro que en otro tiempo había llevado Ilíone,
654. la mayor de las hijas de Príamo, y para el cuello un collar
655. con-perlas, y una doble corona de gemas y oro.
656. Acelerando estas cosas de esta manera hacia las naves tendía Acates.
657. Sin embargo Cieterea nuevas artes, nuevos consejos vuelve
658. en su pecho, para que Cupido, mudado de faz y de rostro,
659. venga en vez del dulce Ascanio, y con regalos encienda a la enloquecida
660. reina, y en sus huesos pliegue su fuego.
661. Ciertamente teme a la casa ambigua y a los tirios de doble lengua;
662. la abrasa la atroz Juno y bajo la noche su preocupación retorna.
663. Así pues al aligero Amor con estas palabras se dirige:
664. “Hijo, mis fuerzas, mi gran potencia tú solo,
665. hijo, quien las armas tifeas del padre supremo desprecias,
666. hacia ti me refugio y suplicante busco tus númenes.
667. Que tu hermano Eneas es arrojado en el piélago alrededor
668. de todos los litorales por los odios de la inicua Juno,
669. son cosas conocidas (nota) para ti, y sufriste con nuestro dolor muchas veces.
670. Ahora la Fenicia Dido lo tiene, y con tiernas voces
671. lo retrasa; y tengo miedo de hacia dónde se vuelvan las hospitalidades
672. de Juno; ella no cesará en un punto tan cardinal de las cosas.
673. Por lo tanto, coger antes con engaños y ceñirla con llama
674. a la reina pienso, no (sea que) se mute por algún numen,
675. sino que por el gran amor de Aneas sea retenida conmigo.
676. Por-qué-vía hacer esto puedas, acoge (escucha) ahora nuestra mente.
677. El niño real (Ascanio), por la llamada de su querido padre, a la ciudad
678. sidonia se prepara a marchar, mi máximo cuidado,
679. llevando los regalos, las cosas restantes para Troya tras el piélago y las llamas.
680. A él yo, inconsciente por el sueño, lo esconderé sobre la(s) alta(s) Citera(s)
681. o sobre el Idalio, sagrada sede,
682. para que por ninguna vía pueda conocer los engaños o acudir en medio.
683. Tú finge (falle) con engaño la faz de él no más ampliamente
684. que una noche, e invístete de los conocidos rostros del chico, (siendo) tú un chico,
685. que, cuando la muy feliz Dido te acoja (fut) en su regazo
686. entre las mesas reales y el licor lieo,
687. cuando te dé (fut) abrazos y besos dulces te fije (fijará),
688. le inspires un oculto fuego y la engañes con veneno”.
689. Amor obedece a las palabras de su querida madre, y de sus alas
690. se desnuda, y gozoso avanza con el paso de Julo.
691. Mas Venus, a Ascanio, una plácida quietud por sus miembros
692. le irriga, y la diosa (a Ascanio), cálido, en su regazo, lo eleva hacia las altas
693. forestas de Idalia, donde la blanda mejorana a él
694. perfumándolo con sus flores lo abraza, y con su dulce sombra.
695. Y ya marchaba Cupido, obedeciendo a lo dicho, y portaba
696. los regalos regios para los tirios, contento (Cupido), con Acates como guía.
697. Cuando llegó, ya la reina, áurea, con tapices-palaciegos soberbios
698. se compuso, y se colocó ella en medio, en un diván.
699. Ya el padre Eneas y ya la juventud troyana
700. vienen juntos, y se yace (yacen) sobre púrpura extendida.
701. Los fámulos dan linfas para las manos, y a Ceres (la diosa y sus frutos) en canastos
702. reparten y llevan manteles de vellones esquilados.
703. Cincuenta criadas dentro, para las que el cuidado (es), en orden, la larga
704. vitualla instruir, y con llamas sahumar los Penates;
705. Otras cien, y otros tantos servidores de la misma edad,
706. quienes con manjares las mesas cargen y las bebidas pongan.
707. Y no faltan tampoco los tirios, que acudieron en gran número por los alegres
708. umbrales, y se les ordena descansar en lechos bordados (pictis).
709. Admiran los regalos de Eneas, admiran a Julo
710. y los flagrantes semblantes del dios y sus simuladas palabras,
711. [y el vestido, y el pintado velo de acanto azafranado]
712. Principlamente, la infeliz fenicia, rendida a su futura perdición,
713. no puede saciar su mente y arde mirando,
714. y a la par se conmueve por el chico (Cupido) y los regalos.
715. Cuando éste de los abrazos y del cuello de Eneas pendió,
716. y de magno amor a su falso progenitor llenó,
717. (Cupido) a la reina busca: esta con los ojos, esta con todo el pecho
718. se adhiere (queda prendida) y a veces en su regazo lo templa, ignorante Dido
719. de cuán gran dios se asienta en ella, desgraciada (dt); pero él, memorioso
720. de su madre Acidalia, poco a poco empieza a abolir a Siqueo,
721. e intenta invertir con un amor vivo
722. sus ánimos ya asentados desde hacía tiempo apagado su no acostumbrado corazón.
723. Después de que (llegó) la primera quietud a los banquetes y quitadas (fueron) las mesas,
724. grandes crateras disponen y los vinos coronan.
725. Se hace el estrépito en los techos y hacen-girar-en-voluta su voz por los amplios
726. atrios, cuelgan lámparas encendidas de los artesonados
727. áureos, y vencen a la noche los cirios con sus llamas.
728. Aquí la reina una pátera pesada con gemas y oro
729. pidió y la llenó de vino-puro, la que Belo y todos
730. desde Belo solían; entonces se hicieron los silencios en los techos:
731. “Júpiter, pues dicen que tu das los derechos (leyes) para los huéspedes,
732. quieras tú que este sea un alegre día para los tirios, y para los troyanos que salieron
733. de Troya, y que de él nuestros menores (descendientes) se acuerden.
734. Que (nos) asista Baco, dador de alegría, y la buena Juno;
735. y vosotros, tirios, oh, celebrad esta reunión siendo propicios”.
736. Dijo, y hacia la mesa libó el honor de los licores,
737. y ella la primera, hecha la libación, lo tocó (hasta/con) la punta de la boca,
738. entonces a Bitias lo dio increpándole, él sin pereza vació
739. la patera espumante, y se limpió (hasta) el pleno oro,
740. después los otros príncipes. Con su cítara de-oro el crinado Yopas
741. resuena, al que enseñó el máximo Atlas.
742. Éste canta la Luna errante y los labores del Sol,
743. de dónde el género de los hombres y los animales, de donde la lluvia y los fuegos,
744. Arturo, las lluviosas Híades y los gemelos Triones,
745. por qué tanto se apresuren a teñirse los soles invernales
746. en el Océano o por qué la demora obstaculice a las tardas noches.
747. Redoblan con su aplauso los tirios, y los troyanos les siguen.
748. Y pasaba también la noche en variada charla
749. la infeliz Dido, y un largo amor bebía,
750. muchas cosas sobre Príamo rogando, muchas sobre Héctor;
751. ahora, con qué armas hubiese venido el hijo de Aurora (Memnón),
752. ahora, cuáles (eran) los caballos de Diomedes, ahora, cuán grande era Aquiles.
753. “O más bien, ve (vamos) y di, huésped, a nosotros, desde su primer origen
754. las insidias de los dánaos", dijo, “y los casos de los tuyos
755. y los errores tuyos; pues ya el séptimo verano te porta
756. errante por todas las tierras y mares”