Diferencia entre revisiones de «Almagesto: Libro VIII - Capítulo 03»

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Hacemos el color del globo en cuestión un poco oscuro, de manera que se parezca, no a horas del día, sino más bien al cielo nocturno, en el cuál aparecen actualmente las estrellas. Tomamos dos puntos sobre él precisamente diametralmente opuestos, y con esos como polos dibujamos un gran círculo: éste estará en todo momento en el plano de la eclíptica. En ángulos rectos a ésta última y a través de sus polos dibujamos otro [gran] círculo, y comenzamos desde una de las intersecciones de éste con el primer círculo dividiendo la eclíptica dentro de los 360 grados [convencionales], y escribimos sobre él números a intervalos de tantos grados como parezca conveniente. Luego hacemos, de un material duro y sin deformar <ref name="Referencia 180"></ref>, dos aros [unidos] en cruz [en ángulo recto], precisamente [puedan] girar con precisión en torno en todas las dimensiones: uno sería más pequeño [que el otro], y ajustado muy cerca del globo en la totalidad de su superficie interior, mientras el otro debería ser un poco mayor que éste. En el medio de la cara convexa de cada aro dibujamos una línea precisamente dividiendo su anchura. Utilizando éstas líneas como guías, cortamos <ref name="Referencia 181"></ref> una de las secciones latitudinales <ref name="Referencia 182"></ref> definida por la línea sobre la mitad de la circunferencia, y dividimos [cada una de] las secciones semicirculares empotradas [así creadas] dentro de 180 grados. Cuando esto está hecho, tomamos el más pequeño de los aros que siempre representará el círculo a través de ambos polos, aquel del ecuador y aquel de la eclíptica, y también a través de los puntos solsticiales ([éste circulo corre] a lo largo de la superficie plana de la sección empotrada arriba mencionada), y, perforando agujeros a través del medio de él en los puntos diametralmente opuestos al final de la sección empotrada, lo sujetamos, por medio de pernos [a través de aquellos agujeros], a los polos de la eclíptica los cuáles tomamos en el globo, en tal sentido que el aro pueda dar vueltas libremente sobre la superficie esférica total.
 
Dado que no es razonable marcar los puntos solsticiales y equinocciales en el actual [https://es.wikipedia.org/wiki/Zodiaco |'''Zodíaco'''] del globo (las estrellas descritas [en el globo] no retienen una distancia constante con respecto a esos puntos), necesitamos tomar algunos puntos de partida en las estrellas fijas delineadas. Entonces marcamos la más brillante de ellas, a saber la estrella en la boca del [https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Canis_Major._Constelación.png |'''Canis Major (Sirius)'''], sobre el círculo dibujado a ángulo recto sobre la eclíptica en la división que forma el comienzo de la graduación, en la distancia en latitud desde la eclíptica hacia su polo sur registrado (en el Catálogo de Estrellas, [[Almagesto:_Libro_VIII_-_Capítulo_01|Libro VIII Capítulo 1]]). Luego en orden, para cada una de las otras estrellas fijas en el catálogo ([[Almagesto:_Libro_VII_-_Capítulo_05|Libro VII Capítulo 5]] y [[Almagesto:_Libro_VIII_-_Capítulo_01|Libro VIII Capítulo 1]]), marcamos su posición girando el aro con la cara graduada suspendida alrededor de los polos de la eclíptica: damos vuelta la cara de su sección suspendida hacia aquél punto en la eclíptica [del globo] que está a la misma distancia desde el comienzo de la graduación numerada (en [https://es.wikipedia.org/wiki/Sirio| '''Sirius''']) como la estrella en cuestión es Sirio en el catálogo <ref name="Referencia 183"></ref>; luego vamos hacia aquel punto sobre la cara graduada que [por lo tanto] hemos posicionado que está, nuevamente, a la misma distancia desde la eclíptica como la estrella está en el catálogo, tanto hacia el polo norte o hacia el polo sur de la eclíptica como pueda ser el caso particular, y en aquél punto marcamos la posición de la estrella; luego le aplicamos a ella una marca [(gota)] de colorante amarillo (o, para algunas estrellas, el color que ellas tienen descrito [en el catálogo]), del tamaño apropiado para la magnitud de cada estrella.
 
Como para las configuraciones de las formas de las constelaciones individuales, hacemos de ellas tan simple como posible, conectando las estrellas dentro de la misma figura solo por líneas, cuales además no deberían ser muy diferentes en color del fondo general del globo. El propósito de esto es, [de una manera], no perder las ventajas de este tipo de descripciones pictóricas, y [por la otra] no destruir la semejanza de la imagen del original aplicando una variedad de colores, sino bastante hacerlo más fácil para nosotros recordar y comparar cuando nosotros actualmente comenzamos a examinar [el cielo estrellado], desde que estaríamos acostumbrados a la apariencia sin adornos de las estrellas en sus representaciones en el globo también.