Diferencia entre revisiones de «Ovidio Metamorfosis II»

Contenido eliminado Contenido añadido
Línea 429:
Júpiter: para ella causa de odio el bosque es y la cómplice espesura, de donde, su pie al retirar, casi se olvidó de su aljaba coger con las flechas y el que había colgado arco. 440 He aquí que de su coro acompañada Dictina por el alto Ménalo entrando, y de su matanza orgullosa de fieras, la vio a ella y vista la llama: llamada ella rehúye y temió a lo primero que Júpiter no estuviera en ella, pero después de que al par a las ninfas avanzar vio, 445 sintió que no había engaños y al número accedió de ellas. ¡Ay, cuán difícil es el crimen no delatar con el rostro! Apenas los ojos levanta de la tierra, y no, como antes solía, junta al costado de la diosa está, ni de toda la fila es la primera, sino calla, y da signos con su rubor de su dañado pudor 450 y, salvo porque virgen es, podría sentir Diana en mil señales su culpa (las ninfas que lo notaron refieren). En su orbe noveno resurgían de la luna los cuernos, cuando, de la cacería bajo las fraternas llamas lánguida, alcanzó un bosque helado la diosa, desde el cual, con su murmullo bajando, 455 iba y sus trilladas arenas viraba un río. Cuando esos lugares alabó, lo alto con el pie tocó de sus ondas. Estas también alabadas, 'Lejos queda,' dijo, 'árbitro todo: desnudos, sumergidos en las linfas, bañemos nuestros cuerpos.' La Parráside enrojeció; todas sus coberturas dejan; 460 una demoras busca: a la que dudaba su vestido quitado le fue, el cual dejado, se hizo patente, con su desnudo cuerpo, el crimen. A ella, atónita, y con sus manos el útero esconder queriendo, 'Vete lejos de aquí,' le dijo Cintia, 'y estas sagradas fuentes no manches,' y de su unión le ordenó separarse. 465 Había sentido esto hacía tiempo la matrona del gran Tonante, y había diferido graves hasta idóneos tiempos los castigos. Causa de demora ninguna hay, y ya el niño Árcade (esto mismo dolió a Juno) había de su rival nacido. Al cual, nada más volvió, junto con la mirada, su salvaje mente, 470 'Claro es que esto también restaba, adúltera,' dijo, 'que fecunda fueras y se hiciera tu injuria por tu parto conocida y del Júpiter mío testimoniado el desdoro fuera. No impunemente lo llevarás: pues te arrancaré a ti la figura con la que a ti misma, y con la que complaces a nuestro, importuna, marido,' 475 dijo, y de su opuesta frente prendiéndole los cabellos, la postra en el suelo de bruces. Tendía sus brazos suplicantes: sus brazos empezaron en negros a erizarse vellos y a curvarse sus manos y a crecer en combadas uñas y el servicio de pies a cumplir, y alabada un día 480 su cara por Júpiter, a hacerse deforme en una ancha comisura, y para que sus súplicas los ánimos y sus palabras suplicantes no dobleguen, el poder hablar le es arrancado: una voz iracunda y amenazadora y llena de terror de su ronca garganta sale. Su mente antigua, en cambio, permanecio en ella, también osa hecha, 485 y con su asiduo gemido atestiguando sus dolores, cuales son, sus manos al cielo y a las estrellas alza, e ingrato a Júpiter, aunque no pueda decirlo, siente. ¡Ay, cuántas veces, no osando descansar en la sola espesura, delante de su casa y, otro tiempo suyos, erró por los campos! 490 ¡Ay, cuántas veces por las rocas los ladridos de los perros la llevaron, y la cazadora por el miedo de los cazadores aterrada huyó! Muchas veces fieras se escondió al ver, olvidada de qué era, y, la osa, de ver en los montes osos se horrorizó, y temió a los lobos, aunque su padre estuviese entre ellos. 495 He aquí que su prole, desconocedor de su Licaonia madre, Árcade llega, tres veces sus quintos casi cumpleaños hechos, y mientras fieras persigue, mientras los sotos elige aptos y de nodosas mallas las espesuras del Erimanto rodea, cae sobre su madre, la cual se detuvo a Árcade al ver 500 y como aquella que lo conociera se quedó. Él rehúye, y de quien inmóviles sus ojos en él sin fin tenía, ignorante, tuvo miedo y a la que más cerca avanzar ansiaba hubiera atravesado el pecho con una heridora flecha. Lo evitó el omnipotente, y al par a ellos y la abominación 505 contuvo, y, al par, arrebatados por el vacío gracias al viento, los impuso en el cielo y vecinas estrellas los hizo. Se inflamó Juno después de que entre las estrellas su rival fulgió, y descendió hacia las superficies hasta la cana Tetis y el Océano viejo, cuya reverencia conmueve 510 a menudo a los dioses, y cuando la causa de su ruta preguntaban dice: '¿Preguntáis por qué, reina de los dioses, de las etéreas sedes aquí vengo?: en mi lugar tiene otra el cielo. Miento si cuando oscuro la noche haya hecho el orbe, recién honoradas -mis heridas- con el supremo cielo, 515 no vierais unas estrellas allí, donde el círculo último, por su espacio el más breve, el eje postrero rodea. ¿Y en verdad habrá alguien que a Juno herir no quiera y ofendida le trema, la que sola beneficio daño haciendo? ¡Oh, yo, qué cosa grande he hecho! ¡Cuán vasta la potencia nuestra es! 520 Ser humana le veté: hecha fue diosa. Así yo los castigos a los culpables impongo, así es mi gran poder. Que le reclame su antiguo aspecto y los rasgos ferinos detraiga, lo cual antes en la argólica Forónide hizo. ¿Por qué no también, expulsada Juno, la lleva 525 y la coloca en el tálamo y por suegro a Licaón toma? Mas vosotros, si os mueve el desprecio de vuestra herida ahijada, del abismo azul vetad a los Siete Triones, y esas estrellas, en el cielo en pago de un estupro recibidas, rechazad, para que no se bañe en la superficie pura una adúltera.' 530 Los dioses del mar habían asentido: con su manejable la Saturnia carro ingresa en el fluente éter con sus pavones pintados.
 
===== El cuervo ===== Tan recién pintados sus pavones del asesinado Argos, como tú recientemente fuiste, cuando cándido antes fueras, cuervo locuaz, en alas vuelto súbitamente ennegrecidas. 535
===== El cuervo =====
<poem> Tan recién pintados sus pavones del asesinado Argos,
como tú recientemente fuiste, cuando cándido antes fueras,
cuervo locuaz, en alas vuelto súbitamente ennegrecidas. 535
Pues fue esta un día, por sus níveas alas plateada
un ave, como para igualar, todas sin fallo, a las palomas,
Línea 438 ⟶ 435:
ceder, ánsares, ni amante de las corrientes al cisne.
Su lengua fue su perdición, la lengua haciendo esa, locuaz, 540
que el que color blanco era, ahora es contrario al blanco. </poem>
 
===== Apolo y Coronis =====
<poem> Más bella en toda la Hemonia que la larísea