Diferencia entre revisiones de «Acta del Cabildo de Guayaquil (24 de Marzo de 1688)»

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Página nueva: '''REPRESENTACIÓN DE ALGUNOS VECINOS PARA LA MUDANZA DE LA CIUDAD DE SANTIAGO DE GUAYAQUIL'''. El Doctor Don Pedro Álvarez de Avilés y Valdés, Vicario de esta Ciudad de Santi...
 
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Línea 11:
Y reconociendo la mala y tendida planta de esta ciudad y (tras haberse) quemado lo principal de ella, y la imposibilidad de fortificar, siquiera con alguna formalidad, que no la tiene ni es capaz de fortificación; y que las que por vuestra merced se nos ha dado a entender se ha resuelto se hagan, (pues como) son tan costosas y no libre de padast(r)os y tan apartadas las unas de las otras, que es necesario para coronarlas (con) más de seiscientos infantes y que éstos se dividan, los unos de los otros, de calidad que llegado el caso de socorrerse no lo pueden hacer con aquella prontitud necesaria en la ocasión y a vista del enemigo, como se experimentó en su entrada, por lo apartado de los puestos y no (lo poder) avistare los unos a los otros ni saberse, siendo tantas y tan ocultas las entradas que ésta mala planta ofrece al enemigo porque aparte (se) aplicará sus gentes, y que aunque se lleven a debida ejecución estas fortificaciones no queda(n) (hacia) la plaza en regular defensa, ni cerrada. Deseando el mejor acierto en las ocasiones que se han ofrecido, hemos asentido, y generalmente toda ésta República, que ésta se mude (de ahora en adelante) a la campaña y tierra llana que corre desde (el) Puerto de Casones a la que llaman La Sabaneta, y lo mismo (lo) volvemos a propone a vuestra merced, y siendo necesario se lo requerimos una y muchas veces; y, hablando con la veneración debida, protestamos de lo contrario quejarnos a Su Majestad en Real y Supremo Consejo de las Indias, pues en aquel paraje que es tierra llaña / llana, limpia de montes y capacísima para formar una ciudad, de la población que se quisiere y tierra que no se aniega*1, a muchos menos costa, y que quede cerrada, se puede fortificar por ofrecerlo el terruño y de mudarnos como conviene, y será del servicio de ambas Majestades y bien general de esta Provincia y la de San Francisco de Quito, cuya llave es este puerto por su comercio, con hacer de presente, de (construir) una fortaleza sobre el río, regular para favorecerse en ella, las (comprar y colocar puestos de) seis piezas de artillería y las armas y municiones y cerrar, conforme está declinada la planta, (y) la circunvalación de una trinchera de piedra y barro, siendo como es la campiña limpia y descumbrada de arboledas por todas partes, en distancia de más de dos tiros de mosquete, y que (donde) no se puede ocultar el enemigo, y quedaremos cerrados y defensibles y se hallará nuestra gente unida y nuestras familias aseguradas. Y poniéndose en ejecución por ahora esta fortificación en la nueva planta, y aplicándose a ella los medios asignados para las fortificaciones que se intentan hacer en ésta, o parte de ellos, de una conformidad, convenimos en mudarnos y nuestras casas y hacerlas en la nueva población y asistir personalmente, y con nuestros esclavos a la re(e)dificación de ello, y a pasar nuestra Iglesia Mayor y todo lo demás conveniente a este fin, por el deseo que nos asiste del mejor acierto y mayor aumento de esta Provincia y que se adelante la población (recogiéndose con sus pertenencias) y a que se haga un foso como lo ofrece el terruño, de calidad que puede asegurada y aislada la ciudad; lo cual se puede hacer de presente, pues para lo de adelante, en medio de la cortedad que padecemos de presente, originada de la invasión del enemigo y (a) falta de comercio, ofrecemos adelantas las fortificaciones según están delini(e)adas, afianzando para ello y su manutención medios bastantes; sobre que suplicaremos a Su Majestad y interpondremos pretensión en su Real y Supremo Consejo de las Indias para que nos conceda el alivio de que necesitamos y nos ha reducido la duración de esta guerra, (al darnos por) perdida (todo lo) de nuestras haciendas en el saco / saqueo que se hizo el enemigo y (que hizo) incendio de la ciudad y suspensión del comercio de nuestros frutos.
 
Lo otro, que de mudarse esta ciudad al paraje referidreferido, distante de ésta (en ) dos tiros de mosquete, por su corta distancia se facilita por el río en balzas la conduc(c)ión de los materiales para la re(e)dificación y los vecinos que desbarataren sus casas hallen el alivio de aprovecharlos.
 
Lo otro, (que) se mejora en muchos grados el puerto por la bondad que manifiesta en aquel paraje para el surgidero de las embarcaciones, afianzándose en él no tan solamente, debajo del abrigo de la artillería y del mosquete, las de mayor porte, sino a corto tiro de escopeta, y las de menor parte, como barcos y balsas del trajín de este río, a tiro de pistola; punto esencial a que se debe atender por ser muy pocos los puertos de mar de la costas de este Reino, que gozan de tan singular conveniencia, y no es dudable que llevándose a debida ejecución esta nueva fundación, en lo de adelante (ahora) las tengamos los vecinos por lo que se adelanta el comercio de las embarcaciones que navegan esta mar, con el seguro de tener puerto y asegurar sus embarcaciones debajo del amparo de fortificación regular que los asegure de cualquiera invasión, harán escala en él y carenarán / cargarán a su salvo, lo cual no pueden hacer, ni lo harán en este paraje donde la artillería no les sirve de defensa, por lo apartado del surgidero.