Diferencia entre revisiones de «El escultor y el duque»
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{{cita|<poem>
conociéndote, y las concluyo con tu nombre.
</poem>|Madrid, Octubre 10 de 1840.
(Nota del autor a su mujer.)
<poem>
'''- I -'''
Año de más o de menos,
si no miente mi memoria,
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'''- II -'''
En un claustro de un convento,
como a las tres de una tarde,
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de los muchos que no saben,
es, volviendose a algún monje,
preguntar:
A lo que con voz sonora
dice satisfecho el fraile:
y ¡es gran cosa! Bien lo vale.
Como quien dice:
porque no habrá quien lo pague!
Y el vulgo, que atento le oye,
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'''- III -'''
Cerraba espesa la noche,
fría y amagando lluvia,
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de los dos nobles a trozos
la conversación se escucha.
delante de ella.
y os lo confieso, Marqués,
a estar hoy en venta
Vos sois en
—Nunca;
eso fuera prevalerme
de mi posición, segura
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llegaron frente una casa
de una callejuela obscura.
—No.
es la ocasión para verlo.
Y a una violenta y ruda
aldabonada, la puerta
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penetró la luz movible
con que por dentro se alumbran.
una voz suave que anuncia
una mujer, cuya forma
aun a la vista se oculta.
¿Vive aquí?
Se abrió la puerta, y entrando
los dos hidalgos a una,
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mostró a la luz, y la niña
conociéndola se turba.
Mucho de casas te mudas.
Y ella contestó cerrando:
la exposición de vivir
a solas con mi fortuna.
una tos seca y profunda.
No es mala tu compañia
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excusó ceremoniales
hablando en este tenor.
{|
{{Pt|TORRIGIANO| ¿A qué fortuna merezco
el honor de esta visita?}}
{{Pt|DUQUE| A un señor que necesita
una obra, y os la ofrezco.}}
{{Pt|TORRIGIANO| Acepto, si la sé hacer
a gusto de esa persona.}}
{{Pt|DUQUE| Es copia de una Madona
que habéis concluido ayer.}}
{{Pt|TORRIGIANO| ¿El tamaño?}}
{{Pt|DUQUE| A vuestro gusto
como me la hagáis igual;
la semejanza cabal
es en ella lo que ajusto.
¿Aceptáis la condición?}}
{{Pt|TORRIGIANO| Si no es como la prometo,
a dárosla me someto
sin gozar retribución.
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francamente os quiero hablar,
tengo allí que retratar
a mi hijo y mi mujer.}}
{{Pt|DUQUE| ¡Cómo!}}
{{Pt|TORRIGIANO| Tuve ese capricho
en la que ayer concluí,
y a no ser la estatua así,
es imposible lo dicho.}}
{{Pt|DUQUE| ¿Y ese amante desvarío
puedo yo culparos? No.
Haré vuestro gusto yo
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como quien recela duda,
y un punto consigo mismo
su resolución consulta.}}
Y el hidalgo y el artista,
que uno de otro se aseguran,
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esta respuesta el hidalgo,
y el artista esta pregunta:
{{Pt|TORRIGIANO
de explicaciones los dos,
¿me diréis si es para vos?}}
{{Pt|DUQUE| Llevádsela al Duque de Arcos,
que no os pesará, ¡por Dios!}}
|}
'''- IV -'''
Y yendo y viniendo días,
y sin tregua el escultor
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de justo enojo le dice.
El hombre pasa y no escucha;
le
y allá hacia el fin de la calle
vuelve a pararse impasible.
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con vigor irresistible,
volvió la carta diciendo:
Y al ir palabras más duras
colérica a dirigirle,
apareció el Torrigiano
y palideció la Tisbe.
{|
{{Pt|TORRIGIANO| ¿Qué es eso, Tisbe?}}
{{Pt|TISBE| Un infame
que dos veces ha pasado
y ese papel ha tirado
por la reja.}}
{{Pt|TORRIGIANO| El papel dame,
que, a lo que veo, él ha huido;
mas ¿qué tiemblas, alma mía,
no ves que de su osadía
tú la culpa no has tenido?}}
{{Pt|TISBE| ¡Ay, Pedro, que ese papel,
me da recelos fatales,
y me parecen puñales
cuantas letras hay en
{{Pt|TORRIGIANO| ¡Calla, inocente!}}
{{Pt|TISBE| No le abras,
Pedro.}}
{{Pt|TORRIGIANO| ¿Saber no es mejor
de qué mal es portador?
Y al fin, son cuatro palabras.
(Abriendo la carta, a Tisbe:)
Pero, Tisbe, es para ti;
tu nombre al principio
Veamos lo que contiene,
y escucha, que dice así:
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mi ventura y su sentencia:
un día de resistencia
da la muerte al Torrigiano.»}}
{{Pt|TISBE| ¡Ay, Torrigiano, ay de mí,
que con mi negra hermosura
te traje la desventura
y acaso muerte te dí!}}
{{Pt|TORRIGIANO| Mas ¿qué misterio penetras
en ese papel, que a voces
mi muerte auguras? ¿Conoces
quién hizo, Tisbe, esas letras?}}
{{Pt|TISBE| No; lo adivino no más:
de un villano que en tu ausencia
con inaudita insolencia
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desde el momento de verlo,
y sólo supe temerlo,
y no lo bastante, pienso.}}
{{Pt|TORRIGIANO| Y ¿por qué no me has mostrado
a ese traidor cara a cara,
y en mis manos acabara,
que era morir muy honrado?}}
{{Pt|TISBE| A verte una noche vino,
y en mi cuarto me encerré
como quien siente y no ve
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porque tal horror sentía,
que aun de su voz, si la oía,
no sé qué me recelaba.}}
{{Pt|TORRIGIANO| (Desesperado.)
¡Y yo, necio, se la dí;
se la llevé yo en persona!
(A Tisbe:)
Y viendo aquella Madona
que se parecía a ti,
¿no lo adivinabas tú?}}
{{Pt|TISBE| Temí, Pedro, que tus
{{Pt|TORRIGIANO| ¡Cargue, voto va a los cielos,
con tu miedo Belcebú!
¡Ira de Dios, y qué a punto
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fui a presentarlo el trasunto!
¡Por ella su lengua fatua
me hará de irrisión objeto!
¡Maldito si no le meto
en el cerebro la estatua!}}
|}
Y esto el escultor diciendo,
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'''- V -'''
El sombrero hasta las cejas,
fiera y sombría la cara,
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ya el Torrigiano tenía
la mano en su hombro posada.
no quiero venderla, dádmela.
Y el Torrigiano en la mesa
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recibió por la mañana.
Rióse el Duque, y lo dijo:
¿Sabe que sólo mi voz
para aniquilarlo basta?
Rugió el Torrigiano de ira,
y dijo con voz ahogada:
que pase por la garganta;
y no piense que eso es sólo
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tras de la mampara cierran,
con resolución exclama:
que os juro que vuestra carta
otra respuesta no tiene
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dijo, señalando el Duque
los pedazos que rodaban:
las imágenes maltrata;
si se resiste, amarrarlo;
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'''- CONCLUSIÓN -'''▼
▲CONCLUSIÓN
¿Qué te valió, buen soldado,
con noble empeño lidiar
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aguardó en mustio silencio
a que quisiesen hablar.
—Torrigiano.
no lo pudierais dudar.
¿Si os dieran
Y a esta idea, el escultor,
como quien la puede usar,
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y tornándose a sentar,
dijo, en derredor mirando:
Siguió preguntando el hombre,
deletreando a la par:
Y el triste, a pregunta tal,
volvió los ojos a su obra,
y al
y echando al busto los brazos
con desesperado afán,
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aquel madero ocupar,
díjole con befa estúpida:
Y el busto de su Madona
le echó a los pies al cerrar.
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hasta que, asiendo una antorcha,
penetraron en la cueva.
que está ya ardiendo la hoguera.
Y en faz amenazadora
avanzaron a su presa.
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guardaban algún objeto
que se adivinaba apenas.
pero mirando su inercia,
empujáronle con ira
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su gloria con su cadáver,
de su ejecución en prenda,
que quien nace hidalgo y fiero,
no puede con la vergüenza
de acabar con ignominia
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al cielo a la par volaron,
y si hay Dios, ¡dichosas ellas!
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