Diferencia entre revisiones de «Página:Gschwind Obra Lina Beck Bernard.djvu/15»

Feminaria (Discusión | contribs.)
Bot: Creando página con texto extraído de DjVu
(Sin diferencias)

Revisión del 19:43 10 jul 2014

Esta página no ha sido corregida

18 jt'jA1'\I” Jonas GSCfiWfNfi — L1 ofifix


conocer el aspccto de la histérica ciudad y nos pinta e1 panorama que ofrecia la misma desde el mirador de la casa que ella habitaba. A su frente, estaba la Plaza Mayor con sus dos grandes iglesias, e1 Cabildo y mas alla los conventos de San Francisco y Santo Domingo. Al occidente se divisaba el Rio Salado y mas lcjos las selvas. A1 oriente, el puerto de Santa Fe y en el horizonte, en las lejanias, las colinas de Entre Rios, con la ciudad de Parana y sus casas blancas surgiendo entre jardines y bosquecillos.

Sc refiere después a los moradores de las casas de la ciudad. Alrededor del a1jibe,que ocupaba generalmente e1 centro del patio, muchachas pardas o mulatas sacaban agua y llenaban lap anforas que eran de tierra colorada. Usaban sobre su cabeza e1 «pafiuelo rebozo», de colores vivos. Otras muchachas pisaban maiz en grandes morteros hechos en un tronco de algarrobo, maiz destinado a la cmasarnorra», plato favorito de estas gentes.

Los nifios jugaban bajo los naranjos _v recogian sus dorados frutos. Mujeres ancianas sentadas bajo la veranda, arrollaban sobre sus rodillas hojas de tabaco y hacian cigarros que luego fumaban. Mientras tanto circulaba e1 mate.

Algunas mujeres jovenes, bajo la veranda también, bordaban y hacian encajes, lo que constituia una de sus principales ocupa- ciones.

Dice la sefiora Beck Bernard en su libro que la instruccién de los nifios estaba muy abandonada y era mala. Pero, en cam- bio, si las mujeres no tenian instruccion, poseian mucha educacion y demostraban desde nifias un gran tacto, buen sentido y don de gentes. Tenian, en general, un espiritu observador, una excelente memoria, una habilidad prodigiosa en todos los quehaccres propios de su sexo y una gran facilidad para aprender. Su inteligencia era fértil y rica cuando se la cultivaba. Eran también muy supersticiosas.

La mujer santafesina se levantaba temprano, para asistir a misa y al mismo tiempo disfrutar de la fresca brisa matinal.

La escritora alude a la famosa siesta, que los criollos juzgaban nccesaria para la buena salud. La ciudad a esas horas estaba