Diferencia entre revisiones de «Autor:Felipe Pardo y Aliaga»

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Línea 15:
 
Vamos al buque. Y ¿Quién verá si este buque es bueno o malo? ¡Válgame Dios! ¡Qué conflicto! ¿Se le ocurriá al Inglés don Jorge, que vivie en los altos? Ni pensarlo; las hermanitas dicen que es un bárbaro capaz de embarcarse en un zapato. Un catalán pulpero, que ha navegado de condestable en la Esmeralda, es, por fin, el perito. Le costean caballo, va al Callao, practica su reconocimiento y vuelve diciendo que el barco es bueno; y que don Goyito irá tan seguro como en un navío de la Real Armada. Con esta noticia calma la inquietud.
 
Despedidas. La calesa trajina por todo Lima ¿Conque se nos va usted? ¿Conque se decide usted a embarcarse? ... ¡Buen valorazo! Don Gregorio se ofrece a la disposición de todos: se le bañan los ojos en lágrimas a cada abrazo. Encarga que le encomienden a Dios. A él le encargan jamones, dulces, lenguas y cobranzas. Y ni a él le encomienda nadie a Dios, ni él se vuelve a acordar de los jamones, de los dulces, de las lenguas ni de las cobranzas.
 
Llega el día de la partida. ¡Qué bulla! ¡Qué jarana! ¡Qué Babilonia! Baúles en el patio, cajones en el dormitorio, colchones en el zaguán, diluvios de canastos por todas partes. Todo sale, por fin, y todo se embarca, aunque con bastantes trabajos. Marcha don Gregorio, acompañado de una numerosa caterva, a la que pertenecen también, con pendones y cordón de San Francisco de Paula, las amantes hermanitas, que sólo por el buen hermano pudieron hacer el horrendo sacrificio de ir por primera vez al Callao. Las infelices no se quitan el pañuelo de los ojos, y lo mismo le sucede al viajero. Se acerca la hora del embarque, y se agravan los soponcios. ¿Si nos volvemos a ver? ... Por fin, es forzoso partir; el bote aguarda. Va la comitiva al muelle: abrazos generales, sollozos, los amigos separan a los hermanos: "¡Adiós hermanitas mías!" "¡Adiós, Goyito de mi corazón! La alma de mi mamá Chombita te lleve con bien".
 
Este viaje ha sido un acontecimiento notable en la familia; ha fijado una época de eterna recordación; la constituido una era, con la cristina, como la de la Hégira, como la de la fundación de Roma, como el Diluvio Universal, como la era de Nabonasar.
 
Se pregunta en la tertulia:
- ¿Cuánto tiempo lleva Fulana de casada?
- Aguarde usted. Fulana se casó estando Goyito para ir a Chile...
- ¿Cuánto tiempo hace que murió el guardián de tal convento?
- Yo le diré a usted; al padre guardián le estaban tocando las agonías al otro día del embarque de Goyito. Me acuerdo todavía que se las recé, estando enferma en cama de resultas del viaje al Callao...
- ¿Qué edad tiene aquel jovencito?
- Déjeme usted recordar. Nació en el año de ... Mire usted, este cálculo es más seguro, son habas contadas, cuando recibimos la primera carta de Goyito estaba mudando de dientes. Conque, saque usted la cuenta...
 
Así viajaban nuestros abuelos; así viajarían si se determinasen a viajar, muchos de la generación que acaba, y muchos de la generación actual, que conservan el tipo de los tiempos del Virrey Avilés, y ni aún así viajarían otros, por no viajar de ningún modo.