Diferencia entre revisiones de «Aita Tettauen»
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Vibraban todos los presentes al son de estos roncos trompetazos. Lucila, sin poder impedir que se le saltaran las lágrimas, decía: «Este Juan es un loco, que dice tonterías bonitas». Halconero, deshaciéndose en entusiasmo que le mantenía rebelde al sueño, mandó traer Jerez para festejar al trompista y regalarse todos. Cogiéndole un momento aparte, Lucila dijo a Santiuste: «Hágame el favor, Juanito, de no contar estas cosas tan rimbombéricas cuando esté mi niño delante. Yo quise acostarle; pero cualquiera le arranca de aquí cuando viene usted con estas tocatas. Mírele allí junto a su padre, comiéndosele a usted con los ojos... Se trastorna, se desvela, y luego las malas noches me tocan a mí: no es usted quien las pasa. Ya tenemos jaqueca para toda la noche con lo que usted ha dicho del Cid, de Cortés, de Pizarro y del Gran Capitán o del Gran Teniente... Buena la hemos hecho. Acostadito el niño y sin poder dormir, empiezan las preguntas; y yo, que soy tan ignorante, me veo negra para responderle. Con que hágame el favor de dejar la trompa cuando esté aquí mi hijo; coja el flautín o la zambomba, y cuéntenos algo que nos entretenga y nos haga reír».
El buen Jerez prodigado por Halconero avivó los fuegos patrióticos de la tertulia,
No expresó el agudo celtíbero estas ideas en la forma que aquí se les da, sino con la frase seca, desnuda y categórica que usar solía. Las presentes páginas sólo transmiten textualmente el final, que fue de este modo: «Entre las cosas santas y buenas que nos recomendó Jesucristo al fundar nuestra doctrina, yo no he podido encontrar nada que sea recomendación de las modas. Dijo: «amaos los unos a los otros»; pero no dijo: «sed veletas en el pensar y en el vestir, en el comer y en el edificar». Y aunque nada dijo de estas veleidades de los hombres, entiendo que las condenó en el Desierto cuando el Demonio quiso tentarle. Sabéis que le llevó a un alto, y mostrándole toda la tierra, se la ofreció en dominio si le adoraba. Para mí que le dijo: «Ahí tienes el mundo de las modas: adórame y será tuyo». El Señor, a mi parecer, contestó: «Vete al infierno tú y tus modas, y no tientes al Señor tu Dios».
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== Primera parte
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== Primera parte
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África.- De Ceuta al Valle de Tetuán: Noviembre y Diciembre de
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== Segunda parte
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