Diferencia entre revisiones de «Almagesto: Libro I - Capítulo 01»

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Ahora, la primer causa del primer movimiento del Universo, si uno lo considera simple, puede ser pensado como una deidad invisible y sin movimiento, la división [de la teoría filosófica] preocupada con su investigación [puede ser llamada] “teología”, dado que este tipo de actividad, en algún lugar en los más grandes alcances del Universo, solamente puede ser imaginada, y completamente separada de realidad perceptible. La división [de la filosofía teórica] que investiga la materia y el movimiento natural contínuo, y se refiere a sí mismo con [las palabras] “blanca”, “caliente”, “dulce”, “blando” y tales cualidades que uno podría llamar “físicas”, en tal orden de estar ubicadas (en su mayoría) entre los cuerpos corruptibles y debajo de la esfera lunar. Esta división [de la teoría filosófica] es la que determina la naturaleza involucrada en formas y en movimientos de lugar en lugar, y las que sirven para investigar la forma, número, tamaño y lugar, tiempo y lo parecido a ello, uno la puede definir como “matemáticas”. Esta materia subjetiva cae como si estuviera en medio de las otras dos, dado que, puede ser concebida en principio desde ambas con o sin la ayuda de los sentidos, y, segundo, es un atributo de todas las cosas existentes sin excepción, ambas mortales e inmortales: aquellas cosas que cambian constantemente en sus formas inseparables, ésta cambia con ellas, mientras que para las cosas eternas las que tienen una naturaleza no etérea <ref name="Referencia 005"></ref>, ésta mantiene su forma inmutable sin cambios.
 
De todo esto concluimos: <ref name="Referencia 006"></ref> que la primera de las dos divisiones de la filosofía teórica podría más bien ser llamada "trabajo de adivinos" que del conocimiento, '''teología''' debido a su completa invisibilidad y naturaleza intocable, '''física''' por lo inestable y la no clara naturaleza de la materia, por lo tanto aquí no existe alguna esperanza donde los filósofos estarían siempre de acuerdo acerca de ellas, y que sólo las matemáticas pueden brindar seguridad y conocimiento inquebrantable para sus devotos, proveyendo una aproximación rigurosa a ello. En éste tipo de prueba se procede por medio de un indisputable método, llamado '''geométrico''' y '''aritmético'''. Por lo tanto hemos dibujado la investigación de ésta parte de la filosofía teórica, tan bien como hemos podido hacerlo en su totalidad, pero especialmente para la concerniente teoría divina y para las cosas divinas. Solamente para ello está dedicada la investigación de lo eternamente inmutable. Por esta razón también ella puede ser eterna e inmutable (que es un atributo propio del conocimiento) en su propio dominio, el cuál ni es tan claro como desordenado. Mas tarde esto puede ser trabajado en los dominios de las otras [dos divisiones de la filosofía teórica] no menos tanto como ellas lo hacen. Para ello ésta es la mejor ciencia para ayudar a la teología a lo largo de su camino, dado que es la única que puede hacer un mejor desempeño sobre [la naturaleza de] aquella actividad la cuál es inamovible e inseparable; [puede hacer esto porque] le es familiar con los atributos de éstas cosas <ref name="Referencia 007"></ref> las que están sobre el lado perceptible, moviéndose y siendo movidas, aunque por el otro lado eterno e inmutable [me refiero a los atributos] teniendo que hacer con los movimientos y los arreglos de los movimientos. Como la física, las matemáticas pueden hacer una contribución [ser] significativa. Un atributo casi peculiar de la naturaleza de la materia se convierte en aparente de las peculiaridades de su movimiento de lugar en lugar. [Por lo tanto uno puede distinguir] lo corruptible de lo incorruptible por [si pasa por debajo de] un movimiento en línea recta o de un círculo, y lo pesado de lo liviano, y lo pasivo de lo activo, por [sí ésta materia se moviera] hacia el centro o hacia otro lugar desde el centro. Con respecto a la conducta virtuosa en acciones prácticas y características, ésta ciencia, por sobre todas las cosas, podría hacer que el hombre viera claramente; desde la constancia, orden, simetría y calma las cuáles están asociadas con lo divino, que hace que sus amantes seguidores de esta belleza divina, se acostumbren a ellas y reformando sus naturalezas, como si fuera, hacia un estado espiritual similar.
 
Este es el amor de la contemplación de lo eterno e inmutable con el que constantemente nos esforzamos para incrementar, estudiando aquellas partes de éstas ciencias que siempre han sido dueñas de aquellos quienes se aproximaron a [las mismas] en un genuino espíritu de consulta, y por nuestros propios intentos de contribuir tanto como pudiéramos hacerlo adelantándonos por el tiempo adicional entre aquellas personas y nosotros mismos <ref name="Referencia 008"></ref>. Trataremos de anotar <ref name="Referencia 009"></ref> toda cosa que pensamos haber descubierto en el tiempo presente, lo haremos tan consistentemente como sea posible y de una manera que pueda ser seguida por todos aquellos quienes ya hayan realizado algún progreso en el campo <ref name="Referencia 010"></ref>.