Diferencia entre revisiones de «Página:Las Fuerzas Extrañas.djvu/35»

Caronte10 (Discusión | contribs.)
mSin resumen de edición
Estado de la páginaEstado de la página
-
Corregido
+
Validado
Cuerpo de la página (para ser transcluido):Cuerpo de la página (para ser transcluido):
Línea 1: Línea 1:
(que no conocía) del otro lado del desierto, con sus
(que no conocía) del otro lado del desierto, con sus
camelleros viviendo en tiendas de lana negra y
camelleros viviendo en tiendas de lana negra y tomando por todo alimento leche cuajada, trigo
tomando por todo alimento leche cuajada, trigo
tostado, miel agria...
tostado, miel agria...
Línea 8: Línea 7:
aquello de ningún foco visible, debía ser general.
aquello de ningún foco visible, debía ser general.


No obstante el vago terror que me alarmaba,
No obstante el vago terror que me alarmaba, decíame todo eso claramente, lo discutía conmigo
decíame todo eso claramente, lo discutía conmigo
mismo, un poco enervado á la verdad por el letargo digestivo de mi siesta consuetudinaria. Y después de todo, algo me decía que el fenómeno no
mismo, un poco enervado á la verdad por el letargo digestivo de mi siesta consuetudinaria. Y después de todo, algo me decía que el fenómeno no
iba á pasar de allí. Sin embargo, nada se perdía
iba á pasar de allí. Sin embargo, nada se perdía
con hacer armar el carro.
con hacer armar el carro.


En ese momento llenó el aire una vasta vibración de campanas. Y casi junto con ella, advertí una cosa: ya no llovía cobre. El repique era una acción de gracias, coreada casi acto continuo por el murmullo habitual de la ciudad. Ésta despertaba de su
En ese momento llenó el aire una vasta vibración
de campanas. Y casi junto con ella, advertí una
cosa: ya no llovía cobre. El repique era una acción
de gracias, coreada casi acto continuo por el murmullo habitual de la ciudad. Ésta despertaba de su
fugaz atonía, doblemente gárrula. En algunos barrios hasta quemaban petardos.
fugaz atonía, doblemente gárrula. En algunos barrios hasta quemaban petardos.
Acodado al parapeto de la terraza, miraba con
Acodado al parapeto de la terraza, miraba con un desconocido bienestar solidario, la animación
vespertina que era toda amor y lujo. El cielo seguía purísimo. Muchachos afanosos, recogían en escudillas la granalla de cobre, que los caldereros
un desconocido bienestar solidario, la animación
vespertina que era toda amor y lujo. El cielo seguía purísimo. Muchachos afanosos, recogían en
escudillas la granalla de cobre, que los caldereros