Diferencia entre revisiones de «Discurso del Diputado Heberto Castillo Martínez de la fracción parlamentaria del Partido Mexicano de los Trabajadores PMT respecto al Informe del Sismo de 1985»

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(Sin diferencias)

Revisión del 08:29 20 sep 2014

El C. Presidente: - En uso de la palabra el C. diputado Heberto Castillo.

El C. Heberto Castillo Martínez: - Compañeras y compañeros: Hemos visto en estos días todos, con profundo dolor, cómo un terremoto conmueve no sólo las capas subterráneas y periféricas de nuestro territorio y nuestra ciudad, en especial nuestra ciudad, sino también cómo este terremoto saca a flote profundas contradicciones que vive nuestra sociedad.

Pero creo que no podemos en estos momentos pasar por alto la necesidad histórica de que los mexicanos, en tiempos de crisis, en tiempos duros, sepamos dejar de lado las diferencias por más profundas que sean para sumar fuerzas para defender nuestro territorio, para defender nuestra patria.

Y creo que por más sectáreos que fuéramos, por más banderías que quisiéramos levantar aquí, tendríamos que entender, que aprender, diría yo, esa gran lección que no ha dado un pueblo despolitizado, un pueblo, las más de las veces en graves condiciones económicas y que ha dado la más hermosa de las luchas que en mi vida yo haya podido contemplar.

La comisión acudió a revisar algunas instalaciones y observamos en calzada de Tlalpan a un grupo de obreras que se habían salvado milagrosamente, con un grupo de parientes que trataban de rescatar a 23 compañeras aprisionadas en uno de los edificios que se desplomó en la calzada de Tlalpan, en San Antonio Abad 150.

Y vimos cómo con lazos, jalando todos a una, trataban de mover bloques de concreto que pesaban varias toneladas, y cómo llegando nos mostraban el sitio donde estaban sus hermanos, realmente sus hermanos, sobrevivientes nos decían, que no eran rescatados, y a la vez nos mostraban cómo los dueños de las empresas sacaban sus pertenencias, sacaban muebles, sacaban materias primas y además lo hacían con el apoyo de la fuerza pública.

A mí me conmovió muy hondo ver esa solidaridad; y en otra visita en la Plaza de la República, un joven bombero que escalaba rumbo a un edifico a punto de desplomarse, que arriesgaba la vida, y a quien le pregunté si sabía que lo que hacía era poner en riesgo su vida y que lo que iba a rescatar ahí, pues eran algunos cadáveres, y me respondió este joven bombero que lo sabía pero que esa era su obligación.

Y vimos a un tractorista, hombre maduro, que nos relataba con lágrimas en los ojos, cómo al tratar de salvar a una mujer, esta mujer apresada entre las piedras, compartía su alimento con quienes estaban atrapados y apenas pudiéndose mover les indicaba el sitio donde los otros atrapados podían humedecerse los labios con agua y llevarse algún alimento al cuerpo.

En esas condiciones compañeros, no es admisible que nosotros califiquemos por un lado las críticas, como un acto de deslealtad a la patria, y por otro lado los esfuerzos que se hacen como algo que no sirve para nada; no podemos caer en esos extremos. La crítica en esta Cámara tiene que servir no para volvernos un coro de lamentaciones, al menos desde la oposición, yo no vengo a ocupar la tribuna para lamentarme, sino par tratar de llegar a la conciencia de ustedes, creo que los más errados, los más obcecados opositores a esta minoría, entenderán que hay razones que pesan más que los votos.

Y las razones que traemos son razones en sí del orden técnico, pero más, diría yo, humanas; no podemos tolerar el tráfico de influencias, no podemos tolerar que se responda a los apresados en Tlatelolco o en Juárez, en los multifamiliares de Juárez, o en el Hospital Juárez o en los hospitales que verificamos donde vimos casi salir a un niño vivo rescatado, no podemos tolerar que se conteste, que se dé respuesta a estas angustias con palabras, por más hermosas y poéticas que sean esas palabras. Este, compañeros, es uno de los momentos en que la retórica vale menos que nunca, allá afuera nos espera la solidaridad del pueblo, esta que está combatiendo la tragedia; en este momento todas las fuerzas deben sumarse para contribuir en algo a rescatar, si no ya vidas, porque han pasado muchas horas, sí los bienes de los más necesitados. No es admisible, y la historia va a recoger este hecho, que los diputados de la LIII Legislatura, todos, compañeros, todos, no hagamos algo por los que más necesitan y no vengamos aquí a justificar fallas ni las propias. Porque yo diría que nosotros necesitamos señalar que no hubo coordinación, pero con una crítica para que nosotros no cebemos, no ensañemos en que el gobierno no coordina o para que no se repita esta descoordinación; porque esto lo ha aceptado el propio Presidente Miguel de la Madrid, lo ha dicho públicamente y es un reconocimiento que lo enaltece y creo que la crítica que se haga aquí que conduzca a resolver los problemas que tiene esta ciudad metida en una zona sísmica, van a ser críticas, por muy duras que sean, que van a ser saludadas con entusiasmo por los que vienen detrás. ¡Vamos a seguir permitiendo, por ejemplo, que el Satélite Morelos no nos sirva para comunicarnos en este país con un gran gasto que se ha hecho? Y la solución fácil será criticar, porque no se ha hecho, condenar a las autoridades o desde el Congreso plantear la necesidad de que ese satélite sirva y precisamente en esas condiciones, porque a nadie se le ocurre que el Satélite Morelos tuvo algún daño por el sismo.

¡Vamos nosotros a seguir contribuyendo a que en un estado grave como el que padecemos, en una situación de emergencia, caigamos en un estado de emergencia necesariamente? ¡Vamos a seguir los diputados conformes con que sepamos que está implementado un plan DN - 3E que sólo sabemos que es la de la Defensa Nacional, que es de emergencia y que por el número tres está antes que el cuatro y después que el dos y que no tenemos la menor idea de qué es? ¡Vamos nosotros a seguir considerando al pueblo que nos está dando el ejemplo, ese ejemplo hermoso, heroico, de seguirlo considerando un objeto y no un sujeto de la historia? ¡Qué no nos enseña esta tragedia, este terremoto, que ese pueblo puede hacer más que nosotros, desde estas curules, que ha hecho más que nosotros?

¡Vamos a cerrar los oídos a esta realidad porque pertenecemos a tal o cual grupo

político? ¡Vamos a permitir que tranquilamente se denigre a la ingeniería nacional, a la arquitectura? Como hace un momento me entrevistaban algunos periodistas de la televisión extranjera diciéndome que por qué teníamos unas normas tan atrasadas. Yo les dije: - miren ustedes - vienen a consultarnos a nosotros. En el mundo de los países más adelantados vienen a aprender a México sobre ingeniería sísmica o sobre ingeniería estructural.

No vamos a permitir que porque están caídas algunas estructuras se haga tabla rasa de nuestra ingeniería.

Es muy fácil decir que la mayoría de los edificios eran públicos y entonces el porcentaje es muy alto; pues yo les diría algo, compañeros: el porcentaje del PMT es más alto, sólo estábamos en un edificio y ese se cayó.

En ese sentido tenemos que decir: bueno, el que es muy crítico por su casa empieza, y nosotros estábamos ahí, y ahi permanecimos a sabiendas que es una ciudad sísmica.

Tenemos que entender, y es lo que a mi me preocupa más, que el principal causante de este desastre se llama terremoto, el más grande que se ha dado en este México, pero que también no podemos tolerar ni silenciar el abandono que tuvieron los habitantes de Tlatelolco que hasta con mantas anunciaron la necesidad de que se repararan sus estructuras, ni los habitantes del multifamiliar Benito Juárez; no lo podemos silenciar.

No podemos nosotros simplemente cerrar los ojos a la corrupción, y no reconocer que en muchas de las delegaciones para dar autorización para la construcción, además de los requisitos de ley se requerían algunos regalos casi de ley; no lo debemos tolerar; debemos denunciar la corrupción.

Yo diría que este Congreso debiera plantear la necesidad de una reforma urbana, que atienda a los intereses de los obreros, de los trabajadores, de la gente más necesitada. Que las casas que se cayeron, muchas se cayeron por el tiempo que tenían abandonadas; el causante fue el terremoto, pero el abandono fue el que hizo hacerlo.

Necesitamos exigir que se legisle para que así como cada uno de nosotros debiera ver al médico una vez al año, a los edificios se les revise una vez al año. Y aLgo muy importante: vamos a deslindar responsabilidades, pero que sea bajo bases técnicas; no vamos a deslindar responsabilidades por la opinión de fulano o de sutano; vamos a deslindar responsabilidades llamando a los técnicos mexicanos; hay de sobra.

Por ahí alguien sugería que llamáramos a técnicos extranjeros; no, esto no es admisible. Aquí en México hay un Colegio de Arquitectos, hay un Colegio de Ingenieros; aquí en México hay peritos responsables; aquí en México hay mexicanos, muchos, puestos, sí, al servicio de los más grandes empresarios, pero muchos puestos al servicio de los trabajadores. Y vamos a hacer una reforma urbana que defienda el derecho de los que perdieron su casa, a tener casa. Pero a decirles a esos compañeros que todos somos hijos o todos somos entenados; que no tiene preferencia tal o cual, que no sabemos cuántos damnificados hay. Pero yo creo que debemos entender que las normas de construcción - y explicarlo en todos los tonos - se dan por los diversos terremotos que ocurren en el mundo. Cada terremoto que ocurre en algún lugar del mundo es un índice para corregir deficiencias. Nosotros no vamos a aceptar que es normal, que es imprevisible lo que ocurrió.

Y si es imprevisible, podemos afirmar que debemos hacerlo previsible. Debemos prever al máximo, y esa previsión implica el que los hospitales que ahora están bien, en pie, con nuestros enfermitos en las camas, los templos, las escuelas, los centros, los centros de concentración pública, debemos revisarlos. Si están bien, qué bueno, pero tenemos que revisarlos porque fueron construidos, la mayoría, antes de que se aprobaran las normas vigentes de 1982.

Debemos cambiar esa mentalidad, de que, a este edificio no le pasó nada, está bien.

Vamos a revisarlo. y vamos a tener esa preferencia, pero vamos a plantearlo desde aquí, vamos a legislar, vamos a proponer. Yo espero, compañeros, que en este caso el interés partidario de una mayoría aplastante, no diga: bueno, pues estas ideas son buenas, son útiles, son válidas, pero vienen de la oposición. Pueden traer insidia, pueden traer algo oculto. No, yo pienso que a razones debemos responder con razones.

Yo pienso que esta ciudad no tiene un levantamiento del subsuelo, que tanta falta nos hace. Y hemos aventurado una hipótesis técnica, una simple hipótesis, que nos la hace proponer la historia de los terremotos de nuestra ciudad.

Los lugares donde se han caído los edificios son prácticamente los mismos.

No podemos pensar que los ingenieros malos vayan a construir allí en esos sitios que tengan "jefatura" Hay problemas en el subsuelo; hay corrientes de lodo, hay corrientes que cuando viene una onda sísmica caminan de manera distinta. Nadie, creo puede vanagloriarse en esta ciudad, de que sus estructuras están en pie, por muy impresionantes que sean. Nadie.

Debemos entonces pedir que se haga un levantamiento de nuestro subsuelo, que tengamos un plano para que identifiquemos esas regiones. Debemos proponer que en la reforma urbana esta se aspire a un ideal que debiéramos enarbolar, pues todos los que sabemos lo que es tener un techo seguro: que la casa sea del que la habita.

Pero hay una cosa más que quiero decir por último, qué no vimos a esos jóvenes pasantes de muchas carreras, médicos, por las calles, yo nunca les pregunté si eres del PSUM, o del PAN, o del PRI, o del PRT, o del PMT, eran mexicanos que estaban dando su mejor esfuerzo de todos los partidos y de muchos que no tienen registro.

¡Qué no podemos aprovechar esta capacidad juvenil para que organicemos a la población para la autoconstrucción de viviendas?

¡Qué se le tiene miedo a la capacidad organizadora de nuestro pueblo? Yo diría, compañeros, que un llamado desde el Congreso a los jóvenes ingenieros, jóvenes arquitectos, jóvenes estudiantes de estas materias a que se sumen a un plan de reconstrucción de nuestro México, que con nuestras manos lo hagamos, que los que tenemos alguna experiencia, pondremos a disposición de esos jóvenes todo lo que podamos.

Llamaremos a la iniciativa privada y llamaremos al gobierno y llamaremos a los trabajadores y habrá una mano de obra muy entusiasta porque irán a construir sus propios hogares, pero consideremos que es de utilidad pública expropiar esos lugares donde había habitaciones con renta congelada, que no se vuelvan de repente un botín para aquellos que esperaron pacientemente a que la naturaleza les devolviera sus propiedades. Y hagamos el planteamiento de que los lugares de nuestro México, ese México colonial vuelva a ser un México de estructuras bajas o de jardines, no incidamos en este error otra vez.

Pero sobre todo compañeros, creo que en efecto mal haríamos en tratar de sacar un proyecto partidario a esto, porque sería actuar contra nuestras propias conveniencias, nuestro pueblo no es de tontos, se da cuenta, nuestro pueblo rechaza retórica, nuestro pueblo entenderá si estamos luchando a su lado o estamos tratando de aprovecharnos. Así que el planteamiento que haríamos sería a todas las fracciones, a todos los diputados, participar juntos en este llamado, y recordar que aquí podemos tener diferencias pero que con esta tragedia fuera todos debemos como un solo mexicano. Viva México.[1]

Referencias

  1. Legislatura LIII - Año I - Período Ordinario - Fecha 19850924 - Número de Diario 23 (L53A1P1oN023F19850924.xml)Núm. Diario:23 ENCABEZADO DIARIO DE LOS DEBATES DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS "LIII" LEGISLATURA Registrado como artículo de 2a. clase en la Administración Local de Correos, el 21 de septiembre de 1921 AÑO I México, D. F., martes 24 de septiembre de 1985 TOMO I. NÚM.. 23 SUMARIO