Diferencia entre revisiones de «Cármides»

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Cármides<br><small>''o de la sabiduría</small>|Platón}}
'''Sócrates:''' Habiendo llegado la víspera de la llegada del ejército de Potidea, tuve singular placer, después de tan larga ausencia, en volver a ver los sitios que habitualmente frecuentaba. Entré en la palestra de Taureas, frente por frente del templo del Pórtico real, y encontré allí una numerosa reunión, compuesta de gente conocida y desconocida. Desde que me vieron, como no me esperaban, todos me saludaron de lejos. Pero Querefon, tan loco como siempre, se lanza en medio de sus amigos, corre hacia mí, y tomándome por la mano:
 
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'''Sócrates:''' ¡Oh Critias! desde tus primeras palabras sospeché, que por lo que nos es propio, lo que nos concierne, querías decir el bien, y por acción el trabajo de los hombres de bien; porque he oído a Prodico hacer mil y mil distinciones entre las palabras. Sea así; da a las palabras el sentido que te agrade; me basta que las definas al tiempo de emplearlas. Volvamos ahora a nuestra indagación y respóndeme claramente: ¿hacer el bien o trabajar en él, o como quieras llamarlo, lo que tú llamas sabiduría?
 
'''Critias:''' Sin duda.
 
'''Sócrates:''' ¿Sabio es el que hace el bien, no el que hace el mal?
Sin duda.
 
'''Critias:''' Tú mismo, querido mío, ¿no eres de mi dictamen?
Sócrates
 
¿Sabio'''Sócrates:''' esNo elimporta; lo que hacetenemos elque bienexaminar, no eles lo que haceyo pienso, sino lo que el mal?dices.
 
'''Critias:''' Pues bien; el que no hace el bien sino que hace el mal, declaro que no es sabio; al que no hace el mal sino el bien, le declaro sabio. La práctica del bien; he aquí precisamente cómo defino la sabiduría.
Critias
 
'''Sócrates:''' Podrá suceder que tengas razón; sin embargo, una cosa me llama la atención, y es, que admites que un hombre pueda ser sabio y no saber que lo es.
Tú mismo, querido mío, ¿no eres de mi dictamen?
 
'''Critias:''' No hay tal; de ninguna manera admito eso.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' ¿No has dicho antes, que los artífices pueden muy bien trabajar en las cosas que conciernen a otros y ser sabios?
No importa; lo que tenemos que examinar, no es lo que yo pienso, sino lo que tú dices.
 
'''Critias:''' Ya lo he dicho; ¿pero qué significa esto?
Critias
 
'''Sócrates:''' Nada, pero respóndeme; ¿el médico que cura a un enfermo te parece que obra con utilidad para sí mismo y para el enfermo?
Pues bien; el que no hace el bien sino que hace el mal, declaro que no es sabio; al que no hace el mal sino el bien, le declaro sabio. La práctica del bien; he aquí precisamente cómo defino la sabiduría.
 
'''Critias:''' Sí, ciertamente.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Conduciéndose de esta manera, ¿se conduce convenientemente?
Podrá suceder que tengas razón; sin embargo, una cosa me llama la atención, y es, que admites que un hombre pueda ser sabio y no saber que lo es.
 
'''Critias:''' Sí.
 
'''Sócrates:''' Y el que se conduce convenientemente ¿no es sabio?
No hay tal; de ninguna manera admito eso.
 
'''Critias:''' Lo es.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Pero es necesario, que el médico sepa si sus remedios tienen o no tienen un efecto útil; ¿y el obrero debe saber si sacará o no sacará provecho de su trabajo?
¿No has dicho antes, que los artífices pueden muy bien trabajar en las cosas que conciernen a otros y ser sabios?
 
'''Critias:''' Quizá no.
 
'''Sócrates:''' Sucede algunas veces que un médico hace unas cosas útiles y otras dañosas sin saber lo que hace. Sin embargo, según tú, cuando obra útilmente obra sabiamente; ¿no es esto lo que decías?
Ya lo he dicho; ¿pero qué significa esto?
 
'''Critias:''' Sí.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Luego, al parecer, puesto que obra algunas veces útilmente, obra sabiamente, es sabio; y sin embargo, él no se conoce, no sabe que es sabio.
Nada, pero respóndeme; ¿el médico que cura a un enfermo te parece que obra con utilidad para sí mismo y para el enfermo?
 
'''Critias:''' Pero no, Sócrates, eso no es posible. Si crees que mis palabras conducen necesariamente a esta consecuencia, prefiero retirarlas, quiero más confesar sin rubor que me he expresado inexactamente, que conceder que se pueda ser sabio sin conocerse a sí mismo. No estoy distante de definir la sabiduría el conocimiento de sí mismo, y de hecho soy de la opinión del que colocó en el templo de Delfos una inscripción de este género. Esta inscripción es, a mi parecer, el saludo que el Dios dirige a los que entran, en lugar de la fórmula ordinaria: ¡sed dichoso!; creyendo al parecer que este saludo no es conveniente, y que a los hombres debe desearse, no la felicidad, sino la sabiduría. He aquí en qué términos tan diferentes de los nuestros habla el Dios a los que entran en su templo, y yo comprendo bien el pensamiento del autor de la inscripción. Sed sabio, dice a todo el que llega; lenguaje un poco enigmático, como el de un adivino. Conócete a ti mismo y sé sabio es la misma cosa, por lo menos así lo pensamos la inscripción y yo. Pero puede verse en esto una diferencia, y es el caso de los que han grabado inscripciones más recientes: nada en demasía; date en caución y no estás lejos de tu ruina. Han tomado la sentencia: conócete a ti mismo, por un consejo, y no por el saludo del Dios a los que entran. Y queriendo hacer ver, que también ellos eran capaces de dar útiles consejos, han grabado estas máximas sobre los muros del edificio. He aquí, Sócrates, a donde tiende este discurso. Todo lo que precede te lo abandono. Quizá la razón está de tu parte; quizá de la mía. En todo caso, nada de sólido hemos dicho. Pero ahora estoy resuelto a sostenerme con razones, si no me concedes que la sabiduría consiste en conocerse a sí mismo.
Critias
 
'''Sócrates:''' Pero, mi querido Critias, obras conmigo como si tuviese la pretensión de saber las cosas sobre que interrogo, y como si yo no tuviese más que querer, para ser de tu dictamen. Dios me libre de que así suceda. Yo busco de buena fe la verdad contigo; hasta ahora la ignoro. Cuando haya examinado la proposición nueva que presentas, te diré claramente si soy o no de tu dictamen, pero dame tiempo para hacer este examen.
Sí, ciertamente.
 
'''Critias:''' Hazlo.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Comienzo. Si la sabiduría consiste en conocer alguna cosa, evidentemente es una ciencia y la ciencia de alguna cosa. ¿No es así?
Conduciéndose de esta manera, ¿se conduce convenientemente?
 
'''Critias:''' Es una ciencia, la de sí mismo.
Critias
 
'''Sócrates:''' Y la medicina, ¿es la ciencia de lo que es sano?
Sí.
 
'''Critias:''' Sin duda.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Y si me preguntases: la medicina, esta ciencia de lo que es sano, ¿en qué nos es útil y qué bien nos procura; yo te respondería: un bien que no es poco precioso; nos da la salud, lo que es un magnífico resultado. Creo que me concedes esto.
Y el que se conduce convenientemente ¿no es sabio?
 
'''Critias:''' Lo concedo.
 
'''Sócrates:''' Y si me preguntases: la arquitectura, que es la ciencia de construir, qué bien nos procura; yo te respondería, las casas. Lo mismo respecto de las demás artes. Tú que dices que la sabiduría es la ciencia de sí mismo, estás en el caso de responder al que te pregunte: Critias, la sabiduría, que es la ciencia de sí mismo, ¿qué bien nos procura que sea excelente y digno de su nombre? Vamos, habla.
Lo es.
 
'''Critias:''' Pero, Sócrates, tú no razonas con exactitud. La sabiduría no es semejante a las otras ciencias; éstas no son semejantes entre sí, y tú supones en tu razonamiento que todas se parecen. Veamos; dime dónde encontraremos los productos de la aritmética y geometría; como vemos en una casa el producto de la arquitectura y en un vestido el producto del arte de tejer, y así en una multitud de otros efectos, producto de una multitud de otras artes? ¿Puedes mostrarme los resultados de estas dos ciencias? Pero no, tú no puedes.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Es cierto; pero puedo por lo menos mostrarte de qué objeto cada una de estas ciencias es la ciencia, objeto bien diferente de la ciencia misma. Así es, que la aritmética es la ciencia del par y del impar, de sus propiedades y de sus relaciones. ¿No es así?
Pero es necesario, que el médico sepa si sus remedios tienen o no tienen un efecto útil; ¿y el obrero debe saber si sacará o no sacará provecho de su trabajo?
 
'''Critias:''' Sin duda.
 
'''Sócrates:''' ¿Y el par y el impar difieren de la aritmética misma?
Quizá no.
 
'''Critias:''' No puede ser de otra manera.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Y la estática es la ciencia de lo pesado y de lo ligero; lo pesado y lo ligero difieren de la estática misma. ¿No lo crees así?
Sucede algunas veces que un médico hace unas cosas útiles y otras dañosas sin saber lo que hace. Sin embargo, según tú, cuando obra útilmente obra sabiamente; ¿no es esto lo que decías?
 
'''Critias:''' Lo creo.
 
'''Sócrates:''' Pues bien; dime, ¿cuál es el objeto de la ciencia de la sabiduría, que sea distinto de la sabiduría misma?
Sí.
 
'''Critias:''' Veamos el punto en que estamos, Sócrates. De cuestión en cuestión acabas de hacer ver que la sabiduría es de otra naturaleza que las otras ciencias, y a pesar de eso te obstinas en buscar su semejanza con ellas. Esta semejanza no existe; pues mientras que todas las demás ciencias son ciencias de un objeto particular y no del todo de ellas mismas, sólo la sabiduría es la ciencia de otras ciencias y de sí misma. Esta distinción no puede ocultársete, y creo que haces ahora lo que declarabas antes no querer hacer; te propones sólo combatirme y refutarme, sin fijarte en el fondo de las cosas.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' ¡Pero qué! ¿puedes creer, que si yo te estrecho con mis preguntas, sea por otro motivo que por el que me obligaría a dirigirme a mí mismo y examinar mis palabras; quiero decir, el temor de engañarme pensando saber lo que yo no sabría? No, te lo aseguro; sólo un objeto he tenido: ilustrar la materia de esta discusión; primero, por mi propio interés, y quizá también por el de algunos amigos. Porque ¿no es un provecho común para todos los hombres, que la verdad sea conocida en todas las cosas?
Luego, al parecer, puesto que obra algunas veces útilmente, obra sabiamente, es sabio; y sin embargo, él no se conoce, no sabe que es sabio.
 
'''Critias:''' Seguramente, Sócrates.
Critias
 
'''Sócrates:''' Ánimo, pues, amigo mío; responde a mis preguntas, según tu propio juicio, sin inquietarte, si es Critias o Sócrates el que lleva la mejor parte; aplica todo tu espíritu al objeto que nos ocupa, y que sea una sola cosa la que te preocupe: la conclusión a que nos conducirán nuestros razonamientos.
Pero no, Sócrates, eso no es posible. Si crees que mis palabras conducen necesariamente a esta consecuencia, prefiero retirarlas, quiero más confesar sin rubor que me he expresado inexactamente, que conceder que se pueda ser sabio sin conocerse a sí mismo. No estoy distante de definir la sabiduría el conocimiento de sí mismo, y de hecho soy de la opinión del que colocó en el templo de Delfos una inscripción de este género. Esta inscripción es, a mi parecer, el saludo que el Dios dirige a los que entran, en lugar de la fórmula ordinaria: ¡sed dichoso!; creyendo al parecer que este saludo no es conveniente, y que a los hombres debe desearse, no la felicidad, sino la sabiduría. He aquí en qué términos tan diferentes de los nuestros habla el Dios a los que entran en su templo, y yo comprendo bien el pensamiento del autor de la inscripción. Sed sabio, dice a todo el que llega; lenguaje un poco enigmático, como el de un adivino. Conócete a ti mismo y sé sabio es la misma cosa, por lo menos así lo pensamos la inscripción y yo. Pero puede verse en esto una diferencia, y es el caso de los que han grabado inscripciones más recientes: nada en demasía; date en caución y no estás lejos de tu ruina. Han tomado la sentencia: conócete a ti mismo, por un consejo, y no por el saludo del Dios a los que entran. Y queriendo hacer ver, que también ellos eran capaces de dar útiles consejos, han grabado estas máximas sobre los muros del edificio. He aquí, Sócrates, a donde tiende este discurso. Todo lo que precede te lo abandono. Quizá la razón está de tu parte; quizá de la mía. En todo caso, nada de sólido hemos dicho. Pero ahora estoy resuelto a sostenerme con razones, si no me concedes que la sabiduría consiste en conocerse a sí mismo.
 
'''Critias:''' Así lo quiero, porque lo que me propones me parece muy razonable.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Habla y dime lo que piensas de la sabiduría.
Pero, mi querido Critias, obras conmigo como si tuviese la pretensión de saber las cosas sobre que interrogo, y como si yo no tuviese más que querer, para ser de tu dictamen. Dios me libre de que así suceda. Yo busco de buena fe la verdad contigo; hasta ahora la ignoro. Cuando haya examinado la proposición nueva que presentas, te diré claramente si soy o no de tu dictamen, pero dame tiempo para hacer este examen.
 
'''Critias:''' Pienso, que, única entre todas las demás ciencias, la sabiduría es la ciencia de sí misma y de todas las demás ciencias.
Critias
 
'''Sócrates:''' Luego ¿será también la ciencia de la ignorancia, si lo es de la ciencia?
Hazlo.
 
'''Critias:''' Sin duda.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Por consiguiente, sólo el sabio se conocerá a sí mismo, y estará en posición de juzgar de lo que sabe y de lo que no sabe. En igual forma, sólo el sabio es capaz de reconocer, respecto a los demás, lo que cada uno sabe creyendo saberlo, como igualmente lo que cada uno cree saber, no sabiéndolo. Ningún otro puede hacer otro tanto. En una palabra, ser sabio, la sabiduría, el conocimiento de sí mismo, todo se reduce a saber lo que se sabe y lo que no se sabe. ¿No piensas tú lo mismo?
Comienzo. Si la sabiduría consiste en conocer alguna cosa, evidentemente es una ciencia y la ciencia de alguna cosa. ¿No es así?
 
'''Critias:''' Sí.
 
'''Sócrates:''' Te llamo otra vez la atención, y con esta serán tres, número que está consagrado al Dios libertador, para que examinemos, como si comenzáramos esta indagación, primero, si es posible o no saber que una persona sabe lo que sabe y no sabe lo que no sabe; en seguida, suponiendo esto posible, qué utilidad puede resultar en saberlo.
Es una ciencia, la de sí mismo.
 
'''Critias:''' Sí, examinémoslo.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Pues bien, mi querido Critias, mira si en esta indagación eres más afortunado que yo, porque yo me veo sumamente embarazado. ¿Te explicaré este conflicto mío?
Y la medicina, ¿es la ciencia de lo que es sano?
 
'''Critias:''' Con gusto.
 
'''Sócrates:''' ¿Y cómo no tengo de verme embarazada, si lo que has dicho es una verdad, es decir, si existe una cierta ciencia, que no es la ciencia de ninguna otra cosa más que de sí misma y de las otras ciencias, y que además es la ciencia de la ignorancia?
Sin duda.
 
'''Critias:''' Pues todo eso es verdad.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Mira, querido mío, que sentamos por base una idea absurda; considérala aplicada a otros objetos, y te parecerá, estoy seguro de ello, perfectamente irracional.
Y si me preguntases: la medicina, esta ciencia de lo que es sano, ¿en qué nos es útil y qué bien nos procura; yo te respondería: un bien que no es poco precioso; nos da la salud, lo que es un magnífico resultado. Creo que me concedes esto.
 
'''Critias:''' ¿Cómo puede suceder eso y en qué objetos?
Critias
 
'''Sócrates:''' He aquí. ¿Concibes una vista, que no viese ninguna de las cosas que ven las demás vistas, pero que sea la vista de sí misma y de las demás vistas, y hasta de lo que no es visto? ¿Concibes una vista, que no viese el color, a pesar de ser vista, pero que se viese ella misma y las demás vistas? ¿Crees que semejante vista existe?
Lo concedo.
 
'''Critias:''' No, ¡por Júpiter!
Sócrates
 
'''Sócrates:''' ¿Concibes un oído, que no oyese ninguna voz, pero que se oyese a sí mismo y a los otros oídos, y hasta lo que no es oído?
Y si me preguntases: la arquitectura, que es la ciencia de construir, qué bien nos procura; yo te respondería, las casas. Lo mismo respecto de las demás artes. Tú que dices que la sabiduría es la ciencia de sí mismo, estás en el caso de responder al que te pregunte: Critias, la sabiduría, que es la ciencia de sí mismo, ¿qué bien nos procura que sea excelente y digno de su nombre? Vamos, habla.
 
'''Critias:''' Tampoco.
 
'''Sócrates:''' Considerando todos los sentidos a la vez, ¿te parece posible que haya uno que sea el sentido de si mismo y de los otros sentidos, pero que no sienta nada de lo que los otros sentidos sienten?
Pero, Sócrates, tú no razonas con exactitud. La sabiduría no es semejante a las otras ciencias; éstas no son semejantes entre sí, y tú supones en tu razonamiento que todas se parecen. Veamos; dime dónde encontraremos los productos de la aritmética y geometría; como vemos en una casa el producto de la arquitectura y en un vestido el producto del arte de tejer, y así en una multitud de otros efectos, producto de una multitud de otras artes? ¿Puedes mostrarme los resultados de estas dos ciencias? Pero no, tú no puedes.
 
'''Critias:''' No, ciertamente.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' ¿Te parece posible que haya un deseo, que no sea el deseo del placer, y que sólo lo sea de sí mismo y de los otros deseos?
Es cierto; pero puedo por lo menos mostrarte de qué objeto cada una de estas ciencias es la ciencia, objeto bien diferente de la ciencia misma. Así es, que la aritmética es la ciencia del par y del impar, de sus propiedades y de sus relaciones. ¿No es así?
 
'''Critias:''' ¡Ah! no.
 
'''Sócrates:''' ¿Una voluntad, que no quisiese ningún bien, pero que se quisiese a sí misma y a las otras voluntades?
Sin duda.
 
'''Critias:''' Nada de eso.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Puedes concebir que exista un amor, que no es el amor de ningún género de belleza, sino de sí mismo y de los otros amores?
¿Y el par y el impar difieren de la aritmética misma?
 
'''Critias:''' De ninguna manera.
 
'''Sócrates:''' ¿Puedes imaginar un temor que se teme a sí mismo y a los demás temores, pero que no teme ningún peligro?
No puede ser de otra manera.
 
'''Critias:''' No lo imagino.
Sócrates
 
Y'''Sócrates:''' laUna opinión estáticaque es la cienciaopinión de lolas pesadodemás opiniones y de lo ligero;misma, loy pesadoque yno lose ligerorefiere difierena ninguno de lalos estáticaobjetos misma.ordinarios ¿Node lo creesla asíopinión?
 
'''Critias:''' Nada de eso.
 
'''Sócrates:''' Y sin embargo, ¿afirmamos que existe una ciencia que no es la ciencia de ningún conocimiento particular, sino la ciencia de sí misma y de las otras ciencias?
Lo creo.
 
'''Critias:''' Así lo afirmamos.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Es cosa bien extraña, si existe semejante ciencia. Sin embargo, no nos apuremos a negar que exista, y procuremos examinarla aún.
Pues bien; dime, ¿cuál es el objeto de la ciencia de la sabiduría, que sea distinto de la sabiduría misma?
 
'''Critias:''' Tienes razón.
 
'''Sócrates:''' Veamos. Esta ciencia es la ciencia de alguna cosa y tiene la propiedad de referirse a alguna cosa. ¿No es así?
Veamos el punto en que estamos, Sócrates. De cuestión en cuestión acabas de hacer ver que la sabiduría es de otra naturaleza que las otras ciencias, y a pesar de eso te obstinas en buscar su semejanza con ellas. Esta semejanza no existe; pues mientras que todas las demás ciencias son ciencias de un objeto particular y no del todo de ellas mismas, sólo la sabiduría es la ciencia de otras ciencias y de sí misma. Esta distinción no puede ocultársete, y creo que haces ahora lo que declarabas antes no querer hacer; te propones sólo combatirme y refutarme, sin fijarte en el fondo de las cosas.
 
'''Critias:''' Seguramente.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Decimos de la cosa que es más grande, que tiene la propiedad de serlo más que cualquiera otra?
¡Pero qué! ¿puedes creer, que si yo te estrecho con mis preguntas, sea por otro motivo que por el que me obligaría a dirigirme a mí mismo y examinar mis palabras; quiero decir, el temor de engañarme pensando saber lo que yo no sabría? No, te lo aseguro; sólo un objeto he tenido: ilustrar la materia de esta discusión; primero, por mi propio interés, y quizá también por el de algunos amigos. Porque ¿no es un provecho común para todos los hombres, que la verdad sea conocida en todas las cosas?
 
'''Critias:''' Sin duda.
 
'''Sócrates:''' ¿Más que todo lo que es más pequeño, porque ella es más grande?
Seguramente, Sócrates.
 
'''Critias:''' Necesariamente.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Si encontráramos un cuerpo más grande, que lo fuese más que los demás cuerpos y que él mismo, sin ser más grande que los cuerpos sobrepujados por aquellos que él sobrepuja ¿no se seguiría de toda necesidad, que sería a la vez más grande que sí mismo, y más pequeño que sí mismo? ¿Qué dices a esto?
Ánimo, pues, amigo mío; responde a mis preguntas, según tu propio juicio, sin inquietarte, si es Critias o Sócrates el que lleva la mejor parte; aplica todo tu espíritu al objeto que nos ocupa, y que sea una sola cosa la que te preocupe: la conclusión a que nos conducirán nuestros razonamientos.
 
'''Critias:''' Eso sería de toda necesidad, Sócrates.
Critias
 
'''Sócrates:''' Si se encontrase un número que fuese doble de los demás números dobles y de sí mismo, estos otros números y él mismo no serían más que mitades con relación a aquel que fuese doble, porque lo doble no puede ser sino de una mitad.
Así lo quiero, porque lo que me propones me parece muy razonable.
 
'''Critias:''' Es cierto.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Por consiguiente una cosa sería al mismo tiempo más grande que sí misma y más pequeña; más pesada y más ligera; más vieja y más nueva, y así de todo lo demás. No es indispensable que la cosa, que posee la propiedad de referirse a sí misma, posea además la cualidad a que tiene la propiedad de referirse? Por ejemplo, el oído sólo oye la voz; ¿no es así?
Habla y dime lo que piensas de la sabiduría.
 
'''Critias:''' Sí.
 
'''Sócrates:''' Si el oído se oyese a sí mismo, sólo sería a condición de tener una voz, porque en otro caso él no oiría.
Pienso, que, única entre todas las demás ciencias, la sabiduría es la ciencia de sí misma y de todas las demás ciencias.
 
'''Critias:''' Es preciso.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' Y la vista, querido mío, si viese a sí misma, sería preciso necesariamente que ella tuviese algún color, porque la vista no puede ver lo incoloro.
Luego ¿será también la ciencia de la ignorancia, si lo es de la ciencia?
 
'''Critias:''' No, sin duda.
 
'''Sócrates:''' Ya ves, Critias, que de las cosas que acabamos de recorrer, las unas no pueden absolutamente referirse a sí mismas, y no es probable que las demás puedan hacerlo. En cuanto a la magnitud, al número y otras cosas semejantes es de hecho imposible. ¿No es así?
Sin duda.
 
'''Critias:''' Ciertamente.
Sócrates
 
'''Sócrates:''' En cuanto al oído y la vista, en cuanto al movimiento que tuviese la propiedad de moverse, al calor que tuviese el de calentarse y todas las cosas de este género, muchas personas no querrían creerlo, pero quizá otras lo creerán. Se necesita nada menos que un hombre de genio, mi querido amigo, para decidir en última apelación y de una manera general, si algo de lo que existe ha recibido de la naturaleza la propiedad de referirse a sí mismo, refiriéndose toda cosa a otra cosa; o bien si entre los objetos unos tienen este poder y otros no; y en fin, en el caso de que algunos pudiesen referirse a sí mismos, si la ciencia que llamamos sabiduría estaría en este caso. Yo no me considero capaz para resolver estas cuestiones. ¿Es posible que haya una ciencia de la ciencia? Yo no puedo afirmarlo; y aun cuando se probase que existe, no podría admitir que esta ciencia sea la sabiduría antes de haber examinado, si dando esto por supuesto, nos sería útil o no; porque me atrevo a declamar que la sabiduría es una cosa buena y útil. Pero tú, hijo de Callescrus, que has sentado que la sabiduría es la ciencia de la ciencia e igualmente de la ignorancia, pruébame, en primer lugar, que esto es posible, y en segundo, que esta cosa posible es además útil. Quizá de esta manera me convencerás de que defines exactamente la sabiduría.
Por consiguiente, sólo el sabio se conocerá a sí mismo, y estará en posición de juzgar de lo que sabe y de lo que no sabe. En igual forma, sólo el sabio es capaz de reconocer, respecto a los demás, lo que cada uno sabe creyendo saberlo, como igualmente lo que cada uno cree saber, no sabiéndolo. Ningún otro puede hacer otro tanto. En una palabra, ser sabio, la sabiduría, el conocimiento de sí mismo, todo se reduce a saber lo que se sabe y lo que no se sabe. ¿No piensas tú lo mismo?
 
Critias
 
Sí.
 
Sócrates
 
Te llamo otra vez la atención, y con esta serán tres, número que está consagrado al Dios libertador, para que examinemos, como si comenzáramos esta indagación, primero, si es posible o no saber que una persona sabe lo que sabe y no sabe lo que no sabe; en seguida, suponiendo esto posible, qué utilidad puede resultar en saberlo.
 
Critias
 
Sí, examinémoslo.
 
Sócrates
 
Pues bien, mi querido Critias, mira si en esta indagación eres más afortunado que yo, porque yo me veo sumamente embarazado. ¿Te explicaré este conflicto mío?
 
Critias
 
Con gusto.
 
Sócrates
 
¿Y cómo no tengo de verme embarazada, si lo que has dicho es una verdad, es decir, si existe una cierta ciencia, que no es la ciencia de ninguna otra cosa más que de sí misma y de las otras ciencias, y que además es la ciencia de la ignorancia?
 
Critias
 
Pues todo eso es verdad.
 
Sócrates
 
Mira, querido mío, que sentamos por base una idea absurda; considérala aplicada a otros objetos, y te parecerá, estoy seguro de ello, perfectamente irracional.
 
Critias
 
¿Cómo puede suceder eso y en qué objetos?
 
Sócrates
 
He aquí. ¿Concibes una vista, que no viese ninguna de las cosas que ven las demás vistas, pero que sea la vista de sí misma y de las demás vistas, y hasta de lo que no es visto? ¿Concibes una vista, que no viese el color, a pesar de ser vista, pero que se viese ella misma y las demás vistas? ¿Crees que semejante vista existe?
 
Critias
 
No, ¡por Júpiter!
 
Sócrates
 
¿Concibes un oído, que no oyese ninguna voz, pero que se oyese a sí mismo y a los otros oídos, y hasta lo que no es oído?
 
Critias
 
Tampoco.
 
Sócrates
 
Considerando todos los sentidos a la vez, ¿te parece posible que haya uno que sea el sentido de si mismo y de los otros sentidos, pero que no sienta nada de lo que los otros sentidos sienten?
 
Critias
 
No, ciertamente.
 
Sócrates
 
¿Te parece posible que haya un deseo, que no sea el deseo del placer, y que sólo lo sea de sí mismo y de los otros deseos?
 
Critias
 
¡Ah! no.
 
Sócrates
 
¿Una voluntad, que no quisiese ningún bien, pero que se quisiese a sí misma y a las otras voluntades?
 
Critias
 
Nada de eso.
 
Sócrates
 
Puedes concebir que exista un amor, que no es el amor de ningún género de belleza, sino de sí mismo y de los otros amores?
 
Critias
 
De ninguna manera.
 
Sócrates
 
¿Puedes imaginar un temor que se teme a sí mismo y a los demás temores, pero que no teme ningún peligro?
 
Critias
 
No lo imagino.
 
Sócrates
 
Una opinión que es la opinión de las demás opiniones y de sí misma, y que no se refiere a ninguno de los objetos ordinarios de la opinión?
 
Critias
 
Nada de eso.
 
Sócrates
 
Y sin embargo, ¿afirmamos que existe una ciencia que no es la ciencia de ningún conocimiento particular, sino la ciencia de sí misma y de las otras ciencias?
 
Critias
 
Así lo afirmamos.
 
Sócrates
 
Es cosa bien extraña, si existe semejante ciencia. Sin embargo, no nos apuremos a negar que exista, y procuremos examinarla aún.
 
Critias
 
Tienes razón.
 
Sócrates
 
Veamos. Esta ciencia es la ciencia de alguna cosa y tiene la propiedad de referirse a alguna cosa. ¿No es así?
 
Critias
 
Seguramente.
 
Sócrates
 
Decimos de la cosa que es más grande, que tiene la propiedad de serlo más que cualquiera otra?
 
Critias
 
Sin duda.
 
Sócrates
 
¿Más que todo lo que es más pequeño, porque ella es más grande?
 
Critias
 
Necesariamente.
 
Sócrates
 
Si encontráramos un cuerpo más grande, que lo fuese más que los demás cuerpos y que él mismo, sin ser más grande que los cuerpos sobrepujados por aquellos que él sobrepuja ¿no se seguiría de toda necesidad, que sería a la vez más grande que sí mismo, y más pequeño que sí mismo? ¿Qué dices a esto?
 
Critias
 
Eso sería de toda necesidad, Sócrates.
 
Sócrates
 
Si se encontrase un número que fuese doble de los demás números dobles y de sí mismo, estos otros números y él mismo no serían más que mitades con relación a aquel que fuese doble, porque lo doble no puede ser sino de una mitad.
 
Critias
 
Es cierto.
 
Sócrates
 
Por consiguiente una cosa sería al mismo tiempo más grande que sí misma y más pequeña; más pesada y más ligera; más vieja y más nueva, y así de todo lo demás. No es indispensable que la cosa, que posee la propiedad de referirse a sí misma, posea además la cualidad a que tiene la propiedad de referirse? Por ejemplo, el oído sólo oye la voz; ¿no es así?
 
Critias
 
Sí.
 
Sócrates
 
Si el oído se oyese a sí mismo, sólo sería a condición de tener una voz, porque en otro caso él no oiría.
 
Critias
 
Es preciso.
 
Sócrates
 
Y la vista, querido mío, si viese a sí misma, sería preciso necesariamente que ella tuviese algún color, porque la vista no puede ver lo incoloro.
 
Critias
 
No, sin duda.
 
Sócrates
 
Ya ves, Critias, que de las cosas que acabamos de recorrer, las unas no pueden absolutamente referirse a sí mismas, y no es probable que las demás puedan hacerlo. En cuanto a la magnitud, al número y otras cosas semejantes es de hecho imposible. ¿No es así?
 
Critias
 
Ciertamente.
 
Sócrates
 
En cuanto al oído y la vista, en cuanto al movimiento que tuviese la propiedad de moverse, al calor que tuviese el de calentarse y todas las cosas de este género, muchas personas no querrían creerlo, pero quizá otras lo creerán. Se necesita nada menos que un hombre de genio, mi querido amigo, para decidir en última apelación y de una manera general, si algo de lo que existe ha recibido de la naturaleza la propiedad de referirse a sí mismo, refiriéndose toda cosa a otra cosa; o bien si entre los objetos unos tienen este poder y otros no; y en fin, en el caso de que algunos pudiesen referirse a sí mismos, si la ciencia que llamamos sabiduría estaría en este caso. Yo no me considero capaz para resolver estas cuestiones. ¿Es posible que haya una ciencia de la ciencia? Yo no puedo afirmarlo; y aun cuando se probase que existe, no podría admitir que esta ciencia sea la sabiduría antes de haber examinado, si dando esto por supuesto, nos sería útil o no; porque me atrevo a declamar que la sabiduría es una cosa buena y útil. Pero tú, hijo de Callescrus, que has sentado que la sabiduría es la ciencia de la ciencia e igualmente de la ignorancia, pruébame, en primer lugar, que esto es posible, y en segundo, que esta cosa posible es además útil. Quizá de esta manera me convencerás de que defines exactamente la sabiduría.
 
Habiendo oído estas palabras y viéndome embarazado, Critias, igual a aquellos que con sólo ver bostezar bostezan, me pareció tan embarazado como yo. Habituado a verse colmado de elogios, se ruborizaba sólo con notar las miradas de los circunstantes, no se apuraba a confesar que era incapaz de ilustrar las cuestiones que yo le había propuesto, hablaba sin decir nada claro, y sólo trataba de encubrir su impotencia. Yo, que no quería ahogar la discusión, le dije:
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—Si te parece bien, querido Critias, demos por concedido que la ciencia de las ciencias es posible, y entonces entraremos en indagaciones acerca de si existe o no existe, pasaremos de la posibilidad al acto. Supongo esta ciencia perfectamente posible, y te pregunto si es más fácil saber lo que se sabe o lo que no se sabe. Porque hemos dicho que en esto consisten el conocimiento de sí mismo y la sabiduría. ¿No es cierto?
 
'''Critias:''' Sin duda, y eso es muy consiguiente, Sócrates. Porque si el hombre posee la ciencia que se conoce a sí misma, es preciso que sea de la misma naturaleza que lo que él posee. Tiene uno la vivacidad, es vivo; la belleza, es bello; la ciencia, es sabio. Y si tiene la ciencia que se conoce a sí misma, será preciso que se conozca a sí mismo.
Critias
 
Sin duda, y eso es muy consiguiente, Sócrates. Porque si el hombre posee la ciencia que se conoce a sí misma, es preciso que sea de la misma naturaleza que lo que él posee. Tiene uno la vivacidad, es vivo; la belleza, es bello; la ciencia, es sabio. Y si tiene la ciencia que se conoce a sí misma, será preciso que se conozca a sí mismo.
 
Sócrates
 
No es esa la dificultad. Sin duda, si alguno posee lo que se conoce a sí mismo, se reconocerá él a sí mismo igualmente; lo que se quiere averiguar es si el que posee esta ciencia debe necesariamente saber lo que sabe y lo que no sabe.
 
Critias
 
Sin duda, Sócrates, porque eso es lo mismo.
 
Sócrates
 
Lo será; pero yo lo mismo estoy que estaba, porque no comprendo cómo conocerse a sí mismo es lo mismo que saber lo que se sabe y lo que no se sabe.
 
Critias
 
¿Qué quieres decir con eso?
 
Sócrates
 
Lo siguiente: ¿la ciencia de una ciencia podrá hacer más que distinguir entre dos cosas, qué es una ciencia y qué no es una ciencia?
 
Critias
 
No; a eso se limitará.
 
Sócrates
 
¿Son una misma cosa la ciencia y la ignorancia de lo que es sano y la ciencia y la ignorancia de lo que es justo?
 
Critias
 
No.
 
Sócrates
 
La primera de estas ciencias es, creo la medicina, y la segunda la política, y la ciencia de la ciencia es simplemente la ciencia.
 
Critias
 
Imposible negarlo.
 
Sócrates
 
El que no conoce ni lo sano, ni lo justo, y solamente tiene la ciencia de la ciencia, reducido a esta ciencia única, podrá saber que él sabe alguna cosa y que posee una cierta ciencia y lo sabrá de los demás y de sí mismo. ¿No es así?
 
Critias
 
Sí.
 
Sócrates
 
Pero lo que sabe, ¿cómo pudo saberlo por medio de esta ciencia? Es en efecto por medio de la medicina, y no por la sabiduría, como conoce lo que es sano; por la música, y no por la sabiduría, lo que es armonioso; por la arquitectura, y no por la sabiduría, lo que es propio para construir, y así de lo demás. ¿Es cierto?
 
Critias
 
Así me parece.
 
Sócrates
 
Por la sabiduría, si es sólo la ciencia de la ciencia, ¿cómo sabrá que él sabe lo que es sano o lo que es propio para construir?
 
Critias
 
Es imposible.
 
Sócrates
 
El que ignora estas cosas no sabe lo que él sabe, sino únicamente que él sabe.
 
Critias
 
Así me parece.
 
Sócrates
 
Luego la sabiduría y el ser sabio consisten, no en saber lo que se sabe y lo que no se sabe, sino sólo que se sabe y que no se sabe.
 
Critias
 
Probablemente.
 
Sócrates
 
Luego la sabiduría no pone en posición de reconocer en otro, que pretende saber alguna cosa, si sabe en efecto lo que pretende saber o si no lo sabe; toda su virtud se limita a enseñarnos que posee una cierta ciencia; cuál es la materia de esta ciencia, la sabiduría no nos lo dirá jamás.
 
Critias
 
No parece que pueda.
 
Sócrates
 
Tampoco nos hará más capaces para discernir el que se da por médico, sin serlo, del que lo es verdaderamente, ni discernir en general los hábiles de los ignorantes. Examinemos este punto de la manera siguiente. El sabio, o cualquiera otro hombre, para distinguir el verdadero del falso médico, obrará de este modo. Seguramente no le interrogará sobre la medicina, porque ya hemos dicho que el médico no entiende de ella, como que no conoce más que lo que es sano o dañoso a la salud. ¿No es así?
 
Critias
 
Sí, verdaderamente.
 
Sócrates
 
El médico no sabe nada relativamente a la medicina, puesto que la medicina es una ciencia.
 
Critias
 
En efecto.
 
Sócrates
 
El sabio, es cierto, reconocerá que el médico posee una ciencia; pero si quiere averiguar qué ciencia, ¿no deberá informarse a qué objetos se refiere? ¿No es cierto que lo que caracteriza cada ciencia, no es el ser ciencia, sino el ser una cierta ciencia particular, y el referirse a ciertos objetos particulares?
 
Critias
 
Es cierto.
 
Sócrates
 
Lo que caracteriza la medicina, lo que la distingue de las demás ciencias, es que tiene por objeto lo que es sano y lo que es dañoso a la salud.
 
Critias
 
Sí.
 
Sócrates
 
Luego el que se proponga examinar a alguno sobre la medicina, debe examinarle de las cosas que son propias de la misma; porque supongo que no podrá examinarle de cosas extrañas, con las que esta ciencia no esté en relación.
 
Critias
 
No, ciertamente.
 
Sócrates
 
El que quiera proceder por orden sondeará al médico sobre las cosas sanas y las cosas dañosas a la salud, para juzgar de su mérito.
 
Critias
 
Ese es mi dictamen.
 
Sócrates
 
Hará estudio sobre las palabras y acciones del médico para juzgar si las unas son bien dichas y las otras bien hechas.
 
Critias
 
Necesariamente.
 
Sócrates
 
Pero sin la medicina, ¿es posible comprender, sea las palabras, sea las acciones de un médico?
 
Critias
 
De ninguna manera.
 
Sócrates
 
Fuera del médico, nadie será capaz de ello, ni aun el sabio; porque en otro caso uniría los conocimientos de un médico a los de un sabio.
 
Critias
 
Es cierto.
 
Sócrates
 
Por consiguiente, si la sabiduría es sólo ciencia de la ciencia y de la ignorancia, es claro como el día que no nos pondrá en posición de distinguir el médico que posee su arte, del que no le posee y le impone a los demás y a sí mismo; ni tampoco nos hará buenos jueces en las otras artes, excepto en aquella que practiquemos nosotros mismos; pero todos los artistas pueden hacer otro tanto.
 
Critias
 
Es cierto.
 
Sócrates
 
Pues bien, querido Critias, reducida la sabiduría a estos términos, ¿cuál puede ser su utilidad? ¡Ah! si como supusimos al principio, el sabio supiese lo que sabe y lo que no sabe; si supiese que sabe ciertas cosas y no sabe otras ciertas cosas; si pudiese además juzgar a los demás hombres en esta misma relación, entonces, yo lo declaro, nos sería infinitamente útil el ser sabios. En efecto, pasaríamos la vida exentos de faltas los que tuviésemos la sabiduría, y lo mismo sucedería a los que obrasen bajo nuestra dirección. Porque respecto de nosotros, no intentaríamos hacer lo que no supiésemos, sino que dirigiéndonos a los que lo supiesen, a ellos se lo encomendaríamos; y con respecto a los que estuviesen bajo nuestra dirección, no les permitiríamos hacer sino lo que pudiesen hacer bien, es decir, aquello de que tuviesen la ciencia. Una casa administrada de esta manera por la sabiduría estaría necesariamente bien administrada, y lo mismo un Estado sería bien gobernado, e igual sucedería en todas partes donde reinase la sabiduría. Porque unas gentes que no cometerían faltas, que ajustarían todas sus acciones a las reglas de la razón, necesariamente serían dichosos. ¿No es esto, mi querido Critias, lo que experimentaríamos con motivo de la sabiduría, y lo que mostraríamos para hacer ver cuan ventajoso es saber lo que se sabe y lo que no se sabe?
 
Critias
 
Es evidente.
 
Sócrates
 
Sí, pero hasta ahora, ya ves que no existe en ninguna parte una ciencia de esta naturaleza.
 
Critias
 
Lo veo.
 
Sócrates
 
Pero quizá, la sabiduría, tal como nosotros la concebimos ahora, a saber, la ciencia de la ciencia y de la ignorancia tiene la ventaja de que el que la posee aprende más fácilmente todo lo que quiere aprender, y se representa todas las cosas con más claridad, estudiándolas a la luz de la ciencia. Quizá le permite juzgar mejor a los demás sobre lo que él mismo ha aprendido, mientras que los que intentan juzgar sin la sabiduría lo hacen sin profundidad ni solidez. ¿Son estas, querido mío, las ventajas que debemos esperar de la sabiduría; o bien nos formamos de ella una idea demasiado alta, y buscamos en la misma un valor que no tiene?
 
Critias
 
No es imposible que así sea.
 
Sócrates
 
Quizá el objeto de nuestra indagación es absolutamente inútil. Lo que me lo hace creer es que me vienen al espíritu extraños pensamientos sobre la sabiduría, tal como la hemos definido. Veamos, si así lo quieres. Convengamos en que la ciencia de la ciencia es posible, y además lo que al principio sentamos: que la sabiduría consiste en saber lo que se sabe y lo que no se sabe; en vez de negarlo, admitámoslo. Hechas estas concesiones, examinemos con mayor esmero si la sabiduría, supuestas tales condiciones, nos procurará alguna ventaja. En efecto, diciendo antes que la sabiduría, si tal fuese su naturaleza, sería para nosotros un gran bien, presidiendo al gobierno de las familias y de los Estados, me parece, mi querido Critias, que hemos razonado mal.
 
Critias
 
¿Cómo?
 
Sócrates
 
Porque hemos concedido con demasiada ligereza, que sería un gran bien para los hombres hacer aquello que saben, y encomendar lo que no saben a los que lo saben.
 
Critias
 
¿No hemos tenido razón para concederlo?
 
Sócrates
 
No, yo creo que no.
 
Critias
 
En verdad, Sócrates, dices cosas extrañas.
 
'''Sócrates:''' No es esa la dificultad. Sin duda, si alguno posee lo que se conoce a sí mismo, se reconocerá él a sí mismo igualmente; lo que se quiere averiguar es si el que posee esta ciencia debe necesariamente saber lo que sabe y lo que no sabe.
Sócrates
 
'''Critias:''' Sin duda, Sócrates, porque eso es lo mismo.
¡Por el cielo! eso mismo me parece a mí; y pensando en esto es por lo que dije que se me venían a la mente ideas extrañas, y que temía no hubiésemos examinado bien la cuestión. Porque, a decir verdad, en el acto mismo en que estuviéramos de acuerdo en que la sabiduría es todo lo que hemos dicho, no por esto vería más claro qué bien nos procura.
 
'''Sócrates:''' Lo será; pero yo lo mismo estoy que estaba, porque no comprendo cómo conocerse a sí mismo es lo mismo que saber lo que se sabe y lo que no se sabe.
Critias
 
'''Critias:''' ¿Qué quieres decir con eso?
¿Cómo? Explícate; por lo menos sepamos cómo piensas.
 
'''Sócrates:''' Lo siguiente: ¿la ciencia de una ciencia podrá hacer más que distinguir entre dos cosas, qué es una ciencia y qué no es una ciencia?
Sócrates
 
'''Critias:''' No; a eso se limitará.
Creo que me extralimito; pero no importa, cuando una idea se presenta al espíritu, es preciso examinarla, y no dejarla escapar a la ventura, por poco amor que uno se tenga a sí mismo.
 
'''Sócrates:''' ¿Son una misma cosa la ciencia y la ignorancia de lo que es sano y la ciencia y la ignorancia de lo que es justo?
Critias
 
'''Critias:''' No.
No es posible hablar mejor.
 
'''Sócrates:''' La primera de estas ciencias es, creo la medicina, y la segunda la política, y la ciencia de la ciencia es simplemente la ciencia.
Sócrates
 
'''Critias:''' Imposible negarlo.
Escucha, pues, mi sueño, y juzga si ha salido por la puerta de marfil o por la de cuerno. Quiero que la sabiduría, tal como antes la definimos, ejerza sobre nosotros un imperio absoluto; pues bien, ¿qué ventajas nos promete con todo su cortejo de ciencias? Únicamente la siguiente: si un hombre se da por piloto y no lo es, es claro que no nos sorprenderá, lo mismo que no podrán abusar de nosotros ni un médico, ni un general, ni ninguna persona que pretenda saber lo que no sabe. ¿Qué ventaja sacaremos de esto, sino una mejor salud para el cuerpo; librarse de los peligros de la guerra y de la mar; en fin, tener nuestros muebles, nuestros vestidos, nuestros calzados más artísticamente hechos, porque sólo nos valdremos de los verdaderos artistas? Avancemos, si quieres, hasta conceder que la adivinación es la ciencia del porvenir; y que la sabiduría, saliendo al frente, nos pone en guardia contra los charlatanes, y nos descubre los verdaderos adivinos, que son los que saben lo que realmente ha de suceder; pues bien, yo concibo perfectamente que la especie humana en estas condiciones obrará y vivirá conforme a la ciencia; la sabiduría, en efecto, guardián vigilante, no permitirá a la ignorancia deslizarse en nuestros trabajos; mas ¿por vivir conforme a la ciencia, viviremos mejor y seremos dichosos? he aquí lo que yo aún no puedo comprender, mi querido Critias.
 
'''Sócrates:''' El que no conoce ni lo sano, ni lo justo, y solamente tiene la ciencia de la ciencia, reducido a esta ciencia única, podrá saber que él sabe alguna cosa y que posee una cierta ciencia y lo sabrá de los demás y de sí mismo. ¿No es así?
Critias
 
'''Critias:''' Sí.
Sin embargo, no veo de qué medio has de valerte para encontrar un modo mejor de vivir, si vivir conforme a la ciencia no tiene ningún valor a tus ojos.
 
'''Sócrates:''' Pero lo que sabe, ¿cómo pudo saberlo por medio de esta ciencia? Es en efecto por medio de la medicina, y no por la sabiduría, como conoce lo que es sano; por la música, y no por la sabiduría, lo que es armonioso; por la arquitectura, y no por la sabiduría, lo que es propio para construir, y así de lo demás. ¿Es cierto?
Sócrates
 
'''Critias:''' Así me parece.
Escucha aún una pequeña explicación, te lo suplico. ¿Según qué ciencia? ¿La de zapatero?
 
'''Sócrates:''' Por la sabiduría, si es sólo la ciencia de la ciencia, ¿cómo sabrá que él sabe lo que es sano o lo que es propio para construir?
Critias
 
'''Critias:''' Es imposible.
No, ¡por Júpiter!
 
'''Sócrates:''' El que ignora estas cosas no sabe lo que él sabe, sino únicamente que él sabe.
Sócrates
 
'''Critias:''' Así me parece.
¿Quizá la de herrero?
 
'''Sócrates:''' Luego la sabiduría y el ser sabio consisten, no en saber lo que se sabe y lo que no se sabe, sino sólo que se sabe y que no se sabe.
Critias
 
'''Critias:''' Probablemente.
No.
 
'''Sócrates:''' Luego la sabiduría no pone en posición de reconocer en otro, que pretende saber alguna cosa, si sabe en efecto lo que pretende saber o si no lo sabe; toda su virtud se limita a enseñarnos que posee una cierta ciencia; cuál es la materia de esta ciencia, la sabiduría no nos lo dirá jamás.
Sócrates
 
'''Critias:''' No parece que pueda.
¿Será en la de trabajar en lana, en madera o en otras cosas de la misma especie?
 
'''Sócrates:''' Tampoco nos hará más capaces para discernir el que se da por médico, sin serlo, del que lo es verdaderamente, ni discernir en general los hábiles de los ignorantes. Examinemos este punto de la manera siguiente. El sabio, o cualquiera otro hombre, para distinguir el verdadero del falso médico, obrará de este modo. Seguramente no le interrogará sobre la medicina, porque ya hemos dicho que el médico no entiende de ella, como que no conoce más que lo que es sano o dañoso a la salud. ¿No es así?
Critias
 
'''Critias:''' Sí, verdaderamente.
De ninguna manera.
 
'''Sócrates:''' El médico no sabe nada relativamente a la medicina, puesto que la medicina es una ciencia.
Sócrates
 
'''Critias:''' En efecto.
No insistamos más sobre nuestro juicio: que es dichoso el que vive según la ciencia. Porque los artistas de que acabamos de hablar viven según la ciencia, y sin embargo tú no admites que sean dichosos; al parecer sólo tienes por felices los que viven según ciertas ciencias. Quizás sólo concedes este privilegio al que designé yo antes, al que sabe todo lo que debe suceder, al adivino.
 
'''Sócrates:''' El sabio, es cierto, reconocerá que el médico posee una ciencia; pero si quiere averiguar qué ciencia, ¿no deberá informarse a qué objetos se refiere? ¿No es cierto que lo que caracteriza cada ciencia, no es el ser ciencia, sino el ser una cierta ciencia particular, y el referirse a ciertos objetos particulares?
Critias
 
'''Critias:''' Es cierto.
A ese y también a otros.
 
'''Sócrates:''' Lo que caracteriza la medicina, lo que la distingue de las demás ciencias, es que tiene por objeto lo que es sano y lo que es dañoso a la salud.
Sócrates
 
'''Critias:''' Sí.
¿Cuáles? ¿Será al que una al conocimiento del porvenir, el de lo pasado y lo presente? Supongo que un tal hombre existe. Creo que confesarás, que ningún otro, que no sea éste, puede vivir según la ciencia.
 
'''Sócrates:''' Luego el que se proponga examinar a alguno sobre la medicina, debe examinarle de las cosas que son propias de la misma; porque supongo que no podrá examinarle de cosas extrañas, con las que esta ciencia no esté en relación.
Critias
 
'''Critias:''' No, ciertamente.
Ningún otro.
 
'''Sócrates:''' El que quiera proceder por orden sondeará al médico sobre las cosas sanas y las cosas dañosas a la salud, para juzgar de su mérito.
Sócrates
 
'''Critias:''' Ese es mi dictamen.
Una pregunta aún. ¿Cuál de estas ciencias es la que hace a este hombre dichoso, o son todas a la vez y en debida proporción?
 
'''Sócrates:''' Hará estudio sobre las palabras y acciones del médico para juzgar si las unas son bien dichas y las otras bien hechas.
Critias
 
'''Critias:''' Necesariamente.
No, ciertamente; todas en proporción, no.
 
'''Sócrates:''' Pero sin la medicina, ¿es posible comprender, sea las palabras, sea las acciones de un médico?
Sócrates
 
'''Critias:''' De ninguna manera.
¿Entonces cuál contribuye más? ¿Es la ciencia de los sucesos presentes, pasados y futuros? ¿Es la del ajedrez?
 
'''Sócrates:''' Fuera del médico, nadie será capaz de ello, ni aun el sabio; porque en otro caso uniría los conocimientos de un médico a los de un sabio.
Critias
 
'''Critias:''' Es cierto.
¡Ah! ¡el juego de ajedrez!
 
'''Sócrates:''' Por consiguiente, si la sabiduría es sólo ciencia de la ciencia y de la ignorancia, es claro como el día que no nos pondrá en posición de distinguir el médico que posee su arte, del que no le posee y le impone a los demás y a sí mismo; ni tampoco nos hará buenos jueces en las otras artes, excepto en aquella que practiquemos nosotros mismos; pero todos los artistas pueden hacer otro tanto.
Sócrates
 
'''Critias:''' Es cierto.
¿La de los números?
 
'''Sócrates:''' Pues bien, querido Critias, reducida la sabiduría a estos términos, ¿cuál puede ser su utilidad? ¡Ah! si como supusimos al principio, el sabio supiese lo que sabe y lo que no sabe; si supiese que sabe ciertas cosas y no sabe otras ciertas cosas; si pudiese además juzgar a los demás hombres en esta misma relación, entonces, yo lo declaro, nos sería infinitamente útil el ser sabios. En efecto, pasaríamos la vida exentos de faltas los que tuviésemos la sabiduría, y lo mismo sucedería a los que obrasen bajo nuestra dirección. Porque respecto de nosotros, no intentaríamos hacer lo que no supiésemos, sino que dirigiéndonos a los que lo supiesen, a ellos se lo encomendaríamos; y con respecto a los que estuviesen bajo nuestra dirección, no les permitiríamos hacer sino lo que pudiesen hacer bien, es decir, aquello de que tuviesen la ciencia. Una casa administrada de esta manera por la sabiduría estaría necesariamente bien administrada, y lo mismo un Estado sería bien gobernado, e igual sucedería en todas partes donde reinase la sabiduría. Porque unas gentes que no cometerían faltas, que ajustarían todas sus acciones a las reglas de la razón, necesariamente serían dichosos. ¿No es esto, mi querido Critias, lo que experimentaríamos con motivo de la sabiduría, y lo que mostraríamos para hacer ver cuan ventajoso es saber lo que se sabe y lo que no se sabe?
Critias
 
'''Critias:''' Es evidente.
Tampoco.
 
'''Sócrates:''' Sí, pero hasta ahora, ya ves que no existe en ninguna parte una ciencia de esta naturaleza.
Sócrates
 
'''Critias:''' Lo veo.
¿La de lo que es sano?
 
'''Sócrates:''' Pero quizá, la sabiduría, tal como nosotros la concebimos ahora, a saber, la ciencia de la ciencia y de la ignorancia tiene la ventaja de que el que la posee aprende más fácilmente todo lo que quiere aprender, y se representa todas las cosas con más claridad, estudiándolas a la luz de la ciencia. Quizá le permite juzgar mejor a los demás sobre lo que él mismo ha aprendido, mientras que los que intentan juzgar sin la sabiduría lo hacen sin profundidad ni solidez. ¿Son estas, querido mío, las ventajas que debemos esperar de la sabiduría; o bien nos formamos de ella una idea demasiado alta, y buscamos en la misma un valor que no tiene?
Critias
 
'''Critias:''' No es imposible que así sea.
Quizá.
 
'''Sócrates:''' Quizá el objeto de nuestra indagación es absolutamente inútil. Lo que me lo hace creer es que me vienen al espíritu extraños pensamientos sobre la sabiduría, tal como la hemos definido. Veamos, si así lo quieres. Convengamos en que la ciencia de la ciencia es posible, y además lo que al principio sentamos: que la sabiduría consiste en saber lo que se sabe y lo que no se sabe; en vez de negarlo, admitámoslo. Hechas estas concesiones, examinemos con mayor esmero si la sabiduría, supuestas tales condiciones, nos procurará alguna ventaja. En efecto, diciendo antes que la sabiduría, si tal fuese su naturaleza, sería para nosotros un gran bien, presidiendo al gobierno de las familias y de los Estados, me parece, mi querido Critias, que hemos razonado mal.
Sócrates
 
'''Critias:''' ¿Cómo?
Pero, en fin, ¿cuál es la que más contribuye?
 
'''Sócrates:''' Porque hemos concedido con demasiada ligereza, que sería un gran bien para los hombres hacer aquello que saben, y encomendar lo que no saben a los que lo saben.
Critias
 
'''Critias:''' ¿No hemos tenido razón para concederlo?
La ciencia del bien y del mal.
 
'''Sócrates:''' No, yo creo que no.
 
'''Critias:''' En verdad, Sócrates, dices cosas extrañas.
¡Picaruelo! después de tanto andar me haces girar en un círculo. ¡Ah! ¿porqué desde el principio no me has dicho que vivir dichoso no es vivir según la ciencia en general, ni según todas las ciencias reunidas, sino según la que conoce del bien y del mal? Pero veamos, querido Critias, si separas esta ciencia de todas las demás, ¿nos veremos por eso menos curados por la medicina, calzados por un entendido zapatero, vestidos por un tejedor, y libres de la muerte por mar o en campaña mediante un piloto y un experto general?
 
'''Sócrates:''' ¡Por el cielo! eso mismo me parece a mí; y pensando en esto es por lo que dije que se me venían a la mente ideas extrañas, y que temía no hubiésemos examinado bien la cuestión. Porque, a decir verdad, en el acto mismo en que estuviéramos de acuerdo en que la sabiduría es todo lo que hemos dicho, no por esto vería más claro qué bien nos procura.
Critias
 
'''Critias:''' ¿Cómo? Explícate; por lo menos sepamos cómo piensas.
No, sin duda.
 
'''Sócrates:''' Creo que me extralimito; pero no importa, cuando una idea se presenta al espíritu, es preciso examinarla, y no dejarla escapar a la ventura, por poco amor que uno se tenga a sí mismo.
Sócrates
 
'''Critias:''' No es posible hablar mejor.
Faltándonos esta ciencia, ninguna de estas cosas llegará a tiempo y de manera que nos sea útil.
 
'''Sócrates:''' Escucha, pues, mi sueño, y juzga si ha salido por la puerta de marfil o por la de cuerno. Quiero que la sabiduría, tal como antes la definimos, ejerza sobre nosotros un imperio absoluto; pues bien, ¿qué ventajas nos promete con todo su cortejo de ciencias? Únicamente la siguiente: si un hombre se da por piloto y no lo es, es claro que no nos sorprenderá, lo mismo que no podrán abusar de nosotros ni un médico, ni un general, ni ninguna persona que pretenda saber lo que no sabe. ¿Qué ventaja sacaremos de esto, sino una mejor salud para el cuerpo; librarse de los peligros de la guerra y de la mar; en fin, tener nuestros muebles, nuestros vestidos, nuestros calzados más artísticamente hechos, porque sólo nos valdremos de los verdaderos artistas? Avancemos, si quieres, hasta conceder que la adivinación es la ciencia del porvenir; y que la sabiduría, saliendo al frente, nos pone en guardia contra los charlatanes, y nos descubre los verdaderos adivinos, que son los que saben lo que realmente ha de suceder; pues bien, yo concibo perfectamente que la especie humana en estas condiciones obrará y vivirá conforme a la ciencia; la sabiduría, en efecto, guardián vigilante, no permitirá a la ignorancia deslizarse en nuestros trabajos; mas ¿por vivir conforme a la ciencia, viviremos mejor y seremos dichosos? he aquí lo que yo aún no puedo comprender, mi querido Critias.
Critias
 
'''Critias:''' Sin embargo, no veo de qué medio has de valerte para encontrar un modo mejor de vivir, si vivir conforme a la ciencia no tiene ningún valor a tus ojos.
Dices verdad.
 
'''Sócrates:''' Escucha aún una pequeña explicación, te lo suplico. ¿Según qué ciencia? ¿La de zapatero?
Sócrates
 
'''Critias:''' No, ¡por Júpiter!
Y esta ciencia, a lo que parece, no es la sabiduría, sino aquella cuyo objeto es el sernos útil; porque no es la ciencia de la ciencia y de la ignorancia, sino del bien y del mal; de manera que si es ella la que nos es útil, la sabiduría debe ser para nosotros otra cosa que útil.
 
'''Sócrates:''' ¿Quizá la de herrero?
Critias
 
'''Critias:''' No.
¡Cómo! ¿la sabiduría no nos ha de ser útil? Si es esencialmente la ciencia de las ciencias, domina todas las ciencias, y por consiguiente, superior a la ciencia del bien y del mal, no puede menos de sernos útil.
 
'''Sócrates:''' ¿Será en la de trabajar en lana, en madera o en otras cosas de la misma especie?
Sócrates
 
'''Critias:''' De ninguna manera.
¿Por ventura es ella la que nos cura y no ha medicina? Y los resultados de las otras artes ¿es ella la que nos lo procura y no cada arte los suyos? ¿No hace ya mucho que hemos reconocido que ella es la ciencia de la ciencia y de la ignorancia y nada más? ¿No es así?
 
'''Sócrates:''' No insistamos más sobre nuestro juicio: que es dichoso el que vive según la ciencia. Porque los artistas de que acabamos de hablar viven según la ciencia, y sin embargo tú no admites que sean dichosos; al parecer sólo tienes por felices los que viven según ciertas ciencias. Quizás sólo concedes este privilegio al que designé yo antes, al que sabe todo lo que debe suceder, al adivino.
Critias
 
'''Critias:''' A ese y también a otros.
Así parece.
 
'''Sócrates:''' ¿Cuáles? ¿Será al que una al conocimiento del porvenir, el de lo pasado y lo presente? Supongo que un tal hombre existe. Creo que confesarás, que ningún otro, que no sea éste, puede vivir según la ciencia.
Sócrates
 
'''Critias:''' Ningún otro.
Por lo tanto, ¿no se puede esperar de ella la salud?
 
'''Sócrates:''' Una pregunta aún. ¿Cuál de estas ciencias es la que hace a este hombre dichoso, o son todas a la vez y en debida proporción?
Critias
 
'''Critias:''' No, ciertamente; todas en proporción, no.
 
'''Sócrates:''' ¿Entonces cuál contribuye más? ¿Es la ciencia de los sucesos presentes, pasados y futuros? ¿Es la del ajedrez?
Sócrates
 
'''Critias:''' ¡Ah! ¡el juego de ajedrez!
La salud depende de otro arte, ¿qué dices a esto?
 
'''Sócrates:''' ¿La de los números?
Critias
 
'''Critias:''' Tampoco.
Que es verdad.
 
'''Sócrates:''' ¿La de lo que es sano?
 
'''Critias:''' Quizá.
Tampoco hay que esperar de ella nada útil, mi querido amigo, porque hemos achacado lo útil a otro arte. ¿Es cierto?
 
'''Sócrates:''' Pero, en fin, ¿cuál es la que más contribuye?
Critias
 
'''Critias:''' La ciencia del bien y del mal.
Completamente.
 
'''Sócrates:''' ¡Picaruelo! después de tanto andar me haces girar en un círculo. ¡Ah! ¿porqué desde el principio no me has dicho que vivir dichoso no es vivir según la ciencia en general, ni según todas las ciencias reunidas, sino según la que conoce del bien y del mal? Pero veamos, querido Critias, si separas esta ciencia de todas las demás, ¿nos veremos por eso menos curados por la medicina, calzados por un entendido zapatero, vestidos por un tejedor, y libres de la muerte por mar o en campaña mediante un piloto y un experto general?
Sócrates
 
'''Critias:''' No, sin duda.
¿Cómo, entonces, la sabiduría nos será útil sin procurarnos ninguna especie de utilidad?
 
'''Sócrates:''' Faltándonos esta ciencia, ninguna de estas cosas llegará a tiempo y de manera que nos sea útil.
Critias
 
'''Critias:''' Dices verdad.
De ninguna manera, Sócrates, a lo que me parece.
 
'''Sócrates:''' Y esta ciencia, a lo que parece, no es la sabiduría, sino aquella cuyo objeto es el sernos útil; porque no es la ciencia de la ciencia y de la ignorancia, sino del bien y del mal; de manera que si es ella la que nos es útil, la sabiduría debe ser para nosotros otra cosa que útil.
Sócrates
 
'''Critias:''' ¡Cómo! ¿la sabiduría no nos ha de ser útil? Si es esencialmente la ciencia de las ciencias, domina todas las ciencias, y por consiguiente, superior a la ciencia del bien y del mal, no puede menos de sernos útil.
Ves, pues, mi querido Critias, la razón que tenía para temer, y cuan justamente me acusaba de ser incapaz de examinar con fruto la sabiduría. Porque la mejor cosa, a juicio de todos, no nos parecería desprovista de utilidad, si yo tuviese, con gran provecho mío, el arte de examinar las cosas. En este momento henos aquí batidos por todas partes, y en la impotencia de descubrir a qué objeto ha aplicado la palabra «sabiduría» su inventor. Y sin embargo, ¡cuántas suposiciones hemos hecho que la razón desaprueba! Hemos supuesto que existe una ciencia de la ciencia, a pesar de que la razón no permite ni autoriza semejante concepción; después hemos supuesto que esta ciencia conoce los objetos de las otras ciencias, cuando tampoco lo permite la razón; y queríamos que el sabio pudiese saber que él sabe lo que sabe y lo que no sabe. Y en verdad hemos obrado liberalmente haciendo esta última concesión, puesto que hemos considerado ser posible saber de cierta manera lo que absolutamente no se sabe. Porque admitimos que él sabe y que él no sabe, que es lo más irracional que puede imaginarse. Pues bien, no obstante esta complacencia y esta facilidad, nuestra indagación no ha conseguido encontrar la verdad, y cualquiera que haya sido la definición que de la sabiduría hayamos inventado de común acuerdo, ella nos ha hecho ver con desenfado estar desprovista de utilidad. Con respecto a mí, me importa poco; pero tú, mi querido Carmides, yo sufro al pensar que con tu figura y con un alma muy sabia no tengas nada que esperar de la sabiduría, ni puedas sacar de ella ninguna utilidad en el curso de la vida, aun poseyéndola. Pero sobre todo, siento haber recogido las palabras mágicas del tracio y haber aprendido con tanto afán una cosa que ningún valor tiene. Pero no, no puedo creer que sea así, y es más justo pensar que yo no sé buscar la verdad. La sabiduría es sin duda un gran bien; y si tú la posees, eres un mortal dichoso. Pero examina atentamente si la posees en efecto y si no tienes necesidad de palabras mágicas; porque si la posees verdaderamente, entonces sigue mi consejo, y no veas en mí más que un visionario incapaz de indagar ni encontrar nada por el razonamiento, y tú tente por tanto más dichoso cuánto más sabio seas.
 
'''Sócrates:''' ¿Por ventura es ella la que nos cura y no ha medicina? Y los resultados de las otras artes ¿es ella la que nos lo procura y no cada arte los suyos? ¿No hace ya mucho que hemos reconocido que ella es la ciencia de la ciencia y de la ignorancia y nada más? ¿No es así?
Carmides
 
'''Critias:''' Así parece.
¡Por Júpiter! Sócrates, no sé si poseo o no poseo la sabiduría; ni cómo puedo saberlo, cuando tú mismo no puedes determinar su naturaleza, por lo menos según tu confesión; si bien en este punto no te creo, y antes bien pienso tener gran necesidad de tus palabras mágicas; y quiero someterme a su virtud sin interrupción hasta que me digas que es bastante.
 
'''Sócrates:''' Por lo tanto, ¿no se puede esperar de ella la salud?
Critias
 
'''Critias:''' No, ciertamente.
Perfectamente. La mayor prueba que puedes darme de tu sabiduría, mi querido Carmides, es entregarte a los encantos de Sócrates y no alejarte de él ni un solo instante.
 
'''Sócrates:''' La salud depende de otro arte, ¿qué dices a esto?
Carmides
 
'''Critias:''' Que es verdad.
Me uniré a él, y seguiré sus pasos; porque me haría culpable si en este punto no te obedeciese, a ti que eres mi tutor, y si no hiciese lo que mandas.
 
'''Sócrates:''' Tampoco hay que esperar de ella nada útil, mi querido amigo, porque hemos achacado lo útil a otro arte. ¿Es cierto?
Critias
 
'''Critias:''' Completamente.
Sí, yo, yo te lo mando.
 
'''Sócrates:''' ¿Cómo, entonces, la sabiduría nos será útil sin procurarnos ninguna especie de utilidad?
Carmides
 
'''Critias:''' De ninguna manera, Sócrates, a lo que me parece.
Lo haré, y desde hoy quiero comenzar.
 
'''Sócrates:''' Ves, pues, mi querido Critias, la razón que tenía para temer, y cuan justamente me acusaba de ser incapaz de examinar con fruto la sabiduría. Porque la mejor cosa, a juicio de todos, no nos parecería desprovista de utilidad, si yo tuviese, con gran provecho mío, el arte de examinar las cosas. En este momento henos aquí batidos por todas partes, y en la impotencia de descubrir a qué objeto ha aplicado la palabra «sabiduría» su inventor. Y sin embargo, ¡cuántas suposiciones hemos hecho que la razón desaprueba! Hemos supuesto que existe una ciencia de la ciencia, a pesar de que la razón no permite ni autoriza semejante concepción; después hemos supuesto que esta ciencia conoce los objetos de las otras ciencias, cuando tampoco lo permite la razón; y queríamos que el sabio pudiese saber que él sabe lo que sabe y lo que no sabe. Y en verdad hemos obrado liberalmente haciendo esta última concesión, puesto que hemos considerado ser posible saber de cierta manera lo que absolutamente no se sabe. Porque admitimos que él sabe y que él no sabe, que es lo más irracional que puede imaginarse. Pues bien, no obstante esta complacencia y esta facilidad, nuestra indagación no ha conseguido encontrar la verdad, y cualquiera que haya sido la definición que de la sabiduría hayamos inventado de común acuerdo, ella nos ha hecho ver con desenfado estar desprovista de utilidad. Con respecto a mí, me importa poco; pero tú, mi querido Carmides, yo sufro al pensar que con tu figura y con un alma muy sabia no tengas nada que esperar de la sabiduría, ni puedas sacar de ella ninguna utilidad en el curso de la vida, aun poseyéndola. Pero sobre todo, siento haber recogido las palabras mágicas del tracio y haber aprendido con tanto afán una cosa que ningún valor tiene. Pero no, no puedo creer que sea así, y es más justo pensar que yo no sé buscar la verdad. La sabiduría es sin duda un gran bien; y si tú la posees, eres un mortal dichoso. Pero examina atentamente si la posees en efecto y si no tienes necesidad de palabras mágicas; porque si la posees verdaderamente, entonces sigue mi consejo, y no veas en mí más que un visionario incapaz de indagar ni encontrar nada por el razonamiento, y tú tente por tanto más dichoso cuánto más sabio seas.
Sócrates
 
'''Carmides:''' ¡Por Júpiter! Sócrates, no sé si poseo o no poseo la sabiduría; ni cómo puedo saberlo, cuando tú mismo no puedes determinar su naturaleza, por lo menos según tu confesión; si bien en este punto no te creo, y antes bien pienso tener gran necesidad de tus palabras mágicas; y quiero someterme a su virtud sin interrupción hasta que me digas que es bastante.
¡Ah! ¿qué es lo que los dos tramáis?
 
'''Critias:''' Perfectamente. La mayor prueba que puedes darme de tu sabiduría, mi querido Carmides, es entregarte a los encantos de Sócrates y no alejarte de él ni un solo instante.
Critias
 
'''Carmides:''' Me uniré a él, y seguiré sus pasos; porque me haría culpable si en este punto no te obedeciese, a ti que eres mi tutor, y si no hiciese lo que mandas.
Nada, sino que nos tienes a tus órdenes.
 
'''Critias:''' Sí, yo, yo te lo mando.
Sócrates
 
'''Carmides:''' Lo haré, y desde hoy quiero comenzar.
¡Pero qué! ¿empleáis la fuerza sin dejarme la libertad de escoger?
 
'''Sócrates:''' ¡Ah! ¿qué es lo que los dos tramáis?
Carmides
 
'''Critias:''' Nada, sino que nos tienes a tus órdenes.
Sí, la fuerza; es preciso hacerlo así, puesto que él lo manda. Mira ahora lo que te toca a ti hacer.
 
'''Sócrates:''' ¡Pero qué! ¿empleáis la fuerza sin dejarme la libertad de escoger?
Sócrates
 
'''Carmides:''' Sí, la fuerza; es preciso hacerlo así, puesto que él lo manda. Mira ahora lo que te toca a ti hacer.
¿Qué quieres que vea? Cuando has resuelto hacer una cosa y recurres a la violencia, ¿qué hombre puede resistirlo?
 
'''Sócrates:''' ¿Qué quieres que vea? Cuando has resuelto hacer una cosa y recurres a la violencia, ¿qué hombre puede resistirlo?
Carmides
 
'''Carmides:''' Entonces no te resistas.
 
'''Sócrates:''' Concedido.
 
[[Categoría:ES-C]]
Concedido.
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