Diferencia entre revisiones de «El Discreto/Realce XI»

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<div class="prose">
 
 
<div class="prose"Parrafo>
== No ser malilla<ref>No ser hombre para todo. «Malilla» era el término que se empleaba para designar al comodín de la baraja en el juego del hombre. Era la carta de más valor después de la espadilla, y era representada por el nueve de oros según el ''Vocabulario'' de Franciosini.</ref> ==
 
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Gran lección es ésta del saberse hacer estimar, de saber vender una eminencia, afectando el encubrirla, para conservarla y aun aumentarla con el deseo, que en los ''Avisos al Varón Atento'' se discurrirá con enseñanza. Célebre confirmación la de las esmeraldas del indiano,<ref>Nos es desconocida la fuente del cuento que relata aquí Gracián de «las esmeraldas del indiano».</ref> y que declara esta sutileza con buen gusto. Traía gran cantidad de ellas en calidad igual. Expuso la primera al aprecio de un perito lapidario, que la pagó en admiración. Sacó la segunda, aventajada en todo, guardando el orden de agradar, pero bajole este por mitad la estimación, y con esta proporción fue prosiguiendo con la tercera y con la cuarta; al paso que ellas iban excediéndose en quilates, iba cediendo el aprecio. Admirado el dueño de semejante desproporción, oyó la causa, con enseñanza nuestra: que la misma abundancia de preciosidad se hacía daño a sí misma, y, al paso que se perdía la raridad, se disminuía la estimación.
 
¡Oh, pues, el varón discreto! Si quiere ganar la inmortal reputación, juegue antes del basto que de la malilla. Sea un extremo en la perfección; pero guarde un medio en el lucimiento.</div>
 
 
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