Diferencia entre revisiones de «Una excursión: Capítulo 50»

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En Pitralauquén, volvimos a hacer alto; los flamencos atornasolados saludaron nuestra llegada, batiendo con estrépito sus sonrosadas alas, y en ondas caprichosas se perdieron por el éter incoloro.
EnMi lascompadre almasy enfermas,sus <br>llegadosindios allegados iban tan mal montados, que me pidió por favor le prestara algunos caballos para llegar a la raya.
Mi compadre y sus indios a{{copyvio}}
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experimentado con motivo de la sensible pérdida de su hijo Carlos, acaecida el 28 de agosto último al frente de Antofagasta, combatiendo con los enemigos de la Patria.
 
Si al recordar este acontecimiento y cumplir tan penoso deber, sólo tuviese en mira dar testimonio de haber visto sucumbir auc colombia la venganzaael llanto [[Imagen:Alvaro.jpg]]
 
Pues soy tu Autor, y tú mi hechura eres,
hoy, de un concepto mío
 
la ejecución a tus aplausos fío.
 
 
:::Josefa de los santos
:::: (17 de marzo de 1880 - 7 de mayo de 1917)
 
 
Amada, es primavera. <br>
Fuensanta, es que florece <br>
La eclesiástica unción de la cuaresma. <br>
 
Hay un alivio dulce <br>
En las almas enfermas, <br>llegados iban tan mal montados, que me pidió por favor le prestara algunos caballos para llegar a la raya.
Ordené que se los dieran, y diciéndole a San Martín: