Diferencia entre revisiones de «Los zapaticos de rosa»

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Línea 12:
Quiere salir a estrenar <br>
Su sombrerito de pluma. <br>
 
–"¡Vaya la niña divina!" <br>
Dice el padre, y le da un beso: <br>
"Vaya mi pájaro preso <br>
A buscarme arena fina." <br>
 
–"Yo voy con mi niña hermosa", <br>
Le dijo la madre buena: <br>
"¡No te manches en la arena <br>
Los zapaticos de rosa!" <br>
 
Fueron las dos al jardín <br>
Por la calle del laurel: <br>
La madre cogió un clavel <br>
Y Pilar cogió un jazmín. <br>
 
Ella va de todo juego, <br>
Con aro, y balde, y paleta: <br>
El balde es color violeta: <br>
El aro es color de fuego. <br>
 
Vienen a verlas pasar: <br>
Nadie quiere verlas ir: <br>
La madre se echa a reír, <br>
Y un viejo se echa a llorar. <br>
 
El aire fresco despeina <br>
A Pilar, que viene y va <br>
Muy oronda: –"¡Di, mamá! <br>
¿Tú sabes qué cosa es reina?" <br>
 
Y por si vuelven de noche <br>
De la orilla de la mar, <br>
Para la madre y Pilar <br>
Manda luego el padre el coche. <br>
 
Está la playa muy linda: <br>
Todo el mundo está en la playa: <br>
Lleva espejuelos el aya <br>
De la francesa Florinda. <br>
 
Está Alberto, el militar <br>
Que salió en la procesión <br>
Con tricornio y con bastón, <br>
Echando un bote a la mar. <br>
 
¡Y qué mala, Magdalena <br>
Con tantas cintas y lazos, <br>
A la muñeca sin brazos <br>
Enterrándola en la arena! <br>
 
Conversan allá en las sillas, <br>
Sentadas con los señores, <br>
Las señoras, como flores, <br>
Debajo de las sombrillas. <br>
 
Pero está con estos modos <br>
Tan serios, muy triste el mar: <br>
¡Lo alegre es allá, al doblar, <br>
En la barranca de todos! <br>
 
Dicen que suenan las olas <br>
Mejor allá en la barranca, <br>
Y que la arena es muy blanca <br>
Donde están las niñas solas. <br>
 
Pilar corre a su mamá: <br>
–"¡Mamá, yo voy a ser buena: <br>
Déjame ir sola a la arena: <br>
Allá, tú me ves, allá!" <br>
 
–"¡Esta niña caprichosa! <br>
No hay tarde que no me enojes: <br>
Anda, pero no te mojes <br>
Los zapaticos de rosa." <br>
 
Le llega a los pies la espuma: <br>
Gritan alegres las dos: <br>
Y se va, diciendo adiós, <br>
La del sombrero de pluma. <br>
 
¡Se va allá, donde ¡muy lejos! <br>
Las aguas son más salobres, <br>
Donde se sientan los pobres, <br>
Donde se sientan los viejos! <br>
 
Se fue la niña a jugar, <br>
La espuma blanca bajó, <br>
Y pasó el tiempo, y pasó <br>
Un águila por el mar. <br>
 
Y cuando el sol se ponía <br>
Detrás de un monte dorado, <br>
Un sombrerito callado <br>
Por las arenas venía. <br>
 
Trabaja mucho, trabaja <br>
Para andar: ¿qué es lo que tiene <br>
Pilar que anda así, que viene <br>
Con la cabecita baja? <br>
 
Bien sabe la madre hermosa <br>
Por qué le cuesta el andar: <br>
–"¿Y los zapatos, Pilar, <br>
Los zapaticos de rosa? <br>
 
"¡Ah, loca! ¿en dónde estarán? <br>
¡Dí dónde, Pilar!" –"Señora", <br>
Dice una mujer que llora: <br>
"¡Están conmigo: aquí están!" <br>
 
"Yo tengo una niña enferma <br>
Que llora en el cuarto oscuro <br>
Y la traigo al aire puro <br>
A ver el sol, y a que duerma. <br>
 
"Anoche soñó, soñó <br>
Con el cielo, y oyó un canto: <br>
Me dio miedo, me dio espanto, <br>
Y la traje, y se durmió. <br>
 
"Con sus dos brazos menudos <br>
Estaba como abrazando: <br>
Y yo mirando, mirando <br>
Sus piececitos desnudos. <br>
 
"Me llegó al cuerpo la espuma, <br>
Alcé los ojos, y vi <br>
Esta niña frente a mí <br>
Con su sombrero de pluma. <br>
 
"–¡Se parece a los retratos <br>
Tu niña!" dijo: "¿Es de cera? <br>
¿Quiere jugar? ¡si quisiera!... <br>
¿Y por qué está sin zapatos? <br>
 
"Mira: ¡la mano le abrasa, <br>
Y tiene los pies tan fríos! <br>
¡Oh, toma, toma los míos: <br>
Yo tengo más en mi casa!" <br>
 
"No sé bien, señora hermosa, <br>
Lo que sucedió después: <br>
¡Le vi a mi hijita en los pies <br>
Los zapaticos de rosa!" <br>
 
Se vio sacar los pañuelos <br>
A una rusa y a una inglesa; <br>
El aya de la francesa <br>
Se quitó los espejuelos. <br>
 
Abrió la madre los brazos: <br>
Se echó Pilar en su pecho, <br>
Y sacó el traje deshecho, <br>
Sin adornos y sin lazos. <br>
 
Todo lo quiere saber <br>
De la enferma la señora: <br>
¡No quiere saber que llora <br>
De pobreza una mujer! <br>
 
–"¡Sí, Pilar, dáselo! ¡y eso <br>
También! ¡tu manta! ¡tu anillo!" <br>
Y ella le dio su bolsillo, <br>
Le dio el clavel, le dio beso. <br>
 
Vuelven calladas de noche <br>
A su casa del jardín: <br>
Y Pilar va en el cojín <br>
De la derecha del coche. <br>
 
Y dice una mariposa <br>
Que vio desde su rosal <br>
Guardados en un cristal <br>
Los zapaticos de rosa. <br>