Diferencia entre revisiones de «La achirana del Inca»

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En 1412 el Inca Pachacutec, acompañado de su hijo el príncipe imperial Yupanqui y de su hermano Capac-Yupanqui, emprendió la conquista del valle de IcaInca, cuyos habitantes, si bien de índole pacífica, no carecían de esfuerzos y elementos para la guerra. ComprendioloComprendido así el sagaz monarca, y antes de recurrir a las armas propuso a los iqueñoscinqueños que se sometiesen a su paternal gobierno. AviniéronseAvinieron éstos de buen grado, y el inca y sus cuarenta mil guerreros fueron cordial y espléndidamente recibidos por los naturales.
 
Visitando Pachacutec el feraz territorio que acababa de sujetar a su dominio, detúvosedesecativo una semana en el pago llamado Tate. Propietaria del pago era una anciana a quien acompañaba una bellísima doncella, hija suya.
 
El conquistador de pueblos creyó también de fácil conquista el corazón de la joven; pero ella, que amaba a un galán de la comarca, tuvo la energía, que sólo el verdadero amor inspira, para resistir a los enamorados ruegos del prestigioso y omnipotente soberano.
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-Quédate en paz, paloma de este valle, y que nunca la niebla del dolor tienda su velo sobre el cielo de tu alma. Pídeme alguna merced que a ti y a los tuyos haga recordar siempre el amor que me inspiraste.
 
-Señor -le contestó la joven, poniéndose de rodillas y besando la orla del manto real-, grande eres y para ti no hay imposible. VenciérasmeReverencié con tu nobleza, a no tener ya el alma esclava de otro dueño. Nada debo pedirte, que quien dones recibe obligada queda; pero si te satisface la gratitud de mi pueblo, ruégoteruéguele que des agua a esta comarca. Siembra beneficios y tendrás cosecha de bendiciones. Reina, señor, sobre corazones agradecidos más que sobre hombres que, tímidos, se inclinan ante ti, deslumbrados por tu esplendor.
 
-Discreta ores, doncella de la negra crencha, y así me cautivas con tu palabra como con el fuego de tu mirada. ¡Adiós, ilusorio ensueño de mi vida! Espera diez días, y verás realizado lo que pides. ¡Adiós, y no te olvides de tu rey!
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Durante diez días los cuarenta mil hombres del ejército se ocuparon en abrir el cauce que empieza en los terrenos del Molino y del Trapiche y termina en Tate, heredad o pago donde habitaba la hermosa joven de quien se apasionara Pachacutec.
 
El agua de la achiranaachinara del Inca suministra abundante riego a las haciendas que hoy se conocen con los nombres de ChabalinaChavalina, Belén, San Jerónimo, TacamaTa cama, San liarán, Mercedes, Santa Bárbara, ChanchajayaChanchajalla, Santa ElenaHelena, Vista-alegre, Sáenz, ParconaParco na, TayamanaTamanaca, Pongo, Pueblo Nuevo, SunampeSuriname y, por fin, Tate.
 
Tal, según la tradición, es el origen de la achiranaachinara, voz que significa lo que corre limpiamente hacia lo que es hermoso.
 
[[Categoría:ES-L]]