Diferencia entre revisiones de «Las mil y una noches:405»

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Línea 29:
Y cuando el ermitaño hubo acabado de recitar estos versos, se acercó a Delicia-del-Mundo, y le estrechó en sus brazos; y juntos lloraron ambos de tal modo, que las montañas retemblaron con sus gemidos, y acabaron ellos por caer desmayados.
 
Cuando recobraron el conocimiento, se juraron mutuamente que en adelante se considerarían como hermanos en Alah (¡exaltado sea!) ; y dijo el ermitaño a Delicia-del-Mundo: "Esta noche voy a orar y a consultar a Alah acerca de lo que debes hacer". Delicia-del-Mundo contestó: "¡Escucho y obedezco!" ¡Y he aquí lo que a ellos atañe!
 
Pero he aquí lo que afecta a Rosa-en-el-Cáliz:
 
Cuando las gentes que la acompañaban la condujeron a la Montaña-marina-de-la-Madre-que-perdió-su-hijo, y entró ella en el palacio que habíanlahabíanle preparado, lo examinó con atención y miró todo su mobiliario; luego se echó a llorar, y exclamó: "¡Oh morada, deliciosa eres, ¡por Alah! pero falta entre tus muros la presencia del amigo!" Después, al notar que la isla estaba habitada por pájaros; ordenó a su séquito que tendieran redes para capturar estos pájaros y que los enjaularan conforme los fueran capturando, para más tarde llevarlos al interior del palacio. E inmediatamente se ejecutó su orden. Entonces Rosa-en-el-Cáliz se acodó en la ventana y dejó a su pensamiento ir en pos de los recuerdos. Y aquello despertaba en ella ardores pasados, deseos abrasadores y transportes, y le hacía verter lágrimas de sentimiento, trayéndole a la memoria estos versos, que recitó:
 
::¿A quién dirigiré la cuita de amor que hay en mi alma, hablándome de las angustias que la alejan del amigo y del fuego que arde en mis costillas? ¡Pero me callaré por temor a mi guardián!