Diferencia entre revisiones de «Sobre la amistad»

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eliminados espacios en los paréntesis
m →‎Las leyes de la amistad: Sustitución de "a menudas" por "a menudo"; sustitución de dos números de párrafo incorrectos.
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Lelio: Entonces escuchad, estimados caballeros, lo que solíamos debatir Escipión y yo sobre la amistad. Ciertamente Escipión decía que, sin embargo, no había nada más difícil que mantener una amistad hasta el último día de la vida, ya que sucede muchas veces que no siguen un mismo curso o que dejan de sentir lo mismo sobre la política; además, afirmaba que las costumbres de los hombres cambian a menudasmenudo, a veces por las desgracias, a veces por el peso de la edad. Y a partir de una comparación con el paso del tiempo ejemplificaba sus afirmaciones, ya que él pensaba que con gran frecuencia las amistades infantiles más estrechas caían en cuanto los jóvenes vestían la toga pretexta<ref> La primera toga que vestían los niños nacidos de padres libres, antes de vestir la toga pura propia de los hombres libres adultos. Solía empezar a vestirse hacia los 14 años y se cambiaba por la otra hacia los 18 años. También, coincidentemente, era la toga vestida por los altos cargos políticos.</ref>. [34] Sin embargo, si alcanzaban la juventud, creía que entonces podían separarse a causa de las disputas matrimoniales o por alguna otra posesión que ambos no pudieran tener a la vez. No obstante, si habían mantenido su relación como amigos durante más tiempo, pensaba que esta se derrumbaba si coincidían compitiendo por un cargo público: no hay ninguna amenaza peor para la amistad que, en la mayoría de casos, la avaricia y, entre los mejores hombres, la competición por los cargos públicos y la gloria, de donde a menudo han surgido entre los amigos más íntimos las peores enemistades. [35] Además, pueden producirse estas grandes separaciones —y por norma general, con justicia— cuando se pide de los amigos algo que no es correcto o que se conviertan en los servidores de nuestros caprichos o que nos ayuden a cometer fechorías: quienes rechazan estas peticiones, aunque lo hagan por honradez, son acusados de haber abandonado las leyes de la amistad por aquellos que no quieren seguirlas: a aquellos que se atreven a pedir a un amigo cualquier cosa, reconocen por su propia petición que ellos mismos se atreverían a hacer cualquier cosa por un amigo y por sus incesantes quejas no solo suelen apagarse las relaciones sino que incluso pueden surgir sempiternos odios. Así pues, hay muchos factores —casi como si fuera su destino— que amenazan a un amistad, de tal manera que afirmaba Escipión afirmaba que a su juicio evitarlos todos era cuestión no solo de sabiduría sino también de fortuna.
 
 
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[4342] ¿A dónde irían, si no, estos planes? Pues nadie se atreve a acometer tales objetivos sin compañeros. Hay que aconsejar a los buenos hombres, por tanto, que, si hubieran caído en alguna desgracia por desconocer las normas de la amistad de esta manera, no se consideren unidos hasta tal punto a sus amigos que no se puedan apartar de ellos si cometen alguna clase de importante mala acción contra la república; para los malos hombres, en cambio, debemos establecer una condena que no sea menor para aquellos que hayan seguido a otro que la que recibirán los que dirigieron tales actos impíos. ¿Hubo alguien más famoso o más poderoso que Temistocles en Grecia? Cuando, después de haber liberado como general a Grecia del yugo de la esclavitud persa, fue exiliado de la ciudad por su impopularidad, en vez de soportar la injusticia de su patria como era su deber, hizo lo mismo que contra Roma había hecho Coriolano 20 años antes, sin embargo, no encontró a nadie que lo ayudara a atacar a su patria. Así, cada uno conoció únicamente su muerte [y no la de su patria]. [4443] Por esto, una similitud de pareceres entre los malos hombres no solo no debe cubrirse bajo la excusa de la amistad sino que más bien es nuestra obligación castigarla con toda clase de penas, de tal manera que nadie piense que está permitido seguir a un amigo incluso si lleva la guerra contra su país; tal y como está empezando a ir la política, desde luego no estoy seguro de que no suceda alguna vez: no me preocupa menos cómo será la república tras mi muerte que la situación en la que se halla hoy en día.
 
 
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[55] ¿Qué comportamiento es más necio que comprar, cuando se poseen abundantes riquezas, recursos y posesiones, todo el resto de cosas que se pueden comprar con dinero, como caballos, esclavos, magníficos vestidos y delicadas vajillas y no cuidar los amigos que son, por así decirlo, los mejores y más bellos muebles de una vida? En efecto, cuando compran todas esas otras cosas, no saben ni para quién las compran ni por quién se esfuerzan, pues cada una de ellas acaban siendo propiedad del más fuerte; en cambio, las amistades son para todos una posesión segura y firme, de tal modo que, incluso si se mantienen aquellos bienes que son casi un regalo de la Fortuna, una vida yerma y carente de amigos no puede ser agradable. Pero con esto ya hemos tratado bastante este tema.
 
 
== Teorías sobre la finalidad y los límites de la amistad ==