Diferencia entre revisiones de «Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/199»
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sorpresa que le causaba el que hubiese flaqueado en semejante circunstancia la de indomable valor; la representó cuan merecedora era la empresa de que ella la patrocinara, ya que podia dar tan grandes resultados para la relijion y sus reinos; la hizo pensar en el sentimiento que la causaria el que otro monarca pusiera en ejecucion el proyecto, como era probable; la recordó que la persona de Colon, su firmeza, su fé, su ciencia y superioridad sobre los cosmógrafos que lo condenaban, debian darle crédito, tanto mas cuanto que nada pedia hasta despues de haber conseguido mucho; que el premio recaeria sobre los descubrimientos, y que en ellos arriesgaba su vida y la octava parte de los gastos; que admitiendo que no encontrase lo que decia, ninguna mengua seria para SS. AA. sino al contrario, que todos se felicitarian de que hubieran acometido una empresa semejante, é insistió acerca de la obligacion en que se hallan los reyes de dilatar el horizonte de la ciencia, de adquirir conocimiento de las cosas lejanas, y penetrar lo mas posible en los secretos del mundo. |
sorpresa que le causaba el que hubiese flaqueado en semejante circunstancia la de indomable valor; la representó cuan merecedora era la empresa de que ella la patrocinara, ya que podia dar tan grandes resultados para la relijion y sus reinos; la hizo pensar en el sentimiento que la causaria el que otro monarca pusiera en ejecucion el proyecto, como era probable; la recordó que la persona de Colon, su firmeza, su fé, su ciencia y superioridad sobre los cosmógrafos que lo condenaban, debian darle crédito, tanto mas cuanto que nada pedia hasta despues de haber conseguido mucho; que el premio recaeria sobre los descubrimientos, y que en ellos arriesgaba su vida y la octava parte de los gastos; que admitiendo que no encontrase lo que decia, ninguna mengua seria para SS. AA. sino al contrario, que todos se felicitarian de que hubieran acometido una empresa semejante, é insistió acerca de la obligacion en que se hallan los reyes de dilatar el horizonte de la ciencia, de adquirir conocimiento de las cosas lejanas, y penetrar lo mas posible en los secretos del mundo. |
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{{brecha}}Lejos de ofenderse Isabel de las amonestaciones de su vasallo, le agradeció su franqueza. En aquel momento se presentó Quintanilla, á quien recomendaba su probidad, y apoyó enérjicamente las desinteresadas súplicas de su amigo, mientras que á poca distancia de la vivienda en que esto sucedia, el P. Marchena, arrodillado delante de un altar del oratorio de la reyna, rogaba á Dios por los méritos de la preciosa sangre de su hijo iluminara con su gracia el recto entendimiento de Isabel.*<ref>*Una de las personas que mas influyeron en esta trascendental determinación de la ilustre matrona, fue su dama y amiga doña Beatriz de Bobadilla, marquesa de Moya, noble y virtuosa progenitora de doña Eugenia de Guzmán, actual emperatriz de los franceses y digna émula de la inmortal Blanca de Castilla.<br/>{{derecha|N. del T.}}</ref> |
{{brecha}}Lejos de ofenderse Isabel de las amonestaciones de su vasallo, le agradeció su franqueza. En aquel momento se presentó Quintanilla, á quien recomendaba su probidad, y apoyó enérjicamente las desinteresadas súplicas de su amigo, mientras que á poca distancia de la vivienda en que esto sucedia, el P. Marchena, arrodillado delante de un altar del oratorio de la reyna, rogaba á Dios por los méritos de la preciosa sangre de su hijo iluminara con su gracia el recto entendimiento de Isabel.*<ref>*Una de las personas que mas influyeron en esta trascendental determinación de la ilustre matrona, fue su dama y amiga doña Beatriz de Bobadilla, marquesa de Moya, noble y virtuosa progenitora de doña Eugenia de Guzmán, actual emperatriz de los franceses y digna émula de la inmortal Blanca de Castilla.<br/>{{derecha|N. del T.{{brecha|5em}}}}</ref> |
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{{brecha}}Sin duda le oyó el señor. De repente, cambia la princesa de actitud; se opera en su alma un misterioso |
{{brecha}}Sin duda le oyó el señor. De repente, cambia la princesa de actitud; se opera en su alma un misterioso |